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La historia de la artista colombiana invidente elegida por Netflix para trabajar en una de sus grandes producciones
La artista plástica nació en el Quindío y tiene más de cuatro décadas de experiencia como creadora.
Este jueves 2 de noviembre, Netflix lanza una de sus grandes producciones de 2023. Se trata de La luz que no puedes ver, una innovadora miniserie que sigue la historia de Marie-Laure, una joven francesa que es ciega, la cual, junto con su padre, huye del París recién ocupado por alemanes, en plena guerra mundial, con un legendario diamante para evitar que caiga en manos de los Nazis.
Para celebrar el estreno de la esperada miniserie, Netflix le encargó una obra a la artista plástica María del Carmen Torres, quien al igual que la protagonista tiene una discapacidad visual. El objetivo era que creara una obra inspirada en la conmovedora y emocionante historia.
Para realizar la obra, que le fue encargada este año, María del Carmen tuvo la oportunidad de escuchar la miniserie mediante el audio descriptivo, una herramienta utilizada para garantizar que usuarios de Netflix con discapacidad visual puedan experimentar detalles importantes, como el escenario y los gestos de los personajes.
Además, participó de una experiencia organizada exclusivamente para ella, donde pudo percibir olores como el de pan recién hecho, la tierra mojada e incluso la pólvora y los sonidos inspirados en la serie, además de tocar objetos como una radio de la época y una maqueta de Saint-Malo, idéntica a la vista en la miniserie.
Su obra será exhibida por Netflix en el Aeropuerto El Dorado, de Bogotá, a través de pantallas publicitarias y en las redes sociales de Netflix, haciendo parte del arte visual de la campaña.
María del Carmen Torres es una artista plástica nacida en Calarcá, Quindío. Pero, sus padres y ella llegaron a la capital colombiana cuando la artista era muy joven, debido al “desplazamiento que causó la violencia en la región. Llegamos a Bogotá y mi madre, como era artista también, siguió trabajando acá y de eso, de hecho, vivimos muchos años. Como crecí con ese ambiente de artista, me comenzó a gustar mucho la pintura y la escultura”, relata María del Carmen.
“Siempre me dije: ‘yo no puedo morirme sin pintar un cuadro’. Incluso, de pequeña pintaba en cubetas de icopor. Pero, con el tiempo seguí sintiendo la necesidad de pintar más. Y sí, lo considero una necesidad, porque la escultura y la pintura me llenan”, dice.
Según la artista, una vez comenzó “a perder más la visión y a sentir que era diferente, que dejaba de conocer personas… traté de mezclar la escultura con la pintura, fue una forma distinta de hacer arte. A día de hoy me conecto mucho con las obras, me preocupo de plasmar lo que estoy sintiendo, tanto en esculturas como en obras pictóricas, y hay gente que me cuenta su historia y yo trato de llevarlo a mi arte y reflejar esa sensación en lo que creo. Ese es mi sentir como artista”.
Sobre el tipo de arte que la define, María del Carmen explica que consiste en “trabajar un relieve sobre un bastidor y sobre él pinto con un pincel, pues se me facilita más trabajar en 3D. A mi forma de pintar le llamó brocha estrellada (risas). Yo tengo que estrellar el pincel contra la tela para poder sentir lo que estoy pintando”.
Sin embargo, aclara que actualmente ha “optado por poner una aguja entre las cerdas del pincel, para sentir más. Ahora, algo que sucede es que cuando uno pierde uno de los sentidos, se le desarrolla otro con más intensidad, en mi caso fue el olfato. Hoy en día no tengo que pedir ayuda para llegar al color que deseo porque ahora puedo oler las mezclas de los colores y al sentirlos, moviendo el pincel, puedo medir la densidad y de ahí saber cuánto necesito diluirlo”.
Ese enorme talento no pasó desapercibido por Netflix. “Me gustó muchísimo la serie. Me transportó gracias a la forma en la que se describe la historia. Incluso, hubo un momento en donde sentí que yo era la misma Maria-Laure. La manera en la que ella sale a la calle y debe reconocer el sitio en el que vive… yo lo hago también, de hecho reconozco las cuadras contando mis pasos, de la misma forma que ella misma se ubicaba. Ahora, desde un lugar más personal, yo interpreto que La luz que no puedes ver es esperanza, como la que Maria-Laure tenía cuando hablaba por la radio y seguía teniendo el anhelo de volver a ver a su padre. La esperanza es algo que no se puede ver, se siente. La visión no tiene límites, y Marie-laure no se puso uno, por el contrario, se fortaleció”, asegura la creadora colombiana.
María del Carmen describe La luz que no puedes ver como un canto a la esperanza; “como la que Maria-Laure tenía cuando hablaba por la radio y seguía teniendo el anhelo de volver a ver a su padre. La esperanza es algo que no se puede ver, pero se siente”.