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El pionero de los aguardientes colombianos conquista los mercado del mundo
Luego de posicionarse como una de las marcas más icónicas del país, el Aguardiente Amarillo de Manzanares, que produce la Industria Licorera de Caldas (ILC), estará próximamente en Australia, Austria y Costa Rica.
La historia del Aguardiente Amarillo de Manzanares, producto insignia de la Industria Licorera de Caldas (ILC), se remonta a 1885, cuando nació la fórmula de esta bebida que hoy, luego de muchas evoluciones, es reconocida en el país como ‘el pionero de los aguardientes’. Para ese entonces, la receta de este producto combinaba la caña gorobeta, el anís sembrado en el cerro Guadalupe y el agua pura del nacimiento del río Santo Domingo que le daba un sabor fresco y aromático con el que fue ganando popularidad.
Su historia comenzó en el municipio caldense de Manzanares, enclavado entre las montañas del departamento, cuando un visionario llamado Jiménez se dio a conocer por vender en las calles del pueblo una bebida llamativa.
No dudó que conquistaría el gusto de las poblaciones aledañas, así que expandió su distribución a comunidades vecinas, donde llegaba con sus barriles cargados a lomo de mula. Gracias al espíritu emprendedor de Jiménez, hoy al Aguardiente Amarillo de Manzanares se le reconoce como uno de los licores de este tipo más antiguo que se produce en el territorio nacional.
Con los años, su inconfundible color y sabor característico le abrieron otros caminos. Luego eran las personas quienes hacían lo que fuera necesario para acercarse a un estanco, como se les llamaba a los expendios de licor, para comprar la bebida; inclusive cuando llovía, y los caminos se llenaban de lodo. De hecho, se dice que esto dio origen a una frase que los manzanareños volvieron como suya: “de culo pal estanco”. Los historiadores también aseguran que el término ‘gotereros’ surgió cuando un grupo de personas esperaba pacientemente que se escaparan gotas de los toneles de roble transportados en mula para tomar sin pagar.
Detrás de su inigualable color amarillo hay una explicación. El hecho de producirse de manera artesanal, con especias naturales, y ser transportado en toneles en el siglo XIX, hizo que fuera tomando ese tono característico, que hoy distingue a este licor de muchos otros. El negocio prosperó, y años después, la Industria Licorera de Caldas compró esta fórmula secreta, la cual preserva celosamente para que hoy pueda ser disfrutada por todos. Una de las decisiones que tomó la compañía fue mantener su aspecto, que algunos asocian con el tono de los rayos del sol.
En el año 2021, lanzó la nueva presentación de este aguardiente con 24 grados, sin azúcar, y se convirtió rápidamente en un fenómeno de ventas en el país. El ‘pionero de los aguardientes’ ya empieza a consolidarse en España, Ecuador, Honduras y Suiza y próximamente estará en Australia, Austria y Costa Rica.
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