Gran Foro Colombia

El dilema del carbón: una producción estratégica y billonaria amenazada por estigmas y obstáculos

El sector carbonífero colombiano enfrenta un panorama desafiante: mientras su producción cae por trabas ambientales y problemas con comunidades, la demanda global sigue en aumento. ¿Cuál será el futuro de esta industria en el país?

6 de febrero de 2025, 9:26 p. m.
El carbón producido en ese territorio ha cobrado mayor protagonismo para el consumo nacional.
Entre 2012 y 2022, el carbón generó más de 40 billones de pesos en impuestos y regalías. | Foto: Juan Carlos Sierra

El carbón ha sido históricamente un pilar de la economía colombiana. Sin embargo, hoy se encuentra en el centro de un debate que enfrenta dos posturas: quienes intentan ponerle freno para avanzar hacia una desdibujada transición energética y quienes defienden su explotación responsable como un recurso estratégico para el desarrollo nacional. Así lo planteó el presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón), Carlos Cante, el pasado 29 de enero, durante su intervención en el Gran Foro Colombia en Bogotá.

“El sector carbonífero ha pasado del anonimato al desprestigio”, señaló Cante. “Ahora somos vistos como los responsables del fin del mundo, incluso peor que la cocaína. Y eso no solo es injusto, sino que también nos pone en una posición muy difícil en materia de inversión y financiamiento para seguir produciendo carbón”, sostuvo.

Una industria clave para la economía

De acuerdo con el dirigente gremial, el sector carbonífero colombiano abarca más de 1.000 títulos mineros, de los cuales solo 27 corresponden a la gran minería. La pequeña y mediana minería juegan un papel fundamental en el interior del país, generando empleos y dinamizando economías regionales.

“El carbón no es solo generación de energía. Es también acero, cemento, ladrillo y aluminio. Además, Colombia es el tercer exportador mundial de coque, un insumo clave para la industria siderúrgica”, explicó Cante, resaltando el papel del país en el mercado global.

El impacto económico del sector es innegable. Entre 2012 y 2022, el carbón generó más de 40 billones de pesos en impuestos y regalías, una cifra comparable al impacto de cuatro reformas tributarias. Además, sostiene alrededor de 650.000 empleos, desde la pequeña minería hasta las grandes compañías, y sus encadenamientos productivos, según el líder de Fenalcarbón.

Producción en declive, demanda en aumento

No obstante, pese a su importancia, la producción de carbón en Colombia ha disminuido en los últimos años. En 2017, el país alcanzó los 90 millones de toneladas, pero desde entonces la cifra ha caído debido a restricciones ambientales, consultas previas fallidas y bloqueos por parte de las comunidades, que le restan competitividad a los proyectos.

Sin embargo, Cante señala que, paradójicamente, el mundo hoy sigue demandando más carbón. De hecho, en 2024, el consumo global superó los 8.700 millones de toneladas, lo que evidencia una brecha entre la oferta colombiana y la necesidad internacional. Por ende, el dirigente fue claro en que esta es una oportunidad que el país no debería desaprovechar.

GRAN FORO COLOMBIA 2025
Carlos Cante durante su intervención en el Gran Foro Colombia 2025. | Foto: GUILLERMO TORRES REINA / SEMANA

“El mundo sigue consumiendo más y más carbón, mientras en Colombia la producción disminuye. Necesitamos una hoja de ruta clara para aprovechar nuestros recursos en una transición energética gradual y financieramente viable”, subrayó el presidente de Fenalcarbón.

Y entonces, ¿cómo va la transición energética en el país?

Según Cante, el país ha intentado adoptar modelos de transición energética de países desarrollados sin considerar su realidad particular. “Colombia no tiene un plan de transición real. Se ha pasado del discurso al hecho sin una estrategia clara, y las iniciativas del gobierno han apuntado más a asfixiar la industria de los combustibles fósiles que a diseñar una ruta viable de cambio”, criticó.

A su juicio, la transición debe ser planificada y basada en la realidad energética del país, aprovechando los recursos disponibles sin comprometer la seguridad energética ni la competitividad. “Vamos a tener que salir de la economía fósil en algún momento, pero debe ser de manera progresiva y planificada”, aseguró.

Carlos Cante, presidente de Fenalcarbón.
Carlos Cante, presidente ejecutivo de Fenalcarbón. | Foto: guillermo torres-semana

Desafíos y oportunidades para el sector

Colombia es un actor relevante en el mercado global del carbón, tanto térmico como metalúrgico. Con una proyección de crecimiento económico mundial del 3 % y una posible reactivación de China con un crecimiento del 5 %, se espera que los precios de los llamados commodities mejoren y la demanda se mantenga activa más allá de 2050.

En este contexto, Cante subrayó que el país tiene todo el potencial para seguir siendo un proveedor confiable en diferentes partes del mundo. Sin embargo, para lograrlo, es necesario superar los obstáculos regulatorios, garantizar estabilidad jurídica y facilitar el acceso a financiamiento para proyectos mineros.

La industria carbonífera colombiana tiene recursos suficientes para 70 años de explotación, pero necesita un marco de políticas públicas que no solo diferencie entre los carbones térmicos y los metalúrgicos, sino que también permita una transición energética y productiva viable”, concluyó.

El debate sobre el futuro del carbón en Colombia sigue abierto. Mientras algunos buscan reducir su participación en la matriz energética, otros destacan su papel clave en la economía y la necesidad de una transición estructurada. Lo cierto es que, en un mundo que sigue consumiendo carbón, el país enfrenta el reto de definir su estrategia sin perder competitividad ni afectar su desarrollo industrial.