ECONOMÍA

Así va la revolución digital en la banca colombiana

No cabe duda que el mundo migró a la era digital y el sistema financiero no es la excepción. Aquí le ofrecemos un panorama de cómo funciona el sistema hoy por hoy.

14 de noviembre de 2019
El mundo migró a la era digital y en los bancos se encuentran varios de los avances más importantes. GETTY

Hoy los consumidores cuentan con una amplía oferta de servicios que les permite encontrar soluciones y herramientas que les ayudarán a superar una de las cargas tediosas de la vida adulta: tener que ir al banco. 

En los bancos se encuentran varios de los avances más importantes y hoy difícilmente hay millennials o centennials que no tengan solucionada su vida financiera en su teléfono móvil. 

El menú es extenso: en la actualidad en el mundo digital es posible consultar el saldo y los extractos, realizar transferencias entre productos y hacia terceras personas, así como de distintas entidades financieras, pagar servicios públicos, hacer pagos en comercios, pedir avances, solicitar el aumento del cupo de las tarjetas de crédito o la redención de puntos por el uso de los productos.

Otra posibilidad, disponible con varios bancos y comercios, es la programación de pagos automáticos. Es así como tras una autorización el prestador de salud, la aseguradora del carro o el servidor de televisión, debitarán directamente de la cuenta o cargarán a la tarjeta del usuario la mensualidad del producto, quien se enterará solo al verificar el saldo o antes, si la configuración de las notificaciones aplica en ese cobro.

Justamente las notificaciones hacen parte de otro desarrollo a la mano de los usuarios, donde la seguridad también tiene un despliegue de servicios, permitiendo configurar alertas, para saber si alguien ingresó con el usuario de la persona o va a realizar o realizó algún pago, bloquear tarjetas, inscribir direcciones IP reconocidas, dar el aviso de un viaje para que el banco sepa en dónde se usará una tarjeta y establecer límites de montos o transacciones que se pueden configurar por cada canal. Acá también se destacan el ingreso con huella desde el móvil y la clave dinámica, que puede llegar al correo, teléfono móvil o ser generada en la aplicación del banco o en un token.

No obstante, el grueso del portafolio de los bancos en el mundo digital está en el manejo de los productos de depósito y las opciones disponibles para, sin ir a una oficina, adquirir nuevos productos como los CDT, cuentas con diferentes condiciones a las cuentas de ahorro tradicionales, como las de ahorro programado o las que le ofrecen una mayor rentabilidad y, claro, está la opción de tener una cuenta atada a productos fiduciarios o de inversión, como las carteras colectivas, desde las cuales el consumidor podrá realizar transacciones como incrementar el saldo o realizar retiros parciales.

Otra funcionalidad atada a los productos de depósito es denominada comunmente por los bancos como “bolsillos” y permite al titular dividir el saldo de su cuenta en categorías como salud, alimentación, transportes, viajes, educación, hogar, entre otros, de tal forma que pueda ordenar mejor el destino de los recursos que maneja y hasta podría derivar en beneficios de seguridad, pues para disponer de los recursos de un “bolsillo”, es necesario trasladarlos primero a la cuenta.

En esta gama de servicios, se destacan productos como las cuentas de depósito electrónico y las cuentas de trámite simplificado (CATS), productos muy parecidos en sus condiciones de apertura y límites transaccionales, así como en que su operación está concentrada en el mundo digital.  

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    El auge de estos productos queda en evidencia en el más reciente Reporte de Inclusión Financiera de la Banca de las Oportunidades, que registraba un crecimiento de 13,5% en las cuentas electrónicas, al pasar de 4’424.103 de adultos con el producto en junio de 2018 a 5’020.616 en junio pasado y de más de 20 veces en las CATS que pasaron, en esos mismos meses, de 103.288 a 2’321.068 de adultos con el producto.

    Todos estos avances, que sin duda benefician a los usuarios de los bancos y también a las entidades que encuentran eficiencias que les permiten ahorro en oficinas, mobiliarios y personal, no son casualidad, responden a las nuevas necesidades del mundo y también a grandes inversiones.

    Así lo afirmó el presidente de la Asobancaria, Santiago Castro, quien recientemente dijo que en 2018 la banca realizó un esfuerzo en inversión e innovación por $127.000 millones, dejando como resultado 197 innovaciones disruptivas en segmentos como medios de pago, productos de crédito, inversión y ahorro, dirigidos no solo a adoptar los últimos avances tecnológicos sino también a ofrecer servicios financieros de alta calidad a costos inferiores. Agregó que se espera que para este 2019 las inversiones cierren entre $400.000 millones y $500.000 millones.

    En cuanto a regulación, Castro señaló que esta no debe tener variaciones de fondo frente a lo que aplica a la banca tradicional.

    “La regulación en los canales digitales debe ser exactamente la misma. Si se hacen operaciones de captación y colocación pues tiene que haber provisiones, encajes y toda la regulación aplicable. Digital es simplemente el medio por el cual se presta el servicio, pero para todos los efectos son bancos”, explicó el dirigente gremial.

    Pero no todo es color de rosa. De acuerdo con el Senador, David Barguil, aún hay varios lunares en el proceso de digitalización de los bancos en Colombia. 

    “En los últimos años, el volumen de operaciones financieras a través de canales digitales se ha masificado, pero en su mayoría se trata de consultas de saldo que las personas realizan constantemente. Esto lo muestra la Superintendencia Financiera en su último informe sobre las operaciones del sistema, donde de las casi 4.000 millones de operaciones bancarias realizadas en el primer semestre de 2019, cerca de 2.300 millones (58%) fueron no monetarias. De estas, el 95% se realizaron desde Internet o el celular, mientras que solo el 21% de las operaciones monetarias (como movimientos, manejo y transferencias de dinero) se realizaron por canales digitales”, apuntó el legislador.

    El senador agregó que “otro obstáculo, y tal vez el mayor, siguen siendo los altos costos bancarios que ha sido mi lucha constante durante años. Mientras nos sigan diciendo en los comercios que si pagamos en efectivo nos hacen descuento o que solo se acepta el pago por medios electrónicos a partir de un monto determinado, no vamos a estimular a la gente a bancarizarse y menos a usar las nuevas herramientas digitales”.

    También se resalta que aún hay prácticas de los bancos que persisten y hacen a los usuarios volver a las engorrosas filas, muchas veces con oficinas de horarios tan limitados para ciudades como Bogotá, como lo puede ser aquel de 9 a.m. a 3:30 p.m. 

    Este es el caso de los desbloqueos, necesarios cuando la cuenta queda paralizada por una actividad que el banco encuentra sospechosa, donde la validación de identidad debe ser presencial, con todo y que hoy hay tecnología para incluso reconocer la huella desde el teléfono móvil. Un tema similar ocurre con los CDT de papel que aún entregan varios bancos, cuyo extravío puede desatar un arduo y espinoso proceso que se evidencia con frecuencia al leer los edictos en periódicos impresos y que incluyen una cláusula que implica, sí o sí, que para el retiro, el titular debe ir única y exclusivamente a la sucursal de apertura, en la fecha convenida.

    Según Barguil, este tipo de prácticas son otro síntoma de que aún hace falta avanzar para extender a los usuarios los beneficios de la tecnología. 

    “Está bien que el CDT se deba redimir en las fechas acordadas, ya que es esencial para que este tipo de instrumento funcione. Sin embargo, que deba hacerse efectivo en la misma sucursal es un claro ejemplo de lo que mencioné anteriormente. A los bancos en Colombia aún les falta mucho por hacer en términos de digitalización financiera”, aseguró el legislador.

    Otra barrera que persiste para que los colombianos puedan beneficiarse de las ventajas de la banca digital es el temor que aún muchos sienten por la seguridad a la hora de hacer sus transacciones.

    En ese sentido, el presidente del gremio bancario explica que, gracias a las inversiones y al trabajo en ciberseguridad, en la actualidad las transacciones digitales son incluso más seguras que las que se hacen en físico y destacó que hoy el nivel de fraude en canales digitales es de $2,3 por cada $100.000 transados, cifra que es casi del doble en los canales presenciales. 

    La banca digital trae nuevos canales digitales

    Por ello y el conocimiento de las herramientas, Castro considera que una de las tareas para poder profundizar la inclusión financiera y llevar los beneficios de la banca digital a más gente tiene que ver con el conocimiento del público sobre sus opciones.

    “El país necesita una gran campaña de educación financiera. Necesitamos una población financieramente educada para que pueda hacer el mejor uso de las nuevas herramientas, en especial cuando estamos viendo, de unos años para acá, una explosión en herramientas, aplicaciones y capacidades para los usuarios”, apuntó Castro.

    En este punto coincide el senador Barguil quien, de otra parte, destaca la importancia de continuar bajando las tarifas para que el acceso sea mayor.

    “Falta mucho por hacer y principalmente en educación financiera. Hemos contribuido en este proceso de bancarización por medio de nuestras iniciativas en el Congreso. Los artículos 62 y 63 de la ley 1430 de 2010 establecieron que las tarifas por consultas de saldo y transacciones a través de internet en ningún caso pueden ser superiores a las cobradas por los canales tradicionales. Esto significó un gran paso para el desarrollo y uso de los canales digitales”, dijo Barguil.

    ¿Y el resto del sistema financiero?

    Otros componentes del sistema financiero tampoco han sido ajenos a la digitalización y hoy son varias las facilidades que encuentran sus consumidores. A continuación, se mencionan algunos: 

    Seguros

    El sector asegurador tiene buena parte de su oferta de servicios en línea y no solo es posible comprar y cotizar seguros.

    Uno de los avances que más resalta y sorprendió a muchos conductores este año es que desde 2019, el SOAT es totalmente digital, lo cual elimina el riesgo de sufrir por extraviar el documento, a la vez que minimiza el fraude, la evasión y, claro, disminuye el gasto de papel. Recuerde que en línea también se puede comprar y cotizar este documento obligatorio (la tarifa es fija y regulada, pero es posible encontrar descuentos y beneficios, según la aseguradora o el portal donde se adquiere).

    De igual forma, las aseguradoras han trabajado para implementar el Sira (Sistema de información de reporte de atenciones en salud a víctimas de accidentes de tránsito); así como en avanzar en la analítica de datos para detección temprana de fraudes.

    De otra parte y de cara al asegurado, se han desarrollado aplicaciones donde los usuarios pueden solicitar las asistencias propias de su póliza, como el conductor elegido o reportar un siniestro.

    Entre ellas se destaca una a la que se han sumado varias compañías y que permite que dos asegurados resuelvan en unos minutos un conflicto por un choque simple, con beneficios para los conductores y la movilidad en las vías. 

    Mercado de valores

    Las transacciones de bolsa no se han quedado atrás y desde hace varios años la Bolsa de Valores de Colombia, a través de las Sociedades Comisionistas de Bolsa, tiene a disposición de los inversionistas el eTrading, que permite a los usuarios realizar sus órdenes de compra y venta, con una comisión muy inferior a la que pagarían si dan la instrucción a su comisionista.

    Eso sí, en esta opción es importante que el usuario tenga una formación adecuada, no solo sobre cómo se manejan las plataformas sino también respecto a muchas nociones del mercado de valores, que serán claves para la toma de decisiones acertadas.

    En conclusión y más allá de lo que falta, las oportunidades de mejora y los retos que representa la digitalización del mundo, es un hecho que el sistema financiero colombiano ha respondido a las nuevas dinámicas de un planeta con más filas, congestiones viales y planes por hacer, donde el viejo refrán “el tiempo es oro” gana día a día más quilates y eso es algo que las entidades del sector han entendido.