Cultura
El Cine Suma Paz: así se vive el festival internacional que impulsa el cuidado del ambiente y la paz
Cerca de 5 mil personas participarán en este evento que busca proteger la fuente hídrica más importante de Colombia y sembrar plantas nativas en el páramo.
Cada año, millones de partículas de polvo del desierto del Sahara vuelan desde África hasta América Latina para instalarse en los lugares más insospechados: el páramo de Sumapaz o el bosque del Amazonas.
Este fenómeno natural, impulsado por los vientos alisios, recorre alrededor de 6 mil kilómetros. Si Christian Ossa, el director del Festival de Cine Suma Paz, pudiera filmar cosas imposibles, definitivamente grabaría eso: un polvo invisible que atraviesa el océano Atlántico para fertilizar los suelos de la Amazonía. El viaje de un héroe.
“La arena del desierto choca con las cadenas montañosas, se desintegra y es transportada por el afluente hídrico del páramo de Sumapaz. Llega hasta la Amazonía y entonces la biodiversidad germina. Imagínese lo que se fracturaría si seguimos atacando este espacio que conserva el equilibrio de la vida. Es una historia importante que Colombia debe conocer y cuidar. El páramo no es solo agua, también es equilibrio”, aseguró Ossa.
Del 11 al 25 de septiembre se llevará a cabo la cuarta edición del Festival Internacional de Cine - El Cine Suma Paz, un evento que busca visibilizar y proponer conversaciones sobre el cuidado del agua y la protección del páramo de Sumapaz, que es el más grande del mundo. Además, esta extensión montañosa, que supera las 300 mil hectáreas, es la fuente hídrica más importante de Colombia.
Durante dos semanas, las personas podrán acceder de manera gratuita a la plataforma virtual del festival para disfrutar de las 25 películas de la selección oficial, conferencias, charlas y cortometrajes de esta edición. Asimismo, se ofrecerán eventos educativos presenciales en Bogotá, Cota, Sibaté, Villavicencio, Soacha y Fusagasugá.
Por motivos de protección del ecosistema, el festival no realiza proyecciones en el páramo ni incentiva el turismo de este territorio. Todo lo contrario, esta iniciativa busca fomentar el cuidado desde la difusión cinematográfica digital.
“Este festival entrega varios mensajes. Uno de ellos es que desde la cinematografía podemos conocer las acciones que se hacen mundialmente sobre la paz y el medio ambiente. Sin estos espacios no tendríamos forma para encontrarnos con esas miradas. Otro mensaje es que Colombia debe comprender la importancia del páramo y generar acciones que lo protejan”, mencionó Ossa.
“También esta es una valiosa oportunidad para visibilizar las problemáticas ambientales de nuestro país, sensibilizar sobre la importancia del cuidado del agua y movilizar a la comunidad hacia acciones que ayuden a su preservación”, agregó.
Entre los largometrajes de la selección oficial sobresalen Sin Alas, Gloria, Itu ninu, Avalancha, Estirpe, Children of The Wetlands, Bad Seed, Plasticsphere y El viaje del agua. Este último fue producido en Colombia y cuenta la historia de varias organizaciones civiles que, junto a las comunidades, se unen para generar acciones de conservación.
Río Negro, Catlak, El río de Nuestros Hijos, Guardianas de Semillas, Los Mundos de Remi, Breve Historia de la Humanidad y How do birds fly? son otras de las producciones cinematográficas que participarán en esta edición del festival.
“Breve Historia de la Humanidad fue una de las películas que más me conmovió por su forma de conectar con los niños. Es una animación que narra los conflictos humanos y la manera en cómo hemos afectado nuestros entornos naturales. En cien años hemos destruido el mundo más de lo que se hizo en los últimos 50 millones de años. Y este cortometraje cuenta en tres minutos la historia completa de la humanidad”, apuntó el director.
Entre las actividades pedagógicas programadas están los conversatorios “SUA, Patrimonio Ambiental” en el Teatro Municipal Sua de Soacha; “Memoria, agua y ancestralidad” en el Resguardo Indígena Muisca de Cota; “Resiliencia en acción: Narrativas de lucha y superación en tiempos de adversidad” en la Fundación Universitaria San Mateo, entre otros.
Ossa subrayó la importancia de que los eventos culturales incluyan en sus programaciones acciones académicas, pues “son la única manera de conectar directamente con los conceptos que no llegan a las escuelas ni a las redes sociales. También, es una oportunidad para que los conocimientos lleguen a niños y comunidades indígenas. Lo diversifica y lo democratiza”.
El 21 de septiembre, bajo el lema que dirige esta edición del festival “Siembra agua”, los participantes se unirán en una jornada de siembra de plantas nativas en el páramo de Sumapaz. La clausura se realizará el 25 de septiembre en Maloka (Bogotá): habrá conversatorios, proyecciones de cortometrajes en el Cine Domo y, finalmente, la premiación. Son más de 200 las producciones que participan.
Cine social
Ossa es un director que define su propuesta artística como “cine social”. Le interesan muchas cosas, pero lo que más le interesa con este festival de cine es promover un mensaje ambiental. Este director bogotano siente un profundo cariño por el páramo de Sumapaz. Una simbiosis que lo impulsa a proteger este territorio con vehemencia.
“Esto responde a la formación en mi hogar. Mi padre es filósofo, pero desarrolló su maestría sobre cómo el arte impacta a las comunidades vulnerables y, además, sirve para transformar las sociedades. Juntos fundamos la Fundación Cine Social, que es la que organiza el festival”, explicó Ossa.
En Colombia el inicio del 2024 fue atroz para el medio ambiente. Entre las noticias más alarmantes estuvo el incendio de más de 40 hectáreas del páramo de Berlín, en Santurban (Santander), el cual arrasó con cerca de 4 mil frailejones.
“Fue doloroso. En tan poco tiempo acabamos con la vida de frailejones que llevaban allí 500 años. Nada antes les había quitado la vida de esa manera. En un mes se acabaron 500 años de historia natural en el país. Con El Cine Suma Paz, queremos explorar la relación de los seres humanos con sus ecosistemas. Proteger la vida”, agregó Ossa.
De forma que la curaduría del festival estuvo enfocada en aterrizar las reflexiones sobre este periodo neurálgico para los ecosistemas colombianos. “Fue la quema de páramos más grande e histórica que hemos tenido. Fue una tragedia para la vida. Nosotros vamos a hablar de la gravedad del asunto, de lo que podemos hacer y de las afectaciones que no percibimos”, concluyó el director.
Un mes y medio después de que las llamas consumieran al páramo, el cogollo de un frailejón floreció. La noticia causó conmoción. Fue un brío de esperanza para Colombia. En medio de las cenizas, la vida renació y entonces Ossa sintió un poco de alivio.