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Ganó el “Óscar” del medioambiente y hoy esta mujer lidera la asociación de reciclaje más grande de Bogotá

Sus plantas reciclan cerca de 120 toneladas de basura al año y le brindan empleo a más de 2.500 recicladores. Conozca más casos como este en el foro ‘Gestión de residuos: un debate urgente para Colombia’ el próximo 11 de junio.

Santi Peralta

Santi Peralta

Coordinador editorial

16 de mayo de 2025, 6:17 p. m.
Nohra Padilla, directora ejecutiva de la Asociación de Recicladores de Bogotá.
Nohra Padilla, directora ejecutiva de la Asociación de Recicladores de Bogotá. | Foto: Guillermo Torres - Semana

Nohra Padilla no suele ser una mujer impuntual: su vida como recicladora rasa le dejó varias secuelas y la extrema puntualidad fue una imborrable. La tarde del 8 de mayo, sin embargo, ocurrió lo inesperado: Padilla no llega al Centro de Reciclaje La Pensilvania, en Bogotá. Una serie de bodegas situadas en la zona industrial de Puente Aranda, desbordadas de desechos, donde la chatarra vale lo mismo que el oro. Es su segundo hogar: o al menos eso parece.

Llueve, y son las tres y media de la tarde. Pero las jornadas de recolección, selección y distribución del reciclaje empezaron mucho antes: en pleno amanecer. Los recicladores traen los materiales —chatarra, plástico, botella de vidrio, cartón, papel— y los trabajadores del lugar lo separan, lo almacenan y le pagan al reciclador.

Luego, el material curado es vendido a las empresas o industrias y el ciclo se repite. Es un proceso casi mecánico, que Padilla lleva en las venas con orgullo: en las más de 30 plantas que dirige en la ciudad, se reciclan cerca de 120 mil toneladas de basura al año.

Padilla finalmente apareció en la planta, apenada. Vestía una ruana cafesosa, jeans, tenis. Estaba en el relanzamiento de un libro del Papa Francisco, en el que se reunieron varios movimientos sociales del mundo. No es una sorpresa: aunque muchos de sus días transcurren en el centro de reciclaje, muchos otros lo hacen en conversatorios, paneles o reuniones sindicales con el Gobierno.

Es la directora ejecutiva de la Asociación de Recicladores de Bogotá y, entre otras cosas, la ganadora en 2013 del Premio Ambiental Goldman, algo así como el “Óscar” medioambiental.

“Yo empecé en el reciclaje desde muy pequeña. En el caso nuestro, dadas las circunstancias de pobreza, las condiciones en las que vivíamos y la enfermedad de mi papá, la única alternativa fue el rebusque. Y el reciclaje siempre ha sido una salida. Uno sabe que sale y desde que sepa hacerlo, va a tener sustento. Es un medio de vida”, aseguró Padilla.

En el Centro de Reciclaje La Pensilvania, en Puente Aranda, se recicla chatarra, plástico, cartón, vidrio y más.
En el Centro de Reciclaje La Pensilvania, en Puente Aranda, se recicla chatarra, plástico, cartón, vidrio y más. | Foto: Guillermo Torres - Semana

Antes de que fuera sindicalista, dirigiera una agremiación de miles de personas o fuera recicladora, fue una niña y trabajaba en un botadero a cielo abierto con su familia. A inicios de la década de 1990, el Gobierno nacional anunció el cierre de estos botaderos y su vida comenzó a transcurrir por las calles.

Con su madre, recolectaban basura limpia del asfalto y hablaban del pasado. Las conversaciones eran mágicas, llenas de recuerdos: su madre le contaba sobre el campo, los animales y su vida antes de la violencia.

“Ella nos hablaba de su niñez y cómo fue despojada de sus tierras. También hablábamos de los animales, porque nosotros teníamos un lote muy grande, que además de guardar reciclaje, le servía a vacas, marranos, perros y gallinas. Era como haber traído el campo a la ciudad. Los recorridos los hacíamos en carro esferado: nos íbamos en la mañana y retornábamos en la pura noche”, recordó.

En Bogotá hay cerca de 30 mil personas dedicadas al reciclaje.
En Bogotá hay cerca de 30 mil personas dedicadas al reciclaje. | Foto: Guillermo Torres - Semana

La decisión que tomó el Gobierno desencadenó en la creación del relleno sanitario Doña Juana y tuvo una consecuencia drástica: los recicladores informales ya no tendrían basura con la cual trabajar.

Y así fue como empezó a bullir la fuerza sindical de Padilla, quien ayudó a organizar varias cooperativas para que pudieran acceder al material. De a uno en uno, se lograron agremiar 3 mil personas. Después, se conformó la Asociación Nacional de Recicladores.

“Como Asociación Nacional logramos que el país reconociera el oficio legalmente y tuviéramos un día del reciclador y del reciclaje. Además del reconocimiento, logramos conquistas en la remuneración por cada tonelada que recogemos y así empezó a crecer esto. En Bogotá, por lo menos, ya hay un registro de 30 mil personas. Y en toda Colombia, más de 70 mil”, puntualizó Padilla.

Una de sus hazañas más memorables ocurrió en 2011. Padilla ganó un fallo judicial que logró prohibir los contratos que no ofrecieran oportunidades de empleo a los recicladores informales. Dos años después, los jurados del Premio Goldman aseguraron que la sindicalista enfrentó a “poderosos opositores políticos y una extendida cultura de violencia”. Pero ella de eso no dice mucho.

En Colombia se recogen cerca de 3 millones de toneladas al año de reciclaje, entre papeles, cartones, metales y plásticos. El impacto económico es enorme y en el servicio público también. Cada tonelada que se va al reciclaje no está en el relleno sanitario y le da alivio. Y en recursos naturales ni se diga, por cada tonelada de papel que logramos recoger, se dejan de talar 20 árboles”, precisó.

En la trituradora de vidrio caben hasta 20 toneladas de vidrio pulverizado.
En la trituradora de vidrio caben hasta 20 toneladas de vidrio pulverizado. | Foto: Guillermo Torres - Semana

Rara vez Padilla habla en singular: la mayoría de sus historias comienzan con un “nosotros”. “Nosotros para salir a reciclar siempre andamos “en parche”” o “La idea de organizarnos no nació de nosotros, pero sí la voluntad” o “Nosotros estamos muy pendientes de recoger la mayor cantidad de material”. Pareciera que no imaginara una vida sin el trabajo colectivo: incluso para esta bogotana los mejores sueños se cumplen en grupo.

“Nosotros tenemos sueños colectivos. Uno de ellos es que tengamos unidades de producción, comercialización directa con empresas, y eso poco a poco lo vamos logrando. Si los sueños fueran individuales, serían difíciles de conquistar. También me enorgullece nuestro papel en la sociedad, de poder generar puestos de trabajo y contribuir a la ciudad”, añadió.

A Bogotá la conoce completa: desde el Calvo Sur hasta la calle 145 y más allá. Y aunque habla poco de su vida personal —tiene tres hijos: David, Santiago y Daniel—, se sabe que terminó el bachillerato en jornada nocturna y que cursó una carrera técnica virtual en administración en la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior. Cuando ganó el Premio Goldman, la invadió una satisfacción enorme que culminó en unas ansias por trabajar aún más por el reconocimiento del colectivo.

En 2013, Nohra Padilla ganó el Premio Goldman, uno de los reconocimientos más importantes del medioambiente.
En 2013, Nohra Padilla ganó el Premio Goldman, uno de los reconocimientos más importantes del medioambiente. | Foto: Guillermo Torres - Semana

El hecho de que alguien de nuestro sector ganara un premio de esta categoría le ayuda a promocionar el oficio de otra manera. Hace 20 años a los recicladores les decían “los desechables”, porque teníamos una estigmatización muy alta dentro de la sociedad. Al ganar el premio, es como decir “esta gente no es como nosotros habíamos pensado, sino que es gente que trabaja, que se organiza”, añadió.

Al atardecer, las bodegas comienzan a recibir las últimas cargas de reciclaje del día: llegan los camiones y las colosales bolsas de fique rebasadas de botellas plásticas. Los recicladores las apoyan en sus espaldas con una sutileza admirable y las cargan hasta el fondo del lugar.

Padilla los saluda. Luego, sale de la bodega y entra a la planta moledora de vidrio. Sube unas escaleras y le pide a tres trabajadores que la enciendan. La máquina genera un ruido exorbitante. Y por primera vez, frente a 80 toneladas de vidrio triturado, Padilla exhibe una sonrisa auténtica. “Todo esto es gracias al trabajo en equipo”, concluyó.

Una invitación a revalorizar la basura

Para conocer más casos de impacto como el de Nohra Padilla, no se pierda el próximo 11 de junio el Foro ‘Gestión de residuos: un debate urgente para Colombia’, organizado por Foros Semana. Este encuentro será un espacio clave para explorar, entre otros temas, cómo los residuos sólidos pueden ser revalorizados y convertirse en materia prima de otros procesos de reciclaje. Así mismo, se darán a conocer soluciones tecnológicas en el campo del reciclaje, el tratamiento de residuos y las oportunidades para la formalización de los recicladores en Colombia.

La cita es a partir de las 7:30 a.m. en el edificio Semana (Cra. 11 #77A-49/65, Bogotá). ¡Los esperamos!