Especial Puertos
De artesanos a emprendedores: así es la nueva vida de un grupo de cartageneros que logró formalizar su oficio
Gracias a un proyecto liderado por la Fundación Puerto de Cartagena y la Fundación Farex, 25 hombres y mujeres que viven en la ciudad aprendieron nuevas técnicas y adquirieron herramientas para hacer de sus tradiciones artesanales un negocio rentable.
Blas Campo llegó a Cartagena desde el municipio de San Marcos, Sucre, hace treinta años en busca de mejores oportunidades. Comenzó trabajando en el sector de tuberías y metales pero en 2020 perdió su empleo debido a la pandemia. Como una alternativa de subsistencia decidió dedicarse a hacer hamacas y chinchorros, y comercializar otros productos artesanales típicos de la región.
Hoy, a sus 62 años, se reconoce como artesano y hace parte de ‘Navegando el Futuro’, el programa a través del cual la Fundación Puerto de Cartagena le apuesta al emprendimiento como alternativa para que las familias de los diferentes barrios de la ciudad generen ingresos.
La Fundación opera las acciones de responsabilidad social empresarial de la Sociedad Portuaria de Cartagena y Contecar, e hizo una alianza con la Fundación Farex, que desde 2020 promueve la cultura colombiana y estimula nuevos negocios a través de la exhibición de productos artesanales elaborados por indígenas, afrocolombianos, madres cabeza de familia, entre otras poblaciones vulnerables.
Por medio de esta iniciativa, 25 artesanos cartageneros de los barrios Ceballos, Nuevo Oriente, Las Colonias, San Isidro Bajo, Albornoz, El Zapatero y Santa Clara lograron fortalecer sus habilidades en producción manual. Gracias a este programa pudieron perfeccionar técnicas diversas como el diseño de producto, acabados, asistencia y teoría del color.
El plan de capacitación incluyó 62 horas de formación, 16 horas de asistencia técnica y 40 horas de asesorías grupales. Adicionalmente, recibieron clases de comunicación de marca y ventas; y recomendaciones para trabajar la autoestima, la imagen personal, la oratoria y el empoderamiento.
Blas Campo, por ejemplo, perfeccionó sus técnicas artesanales y ahora puede elaborar entre dos y tres hamacas en un solo día. “Aprendí a hacer bolsos, traperos, tejidos en macramé y tapetes en fique. La Fundación también nos ayudó a formalizar nuestro oficio. Ya contamos con el reconocimiento y certificación de artesanos de Cartagena”, aseguró.
Al inicio de este 2023, los participantes del programa ‘Navegando el Futuro’ exhibieron sus creaciones en la Feria de Artesanías de Exportación Farex, reconocida por reunir a los mejores expositores y artesanos del país en Cartagena. Campo vendió 15 hamacas de trapillo. “Me siento alegre y gozoso ya que mis productos son conocidos a nivel nacional e internacional. Sé que de aquí en adelante voy a seguir fortaleciendo este negocio y recuperando las tradicionales artesanales. Aunque no sea de acá, me siento orgulloso de ser un artesano de Cartagena”, precisó.
Autosostenibilidad, clave para el desarrollo social
“Navegando el Futuro” es una de las iniciativas que lidera la Fundación Puerto de Cartagena en el territorio. Desde 2004, cuando inició el programa, a hoy son alrededor de 100.000 personas beneficiadas.
De acuerdo con Libia García, directora de la Fundación Puerto de Cartagena, “Navegando el Futuro”, como todos los programas que se promueven desde la organización, buscan contribuir al cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que propone la Agenda 2030 de la ONU. La estrategia está enfocada en contribuir al crecimiento educativo y económico de la región, además de fortalecer la equidad social, la protección ambiental y el desarrollo.
“También le apuntamos a contribuir al empoderamiento y a los procesos de autosostenibilidad para que las personas sean gestoras de su propio desarrollo. A través del proyecto con los artesanos, hemos logrado varias transformaciones, como el autoreconocimiento de la capacidad que tienen para desarrollar ese talento innato que no conocían”, explicó García.
Hoy los artesanos, ahora emprendedores, están en la capacidad de reconocer el valor de los productos que diseñan, entender los costos de producción y de la mano de obra, para exigir un precio justo.
Es el caso de la cartagenera Alba Galindo, otra de las artesanas beneficiadas por el programa. Galindo, de 36 años, cuenta que en un momento de su vida sintió que se le cerraron los caminos laborales. Al verse con 4 hijos y la responsabilidad del hogar bajo sus hombros creyó que su vida “no tenía sentido”; pero luego de haber sido acogida por la Fundación Puerto de Cartagena todo cambió. Logró mejorar su técnica para elaborar tejidos en crochet, prendas de vestir y bolsos.
“Como madre cabeza de hogar me sentía muy frustrada por no tener un empleo. Ahora tengo mi taller en casa, un horario establecido, y como artista he podido involucrarme más en las tendencias y en las temporadas de moda. Ahora estoy haciendo vestidos de baño, me muevo en las redes sociales y estoy enfocada en abrir un almacén para exponer mis diseños”, contó.
Ana Maturana es otra cartagenera que da cuenta de cómo ha logrado progresar a través del programa “Navegando el Futuro”. Antes de participar de estas capacitaciones se dedicaba a la realización de manualidades, maquetas, carteleras y recordatorios para fiestas. “Tenía las habilidades pero no las había desarrollado como artesana”, puntualizó esta mujer de 42 años.
Hoy, se dedica a crear productos con técnica de embarrilado con fique y materiales reciclados. Además de aprender sobre diferentes técnicas de producción, se esmeró por sacarle mayor provecho a los talleres de contaduría y costeo de productos.
Según Maturana, el proyecto le ha otorgado beneficios emocionales. Se siente productiva y orgullosa de que su trabajo y sacrificio sea valorado. “Nunca pensé que podía llegar a donde estoy ahorita. He podido darle trabajo a otras personas de la comunidad. Así como un día me dieron a mí la oportunidad, hoy se la doy a otros”, indicó.
Maturana cuenta que la Sociedad Portuaria y Contecar compraron cientos de los artículos que este grupo de artesanos produjo en 2022 para sus regalos corporativos de Navidad. Esto representó un gran impulso para su emprendimiento, además de una importante contribución a los ingresos de las familias de sus compañeros.
Formalizar, el gran reto
Después de haber recibido formación y capacitación, el grupo de artesanos pasará a un proceso de formalización con la Cámara de Comercio. La directora de la Fundación Puerto de Cartagena explica que los artesanos van a definir entre organizarse en una empresa asociativa o vender sus productos como personas naturales. “Nosotros los vamos a acompañar hasta que decidan cuál va a ser el futuro de la comercialización de sus emprendimientos”, señaló.
La Fundación Puerto de Cartagena continuará enfocada en su propósito de apoyar la transformación social de las comunidades de la ciudad. Por eso, entre sus planes también está fortalecer proyectos como Escuela Inteligente, Escuela de Música Puerto Azul y el programa de Ecoguardianes, entre otros, que le apuestan a desarrollar las diferentes etapas del ciclo de vida de una persona a través de la metodología Design Thinking, que involucra a las comunidades en la búsqueda de alternativas a los problemas que identifican.
*Contenido elaborado con apoyo de la Fundación Puerto de Cartagena.