Páramo de Santurbán
Con viveros de frailejones y otras especies, ejército y comunidad buscan conservar el páramo de Santurbán
La iniciativa ha sido promovida por el Ejército, uno de los viveros está en la base militar del batallón de Infantería General Custodio García Rovira, en Pamplona, Norte de Santander.
El cabo primero del ejército Edwin Agredo Parra está encarretado con la conservación en el páramo de Santurbán y en Norte de Santander. Desde el batallón de Infantería Nº13 General Custodio García Rovira, la unidad militar a la que pertenece, empezó un trabajo para recuperar, cultivar, cuidar y plantar especies que permitan que las especies de árboles y plantas de esta región puedan ayudar para el cuidado del ecosistema.
Su trabajo tangible se traduce en dos viveros: uno con unos diez mil frailejones y otro con más de 25 mil especies de árboles endémicos de la región que ayudarán a la conservación de las fuentes hídricas y de los ecosistemas paramunos.
“Por intermedio del batallón se pudo lograr que el Ministerio de Ambiente nos donara un vivero de especies de alta montaña para esta zona. Teniendo en cuenta que tenemos una base en zona de páramos, con el personal, las instalaciones y la vía para llegar al punto y pues tenemos la mano de obra para este tipo de proyecto y las ganas que son más importantes”, cuenta el cabo Agredo.
El teniente coronel Juan Carlos Suárez León, comandante del batallón del Ejército Custodio García Rovira, explica que este proyecto se enmarca en la Operación Artemisa, y aprovecha la presencia de la unidad militar en la región en la tarea de conservación de las áreas, con este plan “se direcciona para cumplir una meta de reforestación teniendo presente que el proyecto de reforesta es una labor social de todos, y que el Ejército toma como una bandera para poder ayudar en un futuro a cuidar el medio ambiente y el ecosistema”. Con los dos viveros, agrega el oficial, “se beneficiará al páramo Santurbán”.
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El Instituto Humboldt tiene registro de unas 3.200 especies de plantas en el páramo de Santurbán, de las cuales cerca de 600 son endémicas de los Andes colombianos, por encima de los 3.000 metros.
Dentro de este listado, en este complejo de páramos este centro de investigación destaca que ocho especies están en peligro crítico de extinción según las categorías UICN —un listado que muestra las especies que están en riesgo— y 16 especies en categoría vulnerable.
Por esto la labor que se promueve desde el Ejército con estos dos viveros y donde el de frailejones cobra un sentido mucho mayor por ser una planta que ayuda en la conservación de las aguas. Por esto, el incendio que sufrió el páramo en febrero pasado donde se quemaron unas 450 hectáreas fue un golpe a la biodiversidad de esta región y más porque quemó algunas de estas plantas.
Según el Instituto Humboldt, en el páramo se cuentan “35 lagunas cartografiables a la escala definida, distribuidas en dos sectores, uno entre los municipios de Cáchira, Salazar y Arboledas, denominado complejo lagunar norte Cáchira, y otro entre los municipios de Vetas, Cucutilla y Mutiscua, denominado complejo lagunar Los Salados”.
El cabo Agredo explica que el sistema para el cultivo de las especies se ha hecho a través de semillas y esquejes, “ha sido muy bueno ver que nos han resultado”.
El diputado de Norte de Santander, Jhon Eddison Ortega, comparte que, con estos dos viveros, uno en alta montaña y otro en el batallón, se pretende que la comunidad también se apropie de la conservación del páramo y sus especies. “La idea es que este proceso no solo gravite en torno a una instalación física y que no solo esté bajo la tutoría de la base militar, si no que este ejercicio sirva de réplica para que las comunidades sepan cómo se hace y puedan calcarla en zonas de alta montaña y podamos conservar nuestro páramo. Vamos a defender a Santurbán evitando la entrada de la megaminería y ayudando a su restauración”.