Foros Semana
Colombia y el reto del Pacto Verde: esta es la ruta y los desafíos para apostar por un desarrollo sostenible
Expertos del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe-CAF analizaron cómo las regulaciones del Pacto Verde Europeo influyen en el país. Políticas internas que impulsen la equidad, el acceso a recursos y la capacitación para los productores serán fundamentales en este proceso.
El Pacto Verde Europeo, una ambiciosa estrategia lanzada en 2019, ha redefinido las reglas del comercio internacional. Con objetivos como la neutralidad de carbono en 2050 y la reducción del 55 por ciento de emisiones para 2030, esta iniciativa pretende transformar la economía global hacia la sostenibilidad. Para Colombia, un país exportador con sectores como el agropecuario profundamente arraigados en su economía, la implementación de tales normativas representa tanto un desafío monumental como una oportunidad para avanzar hacia prácticas más sostenibles.
Impacto en el sector agropecuario
El sector agropecuario colombiano, pilar de su economía, se encuentra en el centro de esta transformación. Según Alicia Montalvo, gerente de Acción Climática y Biodiversidad Positiva del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), la agroindustria enfrenta retos relacionados con el cambio climático y las nuevas exigencias internacionales. Por ejemplo, Europa exige trazabilidad en la producción, reducción del uso de fertilizantes y prácticas que eviten la deforestación. “La fragmentación del sector, en el que predominan pequeños productores, complica esta transición. Muchos carecen de recursos para realizar cambios estructurales, a diferencia de las grandes empresas”, afirmó Montalvo.
Además, los pequeños agricultores enfrentan mayores barreras para implementar tecnologías sostenibles, como fertilizantes ecológicos o herramientas digitales para optimizar cultivos. La CAF, entidad clave en este proceso, ha trabajado en mejorar las cadenas productivas de cultivos esenciales, como café, cacao, banano y palma. Sin embargo, Montalvo recalcó que este cambio no puede darse de forma inmediata. Incluso Europa necesitó décadas para transformar su modelo agropecuario, apoyándose en ayudas financieras y políticas públicas.
El rol de la CAF en la transición
El Banco de Desarrollo desempeña un papel crucial en esta transición, no solo como facilitador financiero, sino también como promotor del desarrollo rural. Rodrigo Peñailillo, representante de la CAF en Colombia, destacó que su estrategia incluye el acceso a financiamiento con condiciones flexibles, alianzas con la banca comercial y reducción de costos asociados a certificaciones. “Estamos trabajando para que los exportadores y productores puedan acceder a créditos con tasas compensadas y plazos más largos, lo que permitirá realizar inversiones sostenibles”.
Asimismo, la entidad fomenta la creación de laboratorios locales y regionales para certificaciones, un componente crítico para cumplir con los estándares europeos. Estas iniciativas apuntan a facilitar el cumplimiento de las normativas internacionales y proteger los ecosistemas nacionales.
Avances y desafíos
Aunque Colombia ha avanzado en la implementación del Pacto Verde Europeo en comparación con otros países de la región, según Peñailillo, el camino aún es largo. Sectores clave, como el café y el cacao, han mostrado progresos significativos, pero el esfuerzo debe ampliarse a toda la agroindustria. “El desafío principal es lograr que cada hectárea sea más productiva y, al mismo tiempo, sostenible. Esto implica mayores inversiones en tecnología, capacitación y certificación”.
Otro reto importante es encontrar un equilibrio entre la especialización agrícola para exportación y la preservación de la biodiversidad. Montalvo resaltó que la sostenibilidad debe evitar el daño ambiental, al igual que regenerar los recursos naturales y garantizar equidad para pequeños y grandes productores.
Un modelo sostenible
El Pacto Verde le plantea a Colombia la posibilidad de repensar su modelo agropecuario, buscando un balance entre productividad y sostenibilidad. Con la colaboración de instituciones como la CAF, el país tiene la oportunidad de convertir este desafío en una ventaja competitiva en el mercado internacional.
El camino hacia una transición agroecológica no será fácil ni rápido, pero representa una oportunidad única para transformar el sector rural colombiano y posicionarlo como un ejemplo de sostenibilidad global.