Género
Intuición y esencia femenina, la revolución de la actriz María José Martínez
La reconocida actriz, periodista y escritora colombiana habla sobre cómo potenciar la esencia femenina y la importancia de prestar atención a la intuición.
María José Martínez ha formado parte de la televisión colombiana desde 1996, cuando tenía 16 años. Desde entonces ha protagonizado grandes producciones, como La ley del corazón, Pecados capitales, Garzón, Tu voz estéreo, Fugitivos y La caponera, entre otras.
La actuación es solo una de las pasiones de la bogotana. Es periodista, locutora, pet lover, amante de la cocina, especialmente de la italiana, y escritora. Es autora de El príncipe azul se destiñe con la primera lavada (2010) y Gatos, hombres y otras especies domésticas (2013).
A propósito del lanzamiento de su más reciente libro, Revolución pink, una reivindicación de la esencia femenina, SEMANA conversó con ella sobre la feminidad, el feminismo, las relaciones de pareja y la maternidad.
SEMANA: ¿Por qué es tan nocivo seguir creyendo en la idea de la media naranja?
Lo más leído
María José Martínez: Los temas de la media naranja, del alma gemela y de todas esas promesas mágicas no me gustan y no me las creo. Esas nociones son nocivas, porque las soluciones mágicas no existen. Lo que pasa es que las personas empiezan a idealizar a sus parejas y empiezan a repetir patrones dañinos. La realidad es que las relaciones de pareja hay que trabajarlas y eso no pasa cuando se sigue creyendo en esas nociones mágicas de almas gemelas, que lo único que hacen es que tú pongas a las personas en un pedestal a pesar de lo malo.
SEMANA: En el libro habla de las good girls. ¿A qué se refiere con ese término?
M.M.: Me refiero a la noción de mujer perfecta, la que nunca tiene una arruga en su ropa, la que algunos hombres llaman ‘la mujer matrimonial’. Detrás de la idea de la good girl hay un condicionamiento muy doloroso que parte desde la infancia, cuando a las niñas se nos dice que no podemos contradecir o no podemos decir que no, y eso lo que hace es desconectarnos de nuestra propia intuición y que a largo plazo aprendamos a ignorar nuestra incomodidad por no incomodar a los demás. Ignorar los propios sentimientos y sensaciones es muy nocivo y es muy represivo.
SEMANA: En el libro usted habla sobre el dilema de ser o no madre. ¿Por qué?
M.M.: Una de las razones por las cuales las mujeres no quieren tener hijos es porque somos hijas de supermujeres, y las supermujeres solo son la romantización de una sobrecarga muy injusta. Es decir, mujeres que han tenido que hacer todo solas y que luchan solas por sus hijos. Históricamente, la crianza siempre ha sido una carga solo de las mujeres, y esa ausencia de paternidades ha cobrado un precio muy alto: que las nuevas generaciones de mujeres no quieran ser madres. Hoy hay mucho miedo alrededor de la maternidad, porque hay un pasado marcado por madres y abuelas que sufrieron mucho y en el que hubo mucha negligencia.
SEMANA: ¿Por qué es importante prestar atención a la intuición?
M.M.: La intuición en la mujer es una brújula primitiva, es la forma como nos conectamos con la naturaleza y el planeta. Siento que la intuición es lo que amarra al cuerpo con el alma y con el espíritu. La intuición se siente en el cuerpo. La intuición es muy importante, porque es nuestro aviso natural de que algo está pasando, es nuestra señal de alerta más grande que tenemos, y cuando nos desconectamos de ella y la ignoramos, pues ella deja de funcionar y se confunde. La manera de recuperar esa intuición es hacerle caso y empezar con pequeñas cosas; por ejemplo, si tú sientes que algo no cuadra con una persona, hazle caso a esa vocecita, a ese feeling y aléjate de esa situación o persona. Nunca dudes de esa voz interna que te dice que algo no está bien. Se trata de empezar a identificar cuándo es intuición y cuándo son temores irracionales, porque también se pueden llegar a confundir. La intuición es un arma y es una maestra poderosísima, es una brújula para la vida.
SEMANA: ¿Por qué la vejez es un privilegio?
M.M.: Para mí la vejez es un camino muy lindo, es un lugar de descanso, porque a lo largo de toda nuestra vida hemos estado pendientes de otros y no de nosotras. Por eso, cuando llega la vejez, es el momento de estar contigo y descansar. Hoy la vejez no se debe ver como una forma de fracaso, sino como un privilegio que nos libera de muchas cargas. Actualmente, la belleza es concebida como la riqueza para el hombre, el estatus en una mujer hoy se mide por su belleza. Por eso, muchas mujeres quieren ser bonitas y se operan, y eso no las hace bobas, al revés, son muy inteligentes porque la belleza les da poder.
SEMANA: ¿Por qué el feminismo se ha vuelto un arma de doble filo para las mujeres?
M.M.: Lamentablemente, hay un feminismo que es casi religioso en el que tú no puedes tener una opinión en contra porque no hay espacio para enriquecer el discurso y eres tildada de marioneta del patriarcado. Entonces, la mayoría de las mujeres no nos sentimos identificadas con eso. Otra palabra de la que se abusa mucho es la del empoderamiento, y hay actitudes que realmente no tienen nada de empoderador como, por ejemplo, la prostitución. Es muy triste que las mujeres no quieran ser feministas, porque todas necesitamos reclamar nuestro espacio en la sociedad.
SEMANA: ¿Cómo lograr la reivindicación de la esencia femenina?
M.M.: Lo primero es entender que las mujeres necesitamos una tribu, necesitamos conexión y una red de apoyo. Deberíamos empezar a tener más empatía y muchísima más lealtad entre nosotras como género. El proceso de la reivindicación de la esencia femenina requiere reconstruir esa conexión y esa lealtad de género. Al final, todas queremos lo mismo. No significa que todas tengamos que pensar igual y tengamos que estar todas de acuerdo, se trata de no atacarse entre nosotras y no juzgarnos entre nosotras.
SEMANA: ¿Por qué es necesario prestarles atención a la energía femenina y masculina que proyectamos ante los demás?
M.M.: Lo importante aquí es entender que la energía masculina y la energía femenina tienen que estar en equilibrio. Lo que está pasando ahora es que hay mucha energía masculina. Incluso Santiago Rojas lo explica de una manera muy linda; él dice que el hombre tiene metas, propósitos y busca conseguir las cosas a cualquier costo, y la energía femenina va más con los ritmos naturales de la naturaleza. Es normal que las mujeres tengamos nuestra energía masculina, porque debemos defendernos, especialmente, pues vivimos en un mundo hecho para los hombres. Los hombres también tienen su lado femenino, pero siento que está desconectado, y eso a ellos les trae mucho sufrimiento porque no saben amar. La vida trata de encontrar un balance. Minimizar nuestra feminidad y agrandar nuestra masculinidad es desbalancear nuestra esencia.
SEMANA: ¿Con qué se van a encontrar las personas que lean su libro?
M.M.: Creo que es un libro que los va a confrontar, sin duda, pero también es un libro que abre la mente, que da luces de lo que es vivir de este lado de la película, de lo que es ser mujer.