Especial Finca raíz
Estas grandes intervenciones urbanas llevan a otro nivel la construcción en Colombia
El país avanza en el desarrollo de un nuevo concepto de vivienda integral que garantiza acceso a servicios complementarios para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Así ha sido su impacto.

El sector de la construcción en Colombia está viviendo una transformación profunda. Más allá de ofrecer metros cuadrados construidos, hoy la verdadera apuesta está en construir comunidades; espacios que eleven la calidad de vida, promuevan la sostenibilidad y estén conectados con las necesidades reales de las personas. Esta nueva visión está cambiando la manera en que entendemos el desarrollo urbano.
Durante décadas, el valor de una propiedad se centraba en su tamaño o ubicación. Hoy, sin embargo, se mide por la experiencia de vida: entornos seguros, verdes, accesibles, con infraestructura adecuada y equipamientos sociales, donde las personas puedan trabajar, estudiar, recrearse y convivir. Como afirmó Roberto Moreno, presidente y fundador de Grupo Amarilo, “cada vez se valora más el bienestar emocional y mental asociado al entorno físico, por eso la importancia de la naturaleza, la movilidad sin carro y los espacios comunitarios”.
Este cambio de paradigma tiene raíces normativas. La Ley 388 de 1997 fue un punto de inflexión para el país, al introducir una nueva forma de concebir el ordenamiento territorial. Gracias a ella, Colombia comenzó a planear sus ciudades, lineamientos ambientales, espacio público, infraestructura vial, función social del suelo y desarrollo sostenible. Fue así como surgieron proyectos urbanísticos integrales, donde el urbanismo dejó de ser un complemento para convertirse en el centro de la estrategia.

Intervenciones de gran escala
“En este contexto emergen las grandes intervenciones urbanas como respuesta concreta a retos como el déficit habitacional, el crecimiento desordenado de las ciudades, la desigualdad territorial y la urgencia climática”, señaló Moreno. Estos proyectos no solo ayudan a reducir la falta de vivienda, sino que permiten planificar mejor el uso del suelo, integrar servicios y equipamientos, y ofrecer soluciones sostenibles con visión de largo plazo que logren un equilibrio entre lo urbano y lo ambiental.
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Según el Ministerio de Vivienda, los grandes desarrollos urbanos combinan instrumentos de planeación, financiación y gestión del suelo para transformar territorios completos. Esto se traduce en más suelo urbanizable, ciudades más organizadas, mejor infraestructura y mayor calidad de vida, donde prima el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad como ejes clave.
Impacto real en las personas
A diferencia de los desarrollos lote a lote, las grandes intervenciones urbanas piensan en todo el ecosistema urbano. Incorporan desde el inicio colegios, centros de salud, vías, transporte público, comercio de cercanía, zonas verdes, parques y espacios para la cultura y el deporte. “Así, no solo se construyen viviendas, sino entornos vivos que favorecen la inclusión social, la movilidad sostenible y el sentido de comunidad”, agregó el presidente de Amarilo.
Para Juan Manuel González, socio de PGP Abogados, “el mercado entendió que más que una casa, la gente quiere un entorno que brinde seguridad, bienestar y oportunidades para progresar”.
Además, la llegada de nuevas generaciones más conscientes, la transformación digital y la crisis climática han redefinido los criterios de inversión. Hoy, muchos compradores buscan proyectos que cuenten con certificaciones ambientales, prácticas sostenibles y que les permitan tener una vida más flexible, conectada y armoniosa con el planeta.
Ciudades resilientes,inclusivas y sostenibles
El Banco Mundial estima que para 2050, siete de cada diez personas vivirán en ciudades. Esto exige nuevas formas de urbanizar que sean más inteligentes, humanas y resilientes. La respuesta no está en seguir creciendo hacia la periferia sin orden, sino en redefinir el modelo de ciudad desde adentro, consolidando grandes proyectos urbanos bien estructurados, articulados con los planes municipales y pensados para las personas.
En esa línea, Amarilo lidera el desarrollo de grandes intervenciones urbanas como Hacienda Casablanca, en Madrid, Cundinamarca; Ciudad Verde, en Soacha, y Alameda del Río, en Barranquilla, entre otros. Proyectos que integran vivienda con comercio, servicios, espacios públicos, infraestructura vial y prácticas sostenibles como la protección de ecosistemas y la medición de huella ecológica. Todo esto bajo el modelo de “ciudad dentro de la ciudad”, que busca construir tejido urbano, comunidad y bienestar integral.
Para Camilo Santamaría, arquitecto urbanista, el reto del sector es pensar en ciudades como sistemas complejos, donde el urbanismo, la sostenibilidad, la tecnología y la cultura se conecten para responder a los desafíos del siglo XXI.
*Contenido elaborado con apoyo de Amarilo