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El día que Ozzy Osbourne mordió la cabeza de un murciélago real en su concierto, así fue el excéntrico momento
El cantante de heavy metal protagonizó, hace 43 años, uno de los conciertos más inolvidables de la industria musical.

La noticia del fallecimiento de Ozzy Osbourne, una de las figuras más emblemáticas y polémicas del heavy metal, sigue dándole la vuelta al mundo.
Su fallecimiento también ha vuelto a poner sobre la mesa los episodios más inolvidables y controversiales de su larga carrera. El líder de Black Sabbath, conocido tanto por su talento como por sus excesos y excentricidades, murió a los 76 años de edad, según informaron familiares en Reino Unido.
Junto a su legado musical, uno de los momentos que más marcó la cultura popular fue la infame noche en la que mordió la cabeza de un murciélago en pleno escenario, un episodio que nunca dejó de perseguirlo durante el resto de su vida.
Ocurrió el 20 de enero de 1982, en el Veterans Memorial Auditorium de Des Moines, Iowa, durante una presentación de la gira “Diary of a Madman”. Según relató en su momento el propio Osbourne, en medio de la euforia del público, alguien lanzó lo que él creyó un murciélago de goma al escenario.
Ozzy, fiel a su excéntrico estilo y siguiendo la costumbre de sus espectáculos llenos de teatralidad y oscuridad, tomó el animal y, sin sospechar que era un animal real, le mordió la cabeza. Inmediatamente, el cantante notó que el murciélago no era de utilería y, aterrorizado, lo escupió frente a sus fanáticos atónitos.

Mark Neal, de 17 años, fue quien le arrojó al murciélago hacia el escenario y contó después que había encontrado al animal muerto semanas antes en la puerta de su casa. El joven decidió guardarlo en su nevera y dárselo a Ozzy posteriormente.
Al darse cuenta que era un animal real, Ozzy escupió la cabeza del animal y el equipo médico del lugar lo atendió de inmediato. Fue trasladado a un hospital para someterse a un tratamiento de vacunas antirrábicas, una experiencia que el propio músico describió como traumática.
Organizaciones defensoras de los animales reaccionaron con dureza ante el hecho. Grupos como PETA y la Humane Society condenaron públicamente la acción, independientemente de que el murciélago ya estuviera muerto. Las protestas no se hicieron esperar, y durante meses Osbourne fue señalado por asociaciones animalistas que lo acusaban de crueldad, pese a que el propio cantante reiteró en diversas ocasiones que el acto no fue intencionado ni planificado.
La imagen de Ozzy mordiendo el murciélago se convirtió en un momento imborrable de su leyenda y consolidó su estatus como el “Príncipe de las Tinieblas” en la memoria colectiva.