La clave es soltar: los consejos para no sufrir de Mel Robbins, la mujer con el podcast más escuchado del mundo y 5 millones de libros vendidos

La mujer que les da consejos a miles de estadounidenses suma millones de reproducciones en audio y video y tiene el bestseller número uno, según The New York Times. Comenzó una carrera en ascenso después de haber vivido la más dura de las derrotas. Ella era una abogada de Nueva York a la que la vida no le sonreía. “A la edad de 41 años me encontré a mí misma debiendo 800.000 dólares, sin empleo y con el negocio de mi marido –un restaurante– desmoronándose”.

La sensación de fracaso era abrumadora. “Ambos nos sentíamos como si hubiéramos perdido en la vida, sin perspectiva alguna de pagar aquella deuda. (…) Para lidiar con la ansiedad y la inseguridad, mi principal estrategia fue la evasión. Posponía la alarma para evitar despertarme. Bebía para evitar el dolor. Culpaba de mis penas a mi marido para evitar asumir mi responsabilidad. Procrastinaba de mil formas diferentes para evitar buscar trabajo”.

Robbins narra así su historia al comienzo de su libro Let Them, un fenómeno en ventas en Estados Unidos y Europa. Lleva más de 5 millones de copias vendidas en 56 idiomas. La autora asegura que comienza contando sus pesares porque este puede ser el momento en el que su libro encuentra a quienes buscan ahí sus lecciones. La tesis con la que arrasa es relativamente sencilla. “Deja de desperdiciar la vida preocupándote por cosas que no puedes controlar. Este concepto tan simple consiste en ser más libre: libre de la maldición de intentar controlar a los demás”.

La autora asegura que “cuando dejas de obsesionarte con lo que otra gente piensa, dice o hace, encuentras por fin la energía necesaria para centrarte en tu propia vida. Dejas, así, de reaccionar y empiezas a vivir. En vez de volverte loco tratando de controlar o complacer a los que te rodean, aprendes a soltar”. Según ella, millones de seres humanos en el mundo viven intentando forzar al mundo a cumplir sus expectativas. Y asegura que en el momento en que se deja de hacerlo las cosas simplemente comienzan a pesar menos y hacerse más fáciles. “Un concepto tan simple –el dejar, el soltar– lo cambia todo”.

Con sus experiencias personales, Robbins asegura que cuando ella abrazó la teoría de soltar simplemente dejó de sufrir. Así, muchas de las cosas que antes la estresaban o le ponían la vida con las patas para arriba dejaron de verse tan graves. “El espacio mental que antes les dedicaba a asuntos banales, tonterías y dramas aleatorios ahora estaba libre para albergar cosas más importantes”, asevera en su libro. La razón por la cual las personas buscan controlarlo todo, según ella, tiene que ver en parte con la idea de sentirse superior y pensar que siempre se pueden hacer las cosas mejor que los demás. Robbins aclara que su tesis no implica dejar que todos hagan lo que quieran en desmedro de uno mismo. Por el contrario, asegura que esa ecuación de “déjalos” no está completa si no se llega al “déjate”.

“La teoría del dejarlo estar no debería hacerte sentir solo ni invisible, sino más conectado con la gente que te rodea y más satisfecho en general. Siempre, siempre, va a hacerte sentir mejor, no peor. Si te está haciendo sentir mal, es porque estás usándola de forma incorrecta. Así que te recuerdo de nuevo que te asegures siempre de aplicar el segundo paso, pues es el que de verdad te cambiará la vida”, sostiene ella. La autora da consejos prácticos para momentos de mucho estrés. “Así es cómo funciona: cuando suceda algo que te estrese lo más mínimo, dite: ‘Déjales’. Tómate un momento y luego dite: ‘Déjame’ y respira profundamente.

Déjate coger aire de nuevo, calmar tu respuesta al estrés, apaciguar tu cuerpo y tu mente y recuperar tu poder. Esto parece algo insignificante, pero puede convertirte en una persona diferente. Al calmar tu respuesta al estrés, puedes decidir qué decir, pensar o hacer, en vez de permitir que las emociones dicten tu reacción”, concluye. Según ella, si se practica esto, nunca se vuelve a caer en mensajes enviados en momentos de ira contra las personas más cercanas, ni en las respuestas dolorosas e hirientes que se suelen lanzar en la familia en los momentos más tensos.

Dejarlos no significa poner a los otros primero, sino todo lo contrario, ponerse a sí mismo antes. Es decir, saber que hay cosas que no merecen que se les presten atención o que quiten tiempo valioso que debería usarse para otras cosas que sí lleven a momentos de más plenitud. Y ahí la clave está en saber elegir las batallas. “Si algo te importa lo suficiente, esa persona puedes ser tú. Siempre hay algo que hacer, y tú puedes suponer la diferencia. Y si no te importa lo suficiente como para involucrarte, deja de quejarte al respecto: lo único que consigues con eso es estresarte, algo que, como ya hemos visto, es necio y ridículo. Hablar es fácil, pero si algo te preocupa o te molesta de verdad, intenta cambiarlo”, señala.

Robbins cuenta que ella suele asesorar a cientos de personas. Y que se ha metido a ayudarlas a resolver hasta los problemas más cotidianos, como las peleas con la suegra o las parejas. En esos casos, la autora asegura que “lo único que puedo ofrecerte son herramientas que te ayuden a decidirlo por ti mismo. ¿Quieres que esa persona esté en tu vida? Si es así, la teoría del dejarlo estar te será de ayuda”.

Su consejo también es darles tiempo a quienes suelen ser estresantes y tratar primero de ser empático y compasivo, pues, según ella, con el tiempo las personas suelen cambiar la percepción. Sin embargo, aclara que hay que tener siempre presente que cada quien libra sus propias batallas internas. “Todos nos merecemos sentirnos vistos, apoyados y queridos, sobre todo por parte de nuestra familia. Pero la realidad es que la mayoría de seres humanos nunca han intentado siquiera conocerse a sí mismos, sanar su pasado o aprender a gestionar sus propias emociones. Y si no han sido capaces de hacerlo por ellos mismos, lo más seguro es que sean incapaces de hacerlo por ti, o incluso de demostrarte su cariño correctamente”.

Para ella, el cariño y la empatía son un búmeran que si lo lanzas se devuelve con la misma fuerza. “Algo tan sencillo como sabernos los nombres de las caras que nos rodean nos ayudará a sentirnos más conectados con el lugar en el que vivimos… Ese tipo de lazos son también una parte de nuestra vida importante, y pueden convertirse en una base que mejore nuestro día a día”.

Pero advierte que nunca se tiene éxito cuando se intenta ayudar a los demás, especialmente a quienes se ama, exigiéndoles hacer cosas que se consideran correctas y buenas. Ella cuenta su propio ejemplo: “Presioné a una de mis mejores amigas a volver a tener citas, le regalé a mi hermano una suscripción a un entrenador personal, intenté forzar a mi madre a ir a terapia. Un error tras otro. Obviamente, nada de ello funcionó, porque presionar a alguien solo genera resistencia en esa persona”.“El primer cambio de comportamiento que debes implementar es dejar de presionar a los demás y empezar a aceptarlos. Déjales ser, estar. Cuando aceptamos a los demás tal como somos, cesa esa absurda y frustrante batalla por el control y nos preparamos para ganar la guerra por el cambio positivo”, concluye.

Robbins también habla de los malos momentos y asegura que “casi todas las experiencias, incluso las peores, te enseñan algo”. Al final, sostiene ella, “eres la única persona con la que seguro que pasarás el resto de tu vida”.