Especial Transporte y movilidad

¿Cómo lograron París, Singapur y San Francisco convertirse en las ciudades con la mejor movilidad del mundo?

Su fórmula exitosa, reconocida por el prestigioso ranking Urban Mobility Readiness Index, podría replicarse en otros lugares.

25 de abril de 2025, 8:00 p. m.
San Francisco, Estados Unidos.
San Francisco, Estados Unidos. | Foto: Getty Images

Al norte de California, San Francisco se alista para ser una ciudad del futuro: automóviles inteligentes, grandes corredores viales y un sistema de transporte público consolidado en pro de la sostenibilidad. Gracias a las inversiones públicas y privadas para la adquisición de vehículos eléctricos y autónomos, la instalación de estaciones de carga y la planeación de taxis aéreos, en 2024 fue reconocida como la ciudad con mejor movilidad del mundo, según el Urban Mobility Readiness Index de la Universidad de Berkeley (California).

Este ranking publicado por el centro de estudios The Oliver Wyman Forum y la Universidad de Berkeley evalúa tres categorías: la inversión en movilidad sostenible, la eficacia del transporte público y la adopción de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial o los vehículos autónomos. En 2024, San Francisco, París, Singapur, Múnich, Ámsterdam, Estocolmo, Berlín, Nueva York, Zúrich y Londres encabezaron la prestigiosa lista.

Darío Hidalgo, docente de Transporte y Logística de la Universidad Javeriana y experto en movilidad, explicó que todas “son ciudades que, en general, tienen cierta compacidad; es decir, las distancias de viaje no son excesivamente largas y las personas tienen muchas de las cosas que necesitan en su entorno cercano. La otra característica es que se pueden lograr ciertos niveles de densidad y esto facilita que muchos de los viajes se puedan realizar a pie o en bicicleta. En el caso de San Francisco, es porque la ciudad ha estado muy orientada a la tecnología”.

De acuerdo con el ranking UMR, los avances en materia de movilidad en San Francisco se orientan a la reducción de la contaminación atmosférica, el aumento del uso del vehículo eléctrico y el fortalecimiento de la demanda de transporte público, que en 2024 alcanzó cifras récord: 158 millones de viajes. Así mismo, la ciudad busca instalar más de 1.500 cargadores públicos eléctricos y aspira a que el 25 por ciento de todos sus vehículos matriculados para 2030 sean eléctricos.

París, Francia.
París, Francia. | Foto: Getty Images

La mejor de Europa

En Europa, París es otra de las ciudades más completas y sostenibles. Con 16 líneas y más de 300 estaciones de metro; cerca de 1.000 kilómetros de bicicarriles y cientos de zonas peatonalizadas y arborizadas, la capital de Francia fue nombrada en 2024 como la segunda ciudad con mejor movilidad del mundo, según el ranking UMR. Las inversiones en infraestructura para los peatones, la expansión de las líneas del metro y la construcción de múltiples vías son algunos de sus aspectos más destacados.

El informe expuso que la capital francesa ha destinado más de 250 millones de euros desde el año 2021 para la construcción de 180 kilómetros de vías nuevas para los ciclistas. Además, se espera que la calidad de su movilidad se acreciente con “el Grand Paris Express, el mayor proyecto de infraestructura de Europa, con 200 kilómetros de vías nuevas y 68 estaciones que aumentarán la conectividad”, aseguró el informe.

Para Stalin Rojas, director del Observatorio de Logística y Movilidad de la Universidad Nacional, la clave de este éxito responde a la completa cobertura del transporte público y a que “sus redes de metro están consolidadas e integradas a las redes de bicicletas y zonas peatonalizadas. Además, las personas pueden movilizarse con un solo tiquete por toda la ciudad de forma económica; son pocos los trasbordos que se cobran. También hay modalidades de descuentos para los habitantes y los turistas. Estas ciudades ofrecen mejor accesibilidad en términos económicos”, precisó.

De talla mundial

Al igual que París, el sistema de transporte público de Singapur es catalogado de “talla mundial”. Una amplia selección de modos de transporte, tarifas asequibles y tiempos de desplazamientos cortos lo confirman, y transforman su sistema en uno de los más robustos de Asia: 134 estaciones y 231 kilómetros de vías. Igualmente, esta ciudad-estado ha invertido en una red ferroviaria ampliada que pretende situar al 80 por ciento de los hogares a menos de diez minutos de una estación para 2030.

“Movilizarse debe costar menos en términos de tiempo y dinero. Las ciudades que ofrecen mejor calidad de vida poseen un alto porcentaje de uso del servicio público. Y al analizar el salario mínimo de estos países y el monto que destinan los ciudadanos para movilizarse, el porcentaje es bajo: alcanza solo el 7 por ciento. En Colombia llega al 13 por ciento”, aseguró Rojas.

Además de las mediciones de tecnología o velocidad, existen otros índices importantes para evaluar la movilidad urbana. Entre ellos sobresalen los niveles de densidad o la seguridad vial. “Esto significa la cantidad de fatalidades por cada 100.000 habitantes. En este sentido, nuevamente, ciudades como Singapur, Tokio o las ciudades escandinavas están muy bien ubicadas”, explicó Juan Pablo Bocarejo, director del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de los Andes y exsecretario de Movilidad de Bogotá.

Los niveles de densidad, por su parte, se refieren a la cantidad de personas que viven en un área determinada. Según Hidalgo, conseguir un nivel de densidad apropiado “facilita que muchos de los viajes se puedan realizar a pie o en bicicleta. El caso de Ámsterdam es extraordinario. Por otro lado, al tener un excelente sistema de transporte público (metro, tranvía, buses), se facilita conectar los viajes cuando ya no es posible desplazarse de forma no motorizada. Son ciudades muy incluyentes”, aseguró.

Modelos más sostenibles

En 2015, la Organización de Naciones Unidas estableció los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible como un plan de acción global para mejorar la calidad de vida de las personas y del planeta. El Objetivo 11 propuso alcanzar Ciudades y Comunidades Sostenibles, es decir, que los esfuerzos de las políticas y prácticas de desarrollo urbano priorizarán el acceso a los servicios básicos, la vivienda y, claro, al transporte eficiente e inclusivo. Desde entonces, las grandes ciudades han encaminado sus propuestas de movilidad a la sostenibilidad: el desarrollo económico, social y ambiental.

“Se prioriza que los desplazamientos no sean tan largos y que las tecnologías que se utilicen no sean contaminantes ni generen problemas en la salud humana. Así mismo, la inclusión habla de la dimensión social: que las personas de menores ingresos no tengan tantas dificultades para acceder a las oportunidades urbanas como el transporte y que puedan disfrutar la ciudad”, puntualizó Hidalgo.

El uso del transporte no motorizado, como la bicicleta o los tramos peatonalizados, es uno de los grandes ejemplos de sostenibilidad. El Índice Copenhagenize, publicado cada dos años, establece cuáles son las 20 ciudades más amigables con la bicicleta y el medioambiente del mundo. En su más reciente publicación, Copenhague, Ámsterdam, Utrecht, Oslo y París alcanzaron las primeras posiciones.

“Se debe ir hacia un paradigma que esté ligado a la calidad de vida. No es solamente ver los aspectos específicos de la movilidad, sino todo lo que la rodea. Durante mucho tiempo se medía la velocidad y nos preocupábamos solamente por el tiempo de desplazamiento. Sin embargo, ahora es importante entender otros ámbitos como la salud, la seguridad o la sostenibilidad. Es importante saber lo que siente el ciudadano al moverse”, concluyó Bocarejo.

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