Especial Cundinamarca
Así logró Girardot convertirse en uno de los polos de desarrollo más importantes de Cundinamarca
Desde hace 170 años, este municipio ubicado junto al río Magdalena se proyectó como una potencia para el departamento y el país. Conozca cuál fue la importancia de los barcos y las vías férreas que aún se pueden recorrer.
Girardot, uno de los municipios turísticos más importantes de Colombia, comenzó a escribir su historia en 1545, cuando el territorio era utilizado como camino alterno de Tocaima hacia el sur del país. En ese entonces, una embarcación comandada por Martín Yáñez bautizó esta zona Puerto de las canoas, pues era habitual ver a los indígenas panches cruzar el río Magdalena y trabajar la cerámica y algunos hilados y tejidos.
Años más tarde, el Puerto de las canoas comenzó a ser reconocido por la población como ‘paso de la canoa de Montero’, debido a que un señor llamado Pastor Montero comenzó a ofrecer servicios de transporte en canoa, alimentación y hospedaje. Esto motivó a algunas familias a establecerse en la zona, que finalmente se convirtió en caserío.
Con el paso del tiempo y el crecimiento de la población, sus habitantes comenzaron a vivir de la cría de animales como las chivas, dando paso al rótulo de ‘La Chivatera’. Tiempo después, y luego de la donación de un extenso terreno por parte de Ramón Bueno y José Triana para la construcción de una parroquia, a la que le siguieron casas familiares, las condiciones se dieron para crear un pueblo, y en 1844 los habitantes empezaron a estructurar el proyecto.
En 1852, después del aval de la Cámara Provincial del Tequendama, se logró la constitución del Distrito Parroquial de Girardot, un territorio próspero que se convertiría en uno de los polos de desarrollo más importantes de la época para Cundinamarca.
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*Contenido elaborado con apoyo de la Alcaldía de Girardot.