Sostenibilidad

Corredores ambientales, ¿cómo impactan la calidad de vida de los caleños?

Son más de 380.000 árboles en la zona urbana, que se han convertido en un espacio de conservación de la biodiversidad de la ciudad.

29 de mayo de 2025, 12:55 a. m.
El Corredor Ambiental de Cristo Rey en Cali cuenta con más de 2 mil árboles, consolidándose como el nuevo pulmón verde de la ciudad.
El Corredor Ambiental de Cristo Rey en Cali cuenta con más de 2 mil árboles, consolidándose como el nuevo pulmón verde de la ciudad. | Foto: Getty Images

Por: Marco Antonio Suárez Gutiérrez*

En tiempos donde la urbanización avanza a pasos agigantados y las ciudades enfrentan los impactos del cambio climático, la infraestructura verde ya no es un lujo: es una necesidad. Los corredores ambientales urbanos y los bosques urbanos cumplen hoy un papel estratégico en la planificación de territorios más sostenibles, resilientes y humanos. Y en Colombia, Cali está dando ejemplo al mundo.

La capital vallecaucana no solo se destaca por su cultura, su biodiversidad y su gente, sino también por ser una de las ciudades más arborizadas del planeta. Con más de 380.000 árboles en su área urbana, Cali ha logrado tejer una red verde que se convierte en refugio para la biodiversidad, espacio de recreación para los ciudadanos y barrera natural frente a fenómenos como el calor extremo y las inundaciones.

La Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), como autoridad ambiental, ha asumido el reto de consolidar y expandir esa red a través de proyectos que integran lo ecológico con lo social, y lo funcional con lo estético. Uno de los más emblemáticos es el Corredor Ambiental de Cristo Rey, cuya tercera fase, recientemente entregada a la ciudad, se levanta como un símbolo de lo que se puede lograr cuando se trabaja con visión de largo plazo.

Marco Antonio Suárez, director general de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC.
Marco Antonio Suárez, director general de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC. | Foto: Cortesía CVC.

Este nuevo tramo incluye siete plazoletas, más de 1.200 metros de senderos elevados y a nivel, más de 2.000 metros cuadrados de jardines polinizadores, una pérgola metálica de 23 toneladas, senderos ecológicos y más de 2.000 árboles plantados. Es, en esencia, un pulmón verde que respira con la ciudad y para la ciudad; un espacio que permite a las familias conectarse con la naturaleza, a los deportistas recorrerla con seguridad, y a los niños aprender, desde la experiencia, el valor de conservar lo que es de todos.

Pero este esfuerzo no es aislado, se concerta con la Alcaldía de Cali y las comunidades, y forma parte de un programa integral de conectividad ecológica urbana que también incluye la recuperación y entrega de otros corredores como los de Cañaveralejo, Meléndez, Alfonso López, el Jarillón del río Cauca y el trabajo en cerca de 20 humedales públicos. En cada uno de estos espacios, la CVC ha invertido no solo recursos, como los 18.000 millones de pesos en el tramo más reciente de Cristo Rey, sino también conocimiento técnico, sensibilidad ambiental y compromiso con la comunidad.

Lo que se busca es reconectar la ciudad consigo misma. Cada corredor ambiental es una costura verde que une fragmentos de bosque urbano, crea hábitats para aves e insectos, reduce la contaminación, mejora la salud mental de las personas y aumenta la resiliencia frente al cambio climático.

Además, esos corredores y los bosques urbanos que se diseñan se están convirtiendo en corredores de fauna que atraviesan a Cali y con los que se conectan los ecosistemas de la montaña con la zona plana, de los Farallones con el río Cauca.

Estas obras también tienen un fuerte componente educativo. En el marco de la Semana de la Biodiversidad, en septiembre y octubre estos espacios se convertirán en aulas vivas donde caleños y visitantes podrán aprender sobre la riqueza natural que los rodea y la urgencia de conservarla.

Cali está demostrando que el desarrollo urbano y la conservación ambiental no son opuestos, sino aliados estratégicos. Que se puede construir una ciudad sin destruir naturaleza. Que los árboles no son obstáculos, sino aliados. Y que los corredores verdes no solo conectan a las personas con la flora y la fauna, sino también con su identidad y futuro.

Desde la CVC siguen trabajando para que la infraestructura verde sea prioridad en cada proyecto urbano. Porque una ciudad que se transforma en un bosque habitable es una ciudad que se cuida, que se adapta, que se prepara. Y porque el derecho a vivir en un ambiente sano no se predica, se construye comprometidos con la vida y ahora más cerca de la gente.

*Director general de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC.