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Este es el “calmante” con el que Luly Bossa trata de sobrellevar la pérdida de su hijo Ángelo
Desde los 10 años de edad, el hijo de Luly Bossa fue diagnosticado con distrofia muscular de Duchenne.
El pasado 9 de marzo, la actriz Luly Bossa dio a conocer a través de sus redes sociales que su hijo Ángelo había fallecido en horas de la mañana, en un video con lágrimas en los ojos en el que pidió ayuda para darle un entierro digno a su hijo. Además, acudió a las oraciones de sus seguidores para superar este gran dolor.
Recientemente, en sus historias de Instagram, dejó ver cuál es el ‘método’ que le ayuda a sobrepasar la perdida de su hijo, que cumple un mes desde que partió.
Luly Bosa contó que el pasado jueves 4 de abril le regalaron un gato, que según ella ha sido una bendición en medio de su proceso, pues asegura que el animal tiene un calmante especial.
“Ella se la pasa metida en mi cuello y tiene un efecto calmante especial. Me la trajeron de regalo el jueves y es la cosa más bonita”, anotó.
Algunos de sus seguidores le dijeron a Luly Bosa que en ese pequeño gato se encontraba su hijo, dándole el mismo amor que ella le daba: “En ese pequeño angelito sin alas está todo el amor y cuidado que tu hijo te brindaba día a día, ellos son los mejores sanadores de alma y corazón, cuídalo como un tesoro, él viene con una misión muy grande… No olvides operarlo y así se domesticará mejor. Un abrazo y que viva la mamá gatuna más valiente que hay en la tierra… ¿Es gata o gato?”.
Desde los 10 años de edad, el hijo de Luly Bossa fue diagnosticado con distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad rara que afecta a miles de personas en el mundo y que se caracteriza por presentar una condición degenerativa la cual, a medida que avanza, hace que los músculos se deterioren progresivamente.
Cuando le dieron la noticia de la enfermedad de Ángelo, Luly supo que debería darle todo el apoyo posible para brindarle las mejores condiciones de vida pese a lo grave de su enfermedad. Los médicos fueron muy claros desde el principio al decirle que el entonces pequeño de diez años sufría una dolencia que solo afecta a una de cada 6.000 personas, por lo que su vida estaría entre tratamientos y frecuentes idas al hospital.
Aunque el diagnóstico no era nada fácil, la actriz decidió asumir este reto. Desde el principio, le brindó todo el apoyo que necesitó durante cada etapa de su vida. En más de una ocasión, tuvo que dejar de lado sus planes de trabajo para concentrarse en la salud de su hijo, sin embargo, ella decidió ver las cosas desde la perspectiva del amor.