Empresas que Construyen País

Coca-Cola se la juega por las comunidades donde opera: así ha sido su impacto

A través de alianzas estratégicas la empresa fortalece iniciativas de conservación, reciclaje y bienestar que transforman vidas y territorios en Colombia.

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24 de octubre de 2025, 10:00 p. m.
Con esta poderosa frase Coca-Cola Colombia refuerza una filosofía
vital: cuando la colaboración conecta talento con oportunidades, se impulsa un cambio
A través de alianzas estratégicas y un compromiso con Colombia, Coca-Cola se la juega por el desarrollo socioeconómico de las comunidades en donde opera. | Foto: Coca-Cola

‘Nos une el país que queremos’. Con esta poderosa frase Coca-Cola Colombia refuerza una filosofía vital: cuando la colaboración conecta talento con oportunidades, se impulsa un cambio. Y no se trata de una campaña aislada, sino de una forma de trabajar con aliados y comunidades para propiciar el acceso al agua, el desarrollo de capacidades y la innovación social. De esta manera, la compañía se sienta a la mesa con un grupo de aliados de diferente naturaleza para convertir propósitos en transformaciones visibles.

Por ejemplo, junto a WERO, CEMPRE y redes como EKORED–ReciclaVe, se articulan rutas de acopio, trazabilidad y formación para recicladoras y recicladores. El objetivo es fortalecer lo que ya opera: mantenimiento de equipos, seguridad en las rutas y asistencia técnica para procurar que los envases encuentren su mejor destino, y potenciar así el valor y reconocimiento del trabajo de estas personas.

Coca-Cola Colombia también trabaja en alianza con el Fondo de Agua de Bogotá Región - Corporación Agua Somos. Desde hace más de una década, la compañía impulsa un marco integral de gestión y cuidado del agua, que en Colombia se traduce en iniciativas enfocadas en proteger cuencas, reabastecer el agua utilizada en la producción de bebidas, reducir el consumo en las plantas de producción y, junto con sus aliados, contribuir a mejorar el acceso a este recurso en comunidades que lo necesitan.

“Lo más especial ocurre cuando trabajamos en conjunto para hacer la diferencia en las comunidades donde operamos. Nuestro rol es unir puntos: sentarnos con WERO, CEMPRE, Agua Somos y los líderes locales, escuchar y poner los recursos para impulsar soluciones que queden en el territorio y sigan funcionando en el tiempo”, afirmó Juan Pablo Corredor, director de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sostenibilidad de Coca-Cola Colombia.

Impacto social

Muestra del impacto de esta visión es el caso de Jaime Avellaneda, uno de los beneficiarios del proyecto Agua del Futuro. Junto con su madre, vive en un predio familiar ubicado entre Guasca y La Calera, en pleno sistema Chingaza, dentro de la cuenca alta del río Bogotá.

Jaime y su familia tuvieron que abandonar su territorio por circunstancias adversas. Con el tiempo, lograron volver a su tierra y con lo poco que tenían decidieron intentarlo de nuevo. Así nació un proyecto de ganadería y piscicultura que, pese al esfuerzo, parecía condenado a quedarse corto frente a los sueños y aspiraciones de la familia.

“En ese momento llegó la propuesta de ser parte del proyecto Agua del Futuro y con esto la oportunidad de empezar a soñar en que la transformación del territorio para beneficio nuestro y del ecosistema era posible”, recordó Jaime.

Desde entonces, la historia tomó otro rumbo. Con el acompañamiento de Coca-Cola y sus aliados, este predio recibió apoyo en varios frentes. “El Fondo de Agua siempre se ha caracterizado por empezar escuchando a las comunidades, por entender de verdad lo que necesitamos. Nos dieron materiales como madera, postes y alambre, pero lo que marcó la diferencia fue la asesoría técnica. Nos hicieron ver que las cosas sí podrían hacerse realidad. No se trataba solo de insumos, sino de orientación clara para darle viabilidad al proyecto”, explicó.

Hoy, el predio de los Avellaneda es un lugar de transformación y esperanza. Aquí funciona una posada rural con restaurante y espacios para ecoturismo, donde los visitantes viven experiencias de educación ambiental. También han implementado viveros de bosque nativo y huertas, demostrando que la conservación puede ir de la mano con el desarrollo social.

“Este proyecto cambió la forma de relacionarnos con el entorno. Antes lo veíamos desde la subsistencia, ahora lo vemos desde la conservación. Hoy sabemos que el territorio es nuestra riqueza y hay que cuidarlo”. Para Jaime, el mayor logro no está solo en lo que se ve en su predio, sino en lo que ahora siente la comunidad: “Nos hizo creer que sí era posible salir adelante. Que no estábamos solos”.

Con entusiasmo, Jaime mira hacia el futuro: “La continuidad y el crecimiento de estos proyectos en la vereda serían un catalizador del cambio en nuestra comunidad. Permitiría que las familias de las veredas vecinas se enamoren de la riqueza de sus territorios y de la importancia de conservarlos. Eso es lo que más me ilusiona”.

El impacto de estas alianzas no se mide solo en resultados visibles en el territorio, sino en la confianza que genera en las familias que vuelven a creer en sus proyectos, comunidades que se organizan para cuidar su entorno y recicladores que ven su labor reconocida y fortalecida. En esa ecuación, Coca-Cola cumple un rol de articulador, generando espacios donde las comunidades lideran y se trabaja por potenciar la construcción de soluciones que permanezcan en el tiempo.

De la mano de sus aliados, la compañía reafirma que el país que queremos se construye con hechos y con colaboración. De esta forma, desde Coca-Cola Colombia se siguen sumando voces y capacidades para que cada proyecto deje huella donde más importa.

*Contenido elaborado con apoyo de Coca-Cola