Moda
Michelle Durango, esposa de Rigo, habló con SEMANA sobre su debut en Colombiamoda, este es el rol que tendrá la paisa en la feria de moda
La esposa del ciclista Rigoberto Urán conversa sobre su papel en el debut de Go Rigo Go en Colombiamoda 2025, su maternidad y su vida junto a uno de los ciclistas más queridos del país.


Michelle Durango es mucho más que la esposa de Rigoberto Urán. La paisa es la mente creativa y el motor del universo empresarial de Urán. Reconocida por su visión empresarial, capacidad de trabajo y sensibilidad diferencial, Durango ha conseguido posicionar marcas como Go Rigo Go en diversas ciudades, generar cientos de empleos y materializar alianzas basadas en la sostenibilidad y la innovación.
Este 2025, Michelle regresa con fuerza a los reflectores, especialmente de la moda nacional. La marca deportiva debutará en las pasarelas de la edición 37 de Colombiamoda con una apuesta sostenible y coherente con su ADN. Michelle conversó con SEMANA sobre su papel en el desarrollo de la colección, su maternidad y su vida junto a uno de los ciclistas más queridos del país.

SEMANA: Luego de la llegada de su segundo hijo, Máximo, usted regresa con mucha fuerza. Hablemos del debut de Go Rigo Go en Colombiamoda.
Michelle Durango: Para nosotros es un honor estar allá, porque somos la única marca de ciclismo que ha estado en una pasarela de Colombiamoda. Esta fue mi oportunidad para volver a estar con los diseñadores, ponerle mi sello, ese sello diferenciador de meterle moda al ciclismo, porque la gente necesitaba eso. Las mujeres también empezaron a montar más y querían verse lindas en la bicicleta. Y a través de Go Rigo Go quisimos darles eso.
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Para esta colección hicimos una alianza con una empresa de licores que tiene un proyecto de sostenibilidad bellísimo: guarderías de corales en San Andrés y Santa Marta. Usan el vidrio molido de las botellas para hacer las bases donde siembran los corales, creando hábitat para los peces y generando una economía circular, además de involucrar a los pescadores como jardineros del mar. Eso me tocó mucho.
De ahí nació la idea de nuestra colección, inspirada en el mar, los colores de la arena, de los corales, las algas y ese azul tan lindo del mar. Es una colección simple, pero conectada con la sostenibilidad.
En las prendas de la colección, por ejemplo, las etiquetas son ciento por ciento de algas marinas y vienen con un paquete de semillas de remolacha; los empaques de la ropa son ciento por ciento biodegradables. Así vamos siendo coherentes con el proyecto y contribuyendo a dejar un mejor mundo para nuestros hijos.

SEMANA: ¿Cómo se llama la colección y qué más detalles nos puede dar sobre la pasarela?
M.D.: La colección se llama Ride the Waves y es una colección con un propósito. Porque no se trata solo de vender camisetas, se trata de hacer las cosas con sentido. Nosotros rodamos con propósito, es más que moda, es amor al ciclismo, pero de una manera correcta. Sobre la pasarela, puedo decir que el 90 por ciento será de ciclismo. Pero también habrá pantalonetas y prendas para correr y estar cómodas. En total, vamos a tener entre 15 y 20 salidas en la pasarela, en un show de unos 20 minutos. Es mi primera vez, así que estoy supernovata, pero todos me han ayudado mucho en la organización, porque acá todo lo hacemos con muchísima pasión.
SEMANA: ¿Cómo ha logrado el equilibrio entre las responsabilidades como pareja, padres y empresarios?
M.D.: No ha sido fácil, a veces toca bloquear la agenda para la familia, porque a veces Carlota pregunta si el papá va a dormir en la casa, porque Rigo se va muy temprano y regresa cuando ella ya está dormida. A veces uno sí se cuestiona el balance entre trabajo y tiempo en casa, porque no es solo tiempo, es calidad de tiempo.
Cuando vivíamos por fuera, sentía que pasábamos más tiempo juntos. A veces él dice: “Yo amo mi país, pero allá teníamos más tiempo de familia”. Ahora que vivimos acá, agradecemos profundamente que la gente crea en nosotros, en Rigo y en Go Rigo Go, porque sabemos que no depende solo de él, sino del trabajo y la pasión que le ponemos a cada proyecto. Si vamos a hacer algo, tratamos de hacerlo bien, con sello de calidad. Por eso tenemos tanto trabajo. Es una bendición. Hay que balancear los compromisos, pero todo esto son bendiciones.
SEMANA: El día de la pasarela también será el cumpleaños de su segundo hijo, Máximo. Hablemos sobre su maternidad, ¿cómo la podría definir y cómo ha vivido ese momento tan íntimo pero a la vez tan público?
M.D.: Disfruto ser mamá, y desde que tuve a Carlota y a Máximo pienso mucho en las mamás solteras, adolescentes; en mi amiga Cata Escobar, que apoya a las niñas de su Fundación Juanfe. Yo tuve a mi hija a los 34 y aun así me sentía bebé criando a otro bebé. He tenido una red de apoyo inmensa: mis hermanas, mi mamá y personas increíbles ayudándome en casa. Pero, aun así, hay días difíciles. Uno de ellos fue tener a Máximo en la UCI. Fueron 11 días muy duros, casi todo diciembre. Ahí es cuando uno realmente conoce el miedo a la pérdida. A mí me tocó entregarlo sola a la UCI, recibir toda la información de los médicos; me dijeron: “No puedes lactarlo, no puedes cogerlo, va con sonda”. Yo estaba en shock. Después llegó Rigo, pero a mí me tocó toda la crisis y eso me marcó mucho. Pero verlo hoy, sano, feliz, uno agradece.
Otro momento retador fue mi parto, a mí me hicieron cesárea de urgencia por sufrimiento fetal y nadie me explicó lo que iba a sentir: el frío, los temblores, sentir que te mueres. La recuperación es dura y enseguida te entregan el bebé, tienes que lactar, pesan al niño, todo es una mezcla de susto y cansancio. La maternidad nos la presentan como ideal, pero es necesario que en el colegio enseñen de verdad lo que son el embarazo, el parto y la lactancia: que da miedo, que duele, que te cansas y que es difícil.

SEMANA: Hablando sobre maternidad y madres, ¿cómo está de salud la mamá de Rigo?
M.D.: La mamá de Rigo estuvo en UCI, Rigo en este momento está en la clínica con ella. Estamos orando muchísimo, mandándole toda la energía, Carlota le hace cartas para que se mejore. Yo creo que doña Aracely es una mujer como de otros materiales, así como Rigo; yo no sé, ella tiene mil cosas, pero sale de todas.
Tenemos esa ilusión de verla recuperada y mentalmente feliz. Queremos eso como familia: que ella se sienta muy contenta, con propósito de vida, no necesariamente por los nietos, sino por ella, que viva feliz. Es duro, pero lo importante es que esté feliz. Ya doña Aracely no está en UCI, salió a cuidados especiales y ahora está hospitalizada. Ella es impresionante, siempre sale adelante.
SEMANA: ¿Hay algo que le haya dolido o la haya marcado por estar abierta a la opinión pública?
M.D.: No, la verdad no. Con la novela, por ejemplo, todo superbonito. Curiosamente, me pusieron superbonita y supertierna; en realidad, ni soy tan tierna ni tan delicada. Me pusieron más bonita y más inteligente de lo que soy. Han sido, al contrario, experiencias superbonitas. Soy muy casera, no salgo tanto, así que no me ha tocado eso.
No ha habido odio hacia mí o al menos no me he dado cuenta, quizá porque estoy toda desconectada de las redes. Donde sí he sentido un choque fuerte ha sido con Carlota, porque a ella no le gusta que la toquen y la gente a veces le toca la cabeza, los brazos, y ella se molesta mucho. Creo que es importante enseñar a no tocar a los niños.
SEMANA: ¿Y cómo han vivido Carlota y Máximo el hecho de tener padres tan reconocidos?
M.D.: Cuando Rigo se toma fotos con la gente, Carlota se pone furiosa porque siente que le están quitando a su papá. Pero nosotros le explicamos la situación. Finalmente, son cosas que uno va manejando como mamá. Es parte de lo que nos ha tocado aprender juntos.
SEMANA: ¿Qué odia de Rigo?
M.D.: A veces es tan mentiroso, pero mentiroso bromeando y como de echar cuentos. A veces se pone a inventar historias y no todas las personas saben que es una broma y algunos se creen toda la historia. Ahí me toca decirle: “Mono, no todos entienden que es una mentira” (risas).
SEMANA: Finalmente, ¿qué es lo que más ama de él?
M.D.: Lo amo porque es un ser humano muy noble.