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Colombia, el segundo país del mundo con más proyectos de construcción con certificación LEED. ¿Cómo lo logró?
El Valle del Cauca, Bogotá y Antioquia lideran la construcción sostenible en el país.

En un momento en el que el mundo exige acciones más contundentes frente al cambio climático y el bienestar de las personas, la sostenibilidad en el desarrollo urbano ya no es una opción, sino una responsabilidad compartida. En este contexto, las certificaciones en sostenibilidad se consolidan como una hoja de ruta para mejorar la calidad del desarrollo urbano y estructurar inversiones con visión de largo plazo.
Su actualización constante ha permitido que el avance de la sostenibilidad se dé cada vez más desde una visión integral, que incorpora lo ambiental, lo social y lo económico. Es el caso de LEED v5, la nueva versión del sistema de certificación más usada a nivel mundial, que pone el foco en tres ejes fundamentales: la descarbonización, la calidad de vida y la conservación y restauración de ecosistemas. Este enfoque actualizado responde no solo a los desafíos actuales del planeta, sino también a las expectativas crecientes de ciudadanos que exigen entornos más sanos, seguros y resilientes.

Colombia avanza con paso firme hacia una nueva forma de concebir y planificar el desarrollo urbano. Con 23 proyectos registrados bajo el sistema LEED para comunidades en planeación y diseño, y más de 1.750 hectáreas involucradas, el país ocupa el segundo lugar a nivel mundial en esta categoría, superado solo por China.
Las certificaciones de construcción sostenible desde un enfoque integral, como LEED, Casa Colombia o Envision, evalúan con criterios objetivos y medibles aspectos clave como eficiencia energética, biodiversidad, conectividad, movilidad, acceso a servicios y calidad de vida. Aunque cada una tiene su enfoque específico, comparten un principio común: estructurar proyectos más responsables.
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En el caso de LEED para Comunidades, en donde el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS) es el representante técnico y aliado estratégico de esta certificación, el enfoque va más allá del desempeño de una edificación con el fin de planear y medir el desarrollo de territorios completos, alineándose con objetivos climáticos mundiales, como el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Regiones como Valle del Cauca, Bogotá y Antioquia han asumido el liderazgo nacional en la implementación de esta herramienta, gracias al trabajo articulado entre constructoras, gobiernos locales y organizaciones del sector.
Hablamos de espacios con alto valor ecológico, corredores verdes, restauración de hábitats con flora nativa, así como de infraestructuras que promueven una vida más saludable. Bajo ese concepto se contemplan vías peatonales seguras, acceso a servicios básicos, cercanía a zonas verdes, y lugares para el deporte, la cultura y la recreación.
Colombia tiene la oportunidad de liderar la transición hacia un desarrollo urbano sostenible y resiliente. Pero hacerlo implica rigurosidad técnica, metas ambiciosas y compromiso colectivo. Apostarle a la construcción sostenible no es solo una estrategia corporativa, es un compromiso por construir entornos que generen impactos positivos en la vida de las personas y del planeta.
*Directora ejecutiva del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible