
San Andrés, la crisis en el paraíso: la isla afronta desafíos en el turismo y sus habitantes sufren el olvido del Gobierno Petro y la crisis de la salud
SEMANA llegó hasta San Andrés, en donde fue testigo de varios factores que han impactado el turismo de la isla. Sin embargo, encontró otras dificultades de fondo que vienen padeciendo los isleños y que no han sido solucionadas.
San Andrés está en crisis. SEMANA llegó hasta la isla para conocer su situación
SEMANA visitó San Andrés y comprobó el impacto negativo que se siente en la isla por la disminución de los turistas. Adicionalmente, los habitantes enfrentan problemas de acceso a la salud y falta de garantías para los pescadores


Tras la desaparición de las aerolíneas de bajo costo Viva y Ultra Air, en 2023, el turismo en San Andrés se vio afectado como nunca antes había sucedido. Según cifras de la Cámara de Comercio, los vuelos se redujeron en un 50 por ciento, impactando todos los indicadores, ya que el 90 por ciento de lo que recibe la isla proviene del turismo.
Se trata de una crisis en la que, aun cuando han repuntado algunos sectores y se ha generado un crecimiento en el último año, todavía no logran salir adelante. Solo en 2025, 414 establecimientos de alojamiento no renovaron su matrícula mercantil.
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“Si bien estuvimos muy abajo con unos diez vuelos diarios, nos hemos logrado recuperar y estamos cerca de 24 vuelos diarios”, aseguró la presidenta de la Cámara de Comercio de San Andrés, Jennifer Yepes. Agregó que antes de la salida de las aerolíneas de bajo costo se registraban unos 40 vuelos en promedio al día.

Una de las épocas en las que más se esperan visitantes es precisamente la Semana Santa, ya que se trata de la mejor temporada climática. Tras el boom de la isla hace unos años, la ciudad se preparó para atender un alto nivel de turismo, por lo que actualmente se presenta una sobreoferta en varios de los servicios.
Sin embargo, el impacto que recibió el turismo es apenas una de las diferentes aristas con las que se viene enfrentando el archipiélago en su historia reciente. Además de los retos en su sector insignia, San Andrés no es ajena a la crisis de la salud, a las tensiones por el fallo de La Haya y a las disputas territoriales con Nicaragua, en las que se ha afectado una actividad tradicional como la pesca. Y, aunque la seguridad para el turista es óptima, los isleños tienen reclamos.
Levántate y anda
El secretario de Turismo de San Andrés, Ricardo Camacho, aseguró que una muestra de que el sector se ha ido reactivando es que en 2024 cerró con 1.057.935 turistas.
Una de las estrategias para subir el número de visitantes ha sido mejorar la conectividad de los vuelos y abrir más rutas directas en todo el continente americano.
Las dinámicas del turismo en la isla han cambiado. Por ejemplo, es común escuchar en las calles a personas hablando en portugués, lo que obedece a una estrategia de promoción turística en Brasil, al igual que se ha realizado en otros países, como Chile y Argentina.
Según Camacho, esto también se ha logrado gracias a vitrinas turísticas en las que han participado con la marca Vas A Mar San Andrés Islas. “Le estamos apostando a la diversificación de la oferta turística”, aseveró. Otra de las estrategias ha sido el turismo deportivo y prácticamente cada mes se registra un evento de gran magnitud.
El sector empresarial reconoce que, aun cuando han mejorado los indicadores en los últimos meses, faltan mejores condiciones para seguir creciendo.
“Llevamos unos siete meses en recuperación con tendencia al alza. Estos últimos días previos a la Semana Santa bajó un poco la ocupación de los hoteles, pero luego se ha sentido el incremento”, indicó Julio García, presidente de Anato en San Andrés.
Varios colombianos han dejado de ir a la isla, pues han preferido otros destinos por los altos costos, comenzando por la tarjeta de turismo, que tiene un valor de 140.000 pesos por persona y es administrada por la Occre (Oficina de Control, Circulación y Residencia). Muchos isleños se preguntan dónde quedan esos recursos porque se siguen presentando varios problemas sociales.
El mal de la salud
En su recorrido por el archipiélago, SEMANA encontró que la crisis que ha golpeado al sector de la salud no ha sido ajena a la isla.
Ese es el caso, por ejemplo, de Selvira Williams, quien luego de trabajar un turno de vigilancia de 12 horas llegó a las 6:30 a. m. al dispensario de Cafam, el único lugar donde entregan medicamentos de la Nueva EPS, intervenida desde abril de 2024 por la Superintendencia de Salud. Prefiere madrugar, como muchos isleños, pues desde hace varios meses no encuentra los medicamentos que le son formulados.
“Salí trasnochada de mi trabajo. Vengo a ver si hay, pero como siempre me dirán que pase la otra semana”, dijo resignada.
Efectivamente, y como si se tratara de un presagio, varios minutos después de haber salido del dispensario solo le entregaron una de sus medicinas de las múltiples que necesita. La fórmula la tiene desde febrero.
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Williams también es el reflejo de otra situación que padecen cientos de isleños: deben ser trasladados a otras ciudades para que les hagan exámenes y consultas especializadas, ya que varios de los profesionales que trabajan para el único hospital del departamento, el Clarence Lynd Newball Memorial, han decidido irse a otras ciudades por falta de pagos. Aunque en su caso la EPS le cubrirá varios de los gastos en los que incurrirá por ese traslado, la mayoría solo recibe el tiquete del vuelo, por lo que otros gastos, como hoteles y comidas, deben correr por cuenta del paciente.
A solo dos locales del dispensario de Cafam quedan las oficinas de la Nueva EPS, donde, paralelamente, se forma otra fila de personas que llegan a solicitar los traslados o algún otro requerimiento.
“Tengo cálculos renales y un problema en los riñones. Tenía cita el 3 de abril y no me pudieron atender porque los especialistas están en paro. No les han cancelado desde el mes de noviembre, entonces, ellos paralizaron”, señaló Israel Cantillo. Y así se encuentran decenas de casos más.
SEMANA llegó hasta el hospital Clarence, ubicado cerca del barrio obrero. Allí, fuera de la queja constante de otros pacientes que tienen que comprar sus medicinas, hay ambulancias parqueadas y varios más se lamentan por la falta de especialistas. Aunque en varias ocasiones se buscó conversar con la gerente del hospital, Adriana Lucía Rey, no fue posible.

Por su parte, el gobernador del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Nicolás Gallardo, aseguró que la realidad del país golpea a la isla.
“Si en la parte central hay una situación difícil con respecto al suministro de medicamentos, San Andrés no es ajeno a ello por la misma lejanía que tenemos”, aseveró. Incluso, en el caso de Cafam, dice que le ha tocado presentar varios requerimientos y quejarse en mesas técnicas con la Superintendencia de Salud. Pide que le paguen al hospital y que no haya demoras en lo acordado.
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Pesca desprotegida
Otro de los inconvenientes que presentan los raizales tiene que ver con la pesca, considerada una práctica ancestral. Sin embargo, se sienten desprotegidos.
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A tan solo seis minutos en carro de donde los pacientes reclaman sus medicamentos, llegan a diario los pescadores artesanales que forman parte de la cooperativa, quienes también tienen varios reclamos.
Una de las quejas es que, desde que se profirió el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en 2012, han visto afectada su actividad, pues ya no pueden pescar en el meridiano 82, una zona rica en especies donde desarrollaban sus faenas.
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Cuentan que luego de dicho fallo se han encontrado con embarcaciones nicaragüenses que portan pistolas y hasta armas de largo alcance con las que los intimidan y, según dicen, hasta asesinan. Hablan de “embarcaciones piratas”, como si se tratara de una historia del siglo XVII traída a los tiempos modernos.
“La problemática que tenemos con el Gobierno de Nicaragua es que nos dieron permiso a los raizales de pescar, pero hay unos piratas nicaragüenses que asaltan los barcos pesqueros y les quitan la mercancía. Incluso han matado a muchos”, denunció Leonel Brighton Robinson, quien realiza esta actividad desde los 12 años.
“Ya no estamos haciendo captura de peces en el meridiano 82 porque, después del fallo de La Haya, nosotros no podemos ir más, los nicaragüenses no permiten que uno pesque allá. Ellos andan armados”, aseveró Rodolfo James Brown, líder de la Cooperativa de Pescadores de San Andrés.


Los están robando
No se trata del único problema que viven los pescadores de San Andrés. Según Brown, les están hurtando los motores a las lanchas, lo que deja inútil este medio de trabajo y causa pérdidas millonarias. Este elemento puede costar 25 millones de pesos.
“Prácticamente, todos los meses alguien roba algo aquí. El 8 de abril se robaron dos motores de una lancha. La dueña, que es una señora, se quedó sin nada. Estuvimos tratando de poner la denuncia en la Policía, pero no conseguimos ayuda”, manifestó el líder de los pescadores artesanales.
Por su parte, el teniente coronel Franklin Hernández, subcomandante del Departamento de Policía de San Andrés, aseguró que “se invitó a la asociación y a sus integrantes a realizar las denuncias formales ante Fiscalía para que, junto con la Armada y nuestra Policía Judicial, podamos adelantar las investigaciones pertinentes y dar con la recuperación de los mismos”. Agregó que en lo corrido de 2025 se han rescatado dos motores, que fueron devueltos a sus propietarios.

Ellos reclaman que el Gobierno nacional no les ha cumplido. El 29 de mayo, la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) había anunciado con bombos y platillos la entrega de 3.194 millones de pesos para finalizar el terminal pesquero. Sin embargo, diez meses después no se ha construido el muelle para que los barcos descarguen la mercancía, por lo que el lugar está inservible y, por ahora, es utilizado de cementerio de compresores, lanchas y tanques de oxígeno decomisados.
“Desde hace años estamos pidiendo que nos hagan el muelle pesquero. Hace dos semanas estuvo Gustavo Bolívar. Él nos prometió que iba a pagar el estudio donde vamos a poner el muelle. Esperamos que nos colabore”, manifestó Joseph Martínez, líder de los pescadores comerciales.

Lo más insólito es que esta obra comenzó hace más de diez años, en la gobernación de Aury Guerrero; no obstante, hasta ahora no la han finalizado.
Según el secretario de Agricultura y Pesca de San Andrés, Christian Harvey Corpus, en estos momentos se están terminando de hacer las adecuaciones. “Estamos haciendo los diferentes trámites que se deben surtir para que esto sea una realidad. En la isla no existe un lugar donde los pescadores, cuando vengan de hacer su faena, puedan desembarcar sus productos. Les toca hacerlo de manera rudimentaria en el océano y bajarlo por medio de panga”.

A pocos metros del terminal pesquero se encuentra la Estación de Guardacostas de San Andrés, donde la Armada controla el territorio marítimo del archipiélago.
“Se hace un esfuerzo por mantener la soberanía e integridad territorial, que es nuestra misión constitucional. Efectuamos operaciones de seguridad marítima, sobre todo para garantizar que los pescadores y navegantes tengan las condiciones para poder navegar tranquilos en las aguas del archipiélago”, aseguró el capitán de navío Andrés Alfonso Pérez Hernández.

San Andrés cuenta con 205.000 kilómetros cuadrados de jurisdicción, por lo que no es una tarea sencilla tener presencia en todos los límites marítimos.
Aunque también han encontrado migración irregular a través de la llamada “ruta vip”, no es un problema latente. En 2024 se rescataron 273 personas con esta condición.
A pesar de que distintos sectores reconocen el trabajo que venía adelantando el gobernador Gallardo y su equipo, el pasado 3 de abril el Consejo de Estado falló en única instancia la nulidad de su elección por supuesta doble militancia, lo que provocó incertidumbre en la ciudadanía. San Andrés no ha logrado una continuidad de sus gobernantes, ya que varios de los anteriores mandatos han sido sancionados o investigados por presunta corrupción.
A pesar de esos problemas, San Andrés sigue siendo considerado un paraíso en Colombia que históricamente ha quedado relegado. Aunque los isleños en su mayoría se consideran colombianos, no dejan de cuestionarse por su situación económica y social, que en varios aspectos está relacionada con el país y con que sigue dependiendo de un Gobierno centralista.
El presidente Gustavo Petro ha visitado en varias ocasiones San Andrés y en su acto de posesión dijo que buscaría que la isla fuera “un centro de salud, cultural y educativo del Caribe antillano”, pero eso no se ha cumplido. Tampoco ha construido la universidad que prometió.
San Andrés desea salir adelante luego de una fuerte crisis ocasionada tras la pandemia y la reducción del turismo, y, aunque venía en una recuperación paulatina, estos nuevos hechos la golpean otra vez.
Los problemas de sus ciudadanos contrastan con las bellas playas y el mar cristalino, en el que se pueden ver sus siete colores, además de la autenticidad de la gente, que busca conservar su cultura, su lenguaje y que siempre está dispuesta a recibir al turista con una sonrisa, a pesar de las afugias que tienen que vivir varios de ellos.
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