Especial Cali

“Cali recuperó la autoestima colectiva”

Tras cuatro años de gobierno, Rodrigo Guerrero, deja la capital vallecaucana con unas finanzas fortalecidas, mayor desarrollo en infraestructura y un repunte importante en diferentes sectores. Todos esos factores hacen que el país reconozca su avance y que los caleños vuelvan a creer en su ciudad.

12 de diciembre de 2015
Rodrigo Guerrero, alcalde de Santiago de Cali.

SEMANA: Está claro que Cali ha tenido una transformación positiva; cuéntenos ¿cuál cree que ha sido la clave de ese crecimiento durante su gestión?

RODRIGO GUERRERO:
Creo que ese crecimiento se debió a la recuperación de la soberanía administrativa y financiera del municipio. Eso nos permitió reorganizar las finanzas internas e hicimos actualizaciones catastrales que no se hacían desde hace más de 10 años, se ajustaron las tarifas del predial y a pesar de todo, la gente ha venido pagando como nunca lo habían hecho. Eso nos permitió pasar de recursos de libre destinación, que en 2012 eran de 110 mil millones de pesos, a lo que le vamos a dejar a la nueva administración, más de medio billón de pesos. Fue eso lo que nos ayudó a trabajar una mejor ciudad por dos cosas: primero por- que sin recursos no hay posibilidad de hacer nada y segundo porque esto generó la aceptación de la gente por la Alcaldía, lo que lleva a creer en la ciudad y eso es un factor importante a la hora de gestionarla.


SEMANA: ¿Qué papel juega el sector privado en su Alcaldía?
R.G: Muy importante, pues hemos desarrollado proyectos en conjunto. Por ejemplo en educación, al comenzar la administración encontramos dos centros de atención infantil y para finalizarla vamos a entregar 17, varios cofinanciados por el sector privado. Igual con la Red de Bibliotecas o el Tecnocentro para que los jóvenes de Aguablanca puedan aprender actividades artísticas y científicas, que costó 7 millones de dólares, la mitad costeado por el sector privado. Y es que la clase empresarial de Cali se ha dado cuenta que trabajar por la ciudad es deber y no altruismo, ya que para que sus empresas puedan andar bien, tienen que preocuparse por ayudar y no solo pagar impuestos. Preocuparse en la elección de alcaldes tanto o más que lo que se preocupan por las variables económicas de su negocio. Porque solo progresan las ciudades con buen liderazgo político.


SEMANA: Respecto a las obras por valorización. ¿Por qué no se han finalizado los proyectos?
R.G:
Porque había más proyectos de los que se podían realizar razonable- mente, y adicionalmente tuvimos dos dificultades más cuando llegamos a la administración: encontramos que se había subestimado la inversión en infraestructura, pues uno no puede poner una avenida si sabe que las cañerías de agua están viejas. Lo que hicimos fue conseguir los recursos. No obstante, creo que hemos realizado la mayoría de las obras y hemos avanzado muchísimo, sacamos a licitación el puente de Chipichape, estamos sacando la vía a Pance, hay dos parques, un puente en la carrera 60, el puente sobre el canal CVC. Además, con es- tos dineros que podríamos dedicar a otras obras, estamos gestionando la pertinencia de cada proyecto y construyendo obras que tengan sentido y sean efectivas a largo plazo.


SEMANA: Descríbanos cómo está hoy Cali en cifras
R.G:
La ciudad respecto al año pasa- do ha reducido los índices de pobreza de 25 por ciento a 19 por ciento; la pobreza absoluta de 5 por ciento a 3 por ciento, moviendo un punto el co- eficiente de Gini. Respecto al desempleo, hemos pasado de 15 por ciento a 10,7 por ciento y esperamos bajar este índice a un solo dígito. Respecto a la movilidad estamos progresando, con el MIO pasamos de 320.000 pasajeros diarios en la antigua administración a 520.000 en esta; se habían comprometido a una flota de buses de 911, habían comprado 840, y salían menos de 600, hoy en día salen 720 y podríamos llegar a sacar a circulación 840 antes de terminar 2015. Y ni qué decir de lo felices que estamos con el MIO Cable. En educación quisimos mejorar la infraestructura por lo que invertimos, con el presupuesto de libre destinación, 67 mil trecientos millones de pesos este año y el año entrante esa cifra va a acercarse a 90 mil millones. Con lo que creo, contribuimos a que Cali alcanzara el título de territorio libre de analfabetismo, También en inversión industrial, es cierto que se han ido dos empresas, pero han llegado 20, como una de las más grandes productoras de motocicletas del mundo. Sin embargo, nuestro interés es preocuparnos por las empresas nacionales, para que crezcan y tengan condiciones para no irse nunca. Creo que estas cifras son muy buenas.


SEMANA: Y los índices de inseguridad, ¿cómo van?
R.G:
Hemos mejorado, pero no como quisiéramos. Cuando fui alcalde hace veinte años la tasa de homicidios era de 126 por 100.000, hace dos años era de 83 y este año vamos a acabar en 50. Logramos esta cifra, aún inaceptable, pero prometedora, gracias a un método en el que la Policía y la Fiscalía se articulan para hacer un trabajo extraordinario. Mientras tanto nosotros hacemos una inversión social complementaria con el programa TIOS, para desactivar los núcleos de las bandas de criminales. En eso hemos invertido en los últimos dos años cerca de 170 mil millones de pesos. Si la próxima administración sigue aplicando ese método, seguirán bajando la inseguridad y violencia en la ciudad.

SEMANA: ¿Cuál cree que es el proyecto más importante de la ciudad?
R.G:
El Plan Jarillón de Cali es el proyecto más importante en este momento, y esto es porque conociendo lo que sucedió en Armero, sé que un desastre natural puede acabar con una ciudad. Cali tiene un jarillón de 17 kilómetros construido hace muchos años, sin ningún mantenimiento, y amenazaba con romperse, afectar a 900 mil caleños y destruir gran parte de la ciudad. Por esto lo propuse como prioridad número uno y hemos estado reforzándolo con recursos nacionales del Fondo Adaptación y recursos propios y de la CVC, todo lo cual alcanza 1,3 billones de pesos. Ello nos permitió tener la mejor asesoría, que identificó siete puntos de gran peligro; y en este momento trabajamos para controlar estos puntos, elevar el jarillón y tenemos calculado hasta qué tanto resistiría si se diera un terremoto y demás. A su vez, como teníamos personas vi- viendo al lado, hemos comenzado el proceso de ingeniería social, que con- lleva reubicación, no desalojo. De ese modo alcanzamos para este año un to- tal de 2.000 viviendas reubicadas. Un proyecto que sin duda debe continuar la próxima administración.

SEMANA: ¿Cuál cree que es el logro más grande de su administración?
R.G:
Haber recuperado la autoestima colectiva. Los caleños hemos vuelto a sentirnos orgullosos de la ciudad y eso es indispensable a nivel individual y de ciudad. Hemos entendido que tenemos la capacidad y los recursos, que podemos hacer eventos mundiales y que Cali es una ciudad que atrae. Ese es el logro más importante.•