OPINIÓN
Presiónate y no procrastines
Uno de los grandes enigmas es ¿por qué existe este patrón? Sabemos que hay cosas que debemos y tenemos que hacer, pero no las hacemos.
Una vez escuché en una entrevista a Mike Tyson hablando sobre la presión y decía que ésta se puede definir como “el sentimiento cuando estás en el camerino 5 minutos antes de que empiece la pelea”.
Si me trato de imaginar ese momento podría entender exactamente a que se refiere.
Algo parecido vivimos en nuestro día a día, aunque no lo sintamos o lo interpretemos precisamente de esa manera, pero quiero aclarar algo muy importante: por tu mente pasan miles de pensamientos que debes procesar de manera prácticamente inmediata, desde el color de los zapatos, si vas a tomarte el café con dos o tres de azúcar, pagar el colegio de tus hijos, todo tu día se basa en esa actividad mental.
La procrastinación podríamos verla de la misma forma “hago o no está tarea en este momento”. ¿Cómo definir si soy o no procrastinador? Y ¿Por qué me cuesta tanto esfuerzo y fuerza de voluntad hacer esas tareas?
En el día a día vemos cómo este patrón procrastinador retrasa nuestras metas, pero estamos tan acostumbrados a ver que los minutos pasen sin presión, que no estamos comprendiendo el impacto que estas decisiones pueden tener en nuestra vida.
Existen muchas oportunidades en donde empezamos algo que no terminamos y en otras ocasiones simplemente ni comenzamos sin entender por qué.
Uno de los grandes enigmas es ¿por qué existe este patrón? Sabemos que hay cosas que debemos y tenemos que hacer, pero no las hacemos.
Si empezamos a mezclar la presión con la toma de decisiones, podemos empezar a ver y sentir el sentimiento que esta genera desde otra perspectiva.
Si analizamos por un segundo ese momento justo antes de hacer algo significativo, podemos ver cómo existe cierto grado de presión que toleramos. Por ejemplo, no es lo mismo pedir un aumento que decidir ser padre, a pesar que en las dos existe mucho grado de presión. Tenemos con esto un ingrediente adicional que es la recompensa o la motivación que acelera esa toma de decisión y la forma como interpretamos la presión. Esa presión va a estar muy de la mano con la forma en la que nos estamos comportando y qué tan confiados estamos en el resultado que vamos a tener.
Lo que si está claro es que la presión juega un papel fundamental en la toma de decisiones, haciendo que estas perduren en el tiempo y generando resultados exponenciales.
Quiero dejarte hoy 5 consejos que te pueden servir desde ya a tomar decisiones y que esa presión evite que sigas procrastinando:
1. Determina si es una decisión grande o pequeña. Piensa en la cantidad de tiempo y energía le vas a dedicar.
2. Quiero que la presión juegue un papel importante; determina de 1 a 10 sí esa decisión cambia tu vida.
3. Una de las herramientas más importantes es empezar a eliminar decisiones básicas de tu vida, cosas que sabes que podrías no tener y que no te hagan desviar. Un ejemplo es no tomar café con amigos entre semana.
4. Piensa ¿Cuánto me cuesta tomar esta decisión? y ¿Cuánto valor tiene esa decisión en las áreas más importante de tu vida?
5. Piensa por último en el arrepentimiento y determina si esto lo hago o no lo hago ¿me arrepentiría?
Solo recuerda que en el momento que tomas la decisión, el miedo y la agonía desaparecen, empiezas a sentirte libre y dejarás de procrastinar aumentando tu resultados exponencialmente.