Realeza
En fotos. Cumbre de la realeza en la boda del príncipe de Jordania, la cual pone fin a la trifulca por la sucesión al trono
El fastuoso matrimonio deja claro que la reina Rania, esposa del rey Abdullah, le ganó el pulso a la popular reina Noor en su pugna por poner a sus hijos en el trono hachemita.
Desde la pasada coronación de Carlos III del Reino Unido, no se veía tal congregación de testas coronadas en un solo recinto.
Los príncipes de Gales, los reyes Juan Carlos y Sofía de España, los reyes Willem-Alexander y Máxima de Holanda, los herederos al trono de Suecia, Dinamarca y Noruega, y la primera dama de Estados Unidos, entre otros, figuraron en la lista de invitados, lo cual demuestra la importancia de la monarquía jordana como gran aliada de Occidente en el convulsionado Medio Oriente.
Muy orgullosos, los reyes Abdalá y la bellísima Rania, los convocaron en su palacio de Zahran, en Amán, para el enlace entre su primogénito, el príncipe Huséín, con Rajwa Al Saif, una arquitecta emparentada con la casa real de Arabia Saudita.
Este último dato es importante, pues si bien se considera que es una boda por amor, también hay algo de conveniencia, pues para algunos observadores de la región, significa un fortalecimiento de los nexos de Jordania con su vecino más poderoso y acaudalado en el Medio Oriente.
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El matrimonio tampoco fue solamente un evento social más, sino que muchos lo ven como el cierre de la polémica al interior de la casa real alrededor de la sucesión al trono.
Para analistas como Oliver Holmes, de The Guardian, de Londres, todo el despliegue que la casa hachemita de Jordania hizo antes y durante la boda, no es otra cosa que la ratificación de que el heredero al trono es Huséin.
La reina Rania, quien es muy activa en las redes sociales, ha venido registrando los momentos previos al enlace, desde el compromiso, hasta los rituales propios de las bodas musulmanas, como la fiesta de la jena para la novia.
La esposa de Abdalá II también publicó imágenes de la ceremonia, desde la llegada de los invitados, el intercambio de votos y la fiesta popular por el suceso.
Como dato curioso, el encargado de entregar a la novia no fue su padre, sino su nuevo cuñado, el príncipe Hashem.
Luego de la ceremonia, los novios protagonizaron un desfile en caravana por las calles de Amán, escoltados por múltiples tropas a bordo de Land Rovers rojos y en medio de las aclamaciones de los súbditos, lo cual es visto como una manera de llamar la atención sobre Huséin y afianzar su posición.
“Esto no es solo un matrimonio, esta es la presentación del futuro rey de Jordania”, puntualizó en The Guardian.
Para entenderlo, hay que remontarse a 2021, cuando el príncipe Hamzah, hermano medio del rey, fue acusado de conspirar para tumbar al monarca, con la ayuda de gobiernos extranjeros.
En consecuencia, el príncipe rebelde fue puesto en arresto domiciliario y obligado a firmar una promesa de ser leal al rey. También fueron puestos presos 19 integrantes del supuesto complot.
Hamzah es el hijo mayor del rey Huseín I, padre de Abdalá II, con la conocida reina Noor, quien no es la madre del actual rey.
Cuando Huseín I murió dejo a Hamzah como heredero de Abdalá, quien le quitó ese derecho en 2004 y puso en su lugar a su propio hijo, el futuro Huséin II, designación que hizo oficial en 2009.
El caso es visto además como una pugna entre Rania y Noor, interesadas cada una en defender los derechos de sus hijos sobre el trono. Está visto quien es la ganadora.
La prominencia del príncipe, de 28 años, ha crecido en los últimos años, ya que su padre lo incluye constantemente en sus compromisos oficiales. Incluso, lo ha dejado como regente cuando se ha ausentado del país.
Al casamiento también asistieron los monarcas de Bélgica, Brunéi y Malasia, al igual que representantes de las casas reales de Dubái y Omán.