ARCADIA TRADUCE

Dos sonetos y una décima de Sóror Violante do Céu

El filósofo colombiano Felipe Botero traduce este mes tres poemas de la religiosa dominica Violeta del Cielo. Lea abajo las versiones en portugués, español e inglés.

Felipe Botero
5 de julio de 2018
Sor Violeta del Cielo. Foto: Wikimedia Commons.

El pretexto de este mes se encuentra lejos, a comienzos del siglo XVII, en una Portugal gobernada por un español (Felipe III), con una poeta monja dominicana que nació el 30 de mayo en Lisboa: Soror Violante do Céu. La “Hermana Violeta del Cielo”, si se quisiera traducir el nombre entero, o Violante Montesino, como se llamaba antes de ingresar al convento, fue una gran mujer que escribió muchísima poesía en español y portugués a lo largo de los más de 80 años que vivió, la mayor parte recluida en el convento de Nossa Senhora del Rosário por decisión propia.

Yo ignoraba completamente su existencia hasta que Ranald Barnicot, un amigo mío inglés, poeta y traductor de poesía, me mostró algunos de sus poemas traducidos por él mismo al inglés. Me impresionaron muchísimo por el ardor y por la temática de amor que aparecía en ellos, que consideraba quizás incongruente con el oficio de ser monja. Sin embargo, al reflexionar un poco, es evidente que ese es un juicio apresurado, por no decir erróneo: además de que uno de los mayores textos amorosos y eróticos de la historia fue escrito por una monja en nombre de Dios –el Libro de la vida de Santa Teresa de Ávila–, quizás la decisión de volverse monja en una era de dominio religioso y patriarcal tan intenso como el de la sociedad occidental en la época de Violante era, paradójicamente, el mayor acto de rebelión posible.

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Ingresar a un convento, por más de que en apariencia pudiera significar un acto de sumisión a la Iglesia Católica, podía ser la única forma de continuar con la formación intelectual que les era imperdonablemente vedada a las mujeres (como lo revela el ejemplo de nuestra propia monja poeta latinoamericana, Sor Juana Inés de la Cruz) y de retomar algún dominio sobre el propio cuerpo, que de lo contrario estaba absolutamente a disposición del padre y del esposo para fines económicos y procreativos. Los tres sonetos de la anónima “Compiuta Donzella” de la sociedad fiorentina del siglo XIII también lo revelan.

Con Ranald estamos trabajando en la traducción de la obra de uno de nuestros más grandes poetas al inglés, la obra de Giovanni Quessep, que se publicará por primera vez en Inglaterra en noviembre de este año con la editorial Out-Spoken Press. Para celebrar nuestra colaboración, quería compartir con ustedes, lectores de ARCADIA, algunas de las traducciones de Soror Violante hechas por Ranald acompañadas del texto original y de una traducción hecha por mí al español. El único caso en el que no podemos contar con la traducción de Ranald es en el de la décima, pues será publicada próximamente junto con otros tres sonetos de Soror Violante por la prestigiosa revista Poetry Salzburg, que no permite publicaciones simultáneas de las traducciones que aparecen en ella (de nuevo, nos vemos enfrentados a la problemática de la propiedad privada en el arte). Pero no quería que nos perdiéramos por eso la oportunidad de maravillarnos ante el ingenio, la temeridad y la rebeldía de la monja que se niega a ser calificada como “adorno” aun en el marco de un elogio.

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Los sonetos están escritos de manera clásica, aunque no todos sus versos son endecasílabos: tienen dos cuartetos con rimas en el primer y cuarto verso, y en el segundo y tercer verso, así como dos tercetos con rimas intercalas en el primer y tercer verso del primer terceto y con el segundo verso del segundo terceto. En su traducción, Ranald logra mantener la estructura de rima y métrica de los sonetos, lo que no tiene mucho mérito en el paso del portugués al español por la semejanza de nuestros idiomas, pero sí es un enorme reto cuando se trata de dos lenguas tan relativamente disímiles como lo son el inglés y el portugués. Como dice Fernando Pessoa, citado por Pauly Ellen Bothe en un magnífico ensayo sobre la obra del portugués y su teoría de la traducción: “el único interés que tienen las traducciones es cuando son difíciles”.

Que suspensão

(Versión original en portugués)

Que suspensão, que enleio, que cuidado

É este meu, tirano deus Cupido?

Pois tirando-me enfim todo o sentido

Me deixa o sentimento duplicado.

 

Absorta no rigor de um duro fado,

Tanto do meus sentidos me divido.

Que tenho só de vida o bem sentido

E tenho já de morte o mal logrado.

 

Enlevo-me no damno que me offende,

Suspendo-me na causa do meu pranto

Mas meu mal (ai de mim!) não se suspende.

 

Ó cesse, cesse amor, tam raro encanto

Que para quem de ti não se defende

Basta menos rigor, não rigor tanto.

(Versión en inglés, traducido por Ranald Barnicot)

What long suspense, what ecstasy, what care

is mine, God Cupid, tyrant to the core?

From me all sense you commandeer and draw;

each feeling attracts its contrary, won’t share.

 

Absorbed in my harsh fate and in despair,

alien from my own senses, I ignore

but two things: I am living, the rapport

life has with death, which I within me bear.

 

Exulting in the hurt whereby offended,

I am suspended in my weeping’s cause;

in nothing, though – alas! – my pain’s suspended.

 

Such is the rare enchantment that is yours;

cease, cease it love!. Whom love leaves undefended

“Not so much pain, less pain’s enough!” implores.

Qué suspenso

(Versión en español, traducido por Felipe Botero)

¡Qué suspenso, qué fragor, qué cuidado

Me está ocasionando Cupido tirano!

Luego, con todo sentido ya lejano,

Deja el sentimiento en mí duplicado.

 

Absorta en el rigor de un duro hado,

Me separo de lo que sé y lo vivido

Al punto de no distinguir lo que ha sido

De la muerte, ese puerto mal alcanzado.

 

Me alzo encima del mal que me ofende,

Me suspendo sobre la causa del llanto

Pero el dolor, ay de mí, no trasciende.

 

Basta, basta, amor, raro encanto,

Que para quien de ti no se defiende,

No es necesario tanto espanto.


Vida que não acaba

(Versión original en portugués)

Vida que não acaba de acabar-se,

Chegando já de vós a despedir-se,

Ou deixa por sentida de sentir-se

Ou pode de immortal acreditar-se.

 

Vida que já não chega a terminar-se,

Pois chega já de vós a dividir-se,

Ou procura vivendo consumir-se,

Ou pretende matando eternizar-se.

 

O certo é, Senhor, que não fenece,

Antes no que padece se reporta,

Porque nâo se limite o que padece.

 

Mas, viver entre lágrimas, que importa?

Se vida que entre ausencias permanece

É só viva ao pezar, ao gosto morta?


(Version en inglés, traducido por Ranald Barnicot)

Life that’s not reached the end-point of its ending,

Though bidding you a premature farewell -

Its senses their own atrophy compel,

Or else it feels immortality impending.

 

Life that from you now suffers its self-rending

And into self-destruction all but fell -

Living, its flame consumes it to a shell,

Or else it kills, eternal life pretending.

 

What’s certain, Lord, is that it doesn’t finish,

This life of suffering which they report:

Limitless suffering won’t fade or vanish.

 

But, living amongst tears, what import?

Life amongst absences, a life of anguish,

Alive to sorrow, dead to all glad thought.

Vida que no acaba

(Versión en español, traducido por Felipe Botero)

Vida que no acaba de acabarse,

Al venir a despedirse de uno

O deja los sentidos en ayuno

O puede como inmortal afanarse.

 

Vida que ya no llegará a terminarse

Pero en ti busca partirse en dos,

O vuela consumiéndose al adiós

O pretende la eternidad al matarse.

 

Lo único cierto, Señor, es que nada pasa,

Pues según lo que cuenta quien la porta,

El sufrimiento a todos nos sobrepasa.

 

Pero vivir entre lágrimas, ¿qué importa?

Si la vida entre ausencias halla casa,

vivir así, para el pesar, hace la vida corta.

[A um Doutor quem chamou á Autora em uns versos que lhe fez viola – flor – e viola – instrumento]

(Versión original en portugués)

Contradizer a um Doutor

Bem sei que é temeridade:

Porém com uma verdade,

Quero pagar um louvor:

Nem instrumento, nem flor

Sou; porém, se o posso ser,

Ninguem trate de emprehender

O que não ha de alcançar:

Pois nenhum me ha de tocar,

Pois nenhum me ha de colher.

[A un Doctor que tildó a la Autora de viola – flor y viola – instrumento en unos versos que escribió]

(Versión en español, traducido por Felipe Botero)

Contradecir a un Doctor

Bien sé que es una temeridad

Pero con una verdad

Deseo corresponder a su fervor:

Ni instrumento, ni flor

Soy; pero si esas cosas llegara a ser

Que ninguno trate de hacer

Lo que ninguno ha de alcanzar;

Porque nadie me ha de tocar,

De ninguno me dejaré coger.

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