Salud
Un problema de talla grande: No hay suficientes endocrinos pediatras para atender a los niños de Colombia
Cada vez es más común escuchar que los niños presentan alteraciones hormonales y de metabolismo, ¿son suficientes los 100 especialistas en endocrinología pediátrica qué hay en el país para atender a más de 15.000.000 de niños?
En Cúcuta, Norte de Santander, se ve a María López, correr con angustia entre una clínica y otra. Llamando a su EPS, tratando de conseguir una cita con un endocrino pediatra. La cita está autorizada, pero no hay disponibilidad de especialistas, es lo que le responden. Es la misma rutina de dos días a la semana desde hace más de un año. Su hijo, de 8, completa dos años sin presentar un aumento en la estatura acorde a cualquier niño de su misma edad. La pediatra le explicó que el caso de su hijo es preocupante porque mientras otros menores aumentan por año 3 centímetros, él con dificultad alcanza 1.
No se sabe a qué diagnóstico se enfrentan, pero sí que están en una carrera contra reloj, pues cada mes que pasa, el enemigo silencioso coge ventaja. Los endocrinos pediatras que poco se ven en las regiones, son aquellos especialistas que se capacitaron para identificar y tratar alteraciones hormonales que pueden comprometer el crecimiento y desarrollo de niños. Algunos casos terminan en problemas significativos de diabetes, obesidad, deficiencia renal, ceguera, entre otros. Es algo que va más allá de lo que algunos padres consideran temas estéticos.
En Valledupar, Cesar, Carlos Escorcia entiende la preocupación de María, debido a que su hija de 6 años empieza a mostrar síntomas de desarrollo precoz, botón mamario, vellos, mal olor en las axilas. Señales de la pubertad que no tendrían por qué asomarse con tan solo 110 centímetros de estatura. Él, que corrió con suerte, logró una cita 2 meses después con un endocrino pediatra en Barranquilla, a cinco horas por carretera de su lugar de residencia. Le enviaron algunos exámenes y la cita de control se la dieron para 5 meses después “Eso era mucho tiempo y las consecuencias para mi niña serían irreversibles”, dijo el padre de familia evidentemente consternado.
En Colombia se estima que hay solo 100 subespecialistas de esta rama. Así lo manifestó el médico Roberto García, presidente de la Asociación Colombiana de Endocrinología Pediátrica (Acep) quien asegura que 80 están inscritos a la entidad y 20 aproximadamente no forman parte de ella. Ahora la pregunta que surge es si ellos son suficientes para atender a los más de 15,9 millones de niños que habitan en Colombia, según el Dane, los cuales representan más del 30% de la población del país y en algún momento podría requerir sus servicios.
Lo primero que aclara la endocrino pediatra, Estefanía Pinzón, es que no todos los niños requieren la atención de la subespecialidad y que los profesionales que hay están concentrados en las grandes ciudades (35 en Bogotá, 16 en Medellín, 3 en Pereira, 8 en Cali, 3 en Valledupar, 1 en Manizales, 1 en Villavicencio, 5 en Barranquilla, 2 en Bucaramanga, 3 en Cartagena, 1 en Montería, 1 en Santa Marta y 1 en Neiva), según los datos registrados en (Acep). El panorama para la atención en niños en otras regiones es aún más difícil.
María, al ver que en Cúcuta no le dieron cita con el especialista que de vez en cuando viaja de Bogotá a su departamento, decidió emprender el viaje al centro del país y no seguir esperando a que su hijo siguiera sin diagnóstico. Por aire los tiquetes eran impagables según su presupuesto, así que viajó por tierra más de 12 horas, les tocó pasar la noche en Málaga, Santander, por la complejidad de la carreta y cuando llegó a Bogotá le dijeron que un especialista tenía disponibilidad en Villavicencio, Meta, así que continúo su travesía, pero al llegar la respuesta es que él no era endocrino solo pediatra, así le tocaba devolverse a la capital del país. Y le confesó que es muy difícil hacer esa especialidad en Colombia, porque no hay suficientes universidades que la enseñen.
Para algunas empresas prestadoras de salud y hospitales consultados por este medio, ciertos endocrinos pediatras tienen el haz bajo la manga, pues al ser pocos, cobran lo que estiman justo así esté por encima del resto de subespecialistas en el país. Incluso, muchos prefieren trabajar como independientes o con medicina prepagada, lo que dificulta que la población vulnerable que requiera sus servicios sea atendida en los territorios.
Hay quienes consideran que no deberían existir más endocrinos pediatras en el país, eso fue lo que manifestó el doctor Juan José Barreras a SEMANA, por eso no está de acuerdo con que se abran nuevas escuelas de formación para endocrinos pediatras. Argumentando que las condiciones laborales no son buenas. “No vale la pena porque van a salir a ganar salarios bajos y no les van a pagar a tiempo”, explicó. A la respuesta de si considera que al llegar más pares suyos se le podría dañar el negocio a los pocos endocrinos que hay en actualidad, respondió: “sí”.
Ese es el claro ejemplo de lo que ha pasado en el círculo cerrado de los endocrinos pediatras, pues la historia de esta especialidad muestra que quienes lograban titularse con esa subespecialidad, se capacitaban en el exterior, pero cuando se habilitó en Colombia una facultad para capacitar se armó la hecatombe dentro del gremio, tanto así que quienes lideraron el proceso educativo, los expulsaron de la Asociación Colombiana de Endocrinología Pediátrica (Acep), pues catalogaron el avance como una especie de traición. Juan Manuel Alfaro, quien ha liderado el programa que prepara a los endocrinos pediatras en la Universidad de Antioquia cuenta que al año solo dos especialistas son graduados en Colombia y que el conocimiento tiene que expandirse a las nuevas generaciones.
Eso mismo opina el doctor Shokery Awadalla uno de los pioneros de la endocrinología pediátrica, quien es de nacionalidad egipcia pero que lleva toda su vida profesional al servicio de los niños colombianos. Él, quien ya supera los 60 años de edad, considera que es necesario capacitar a nuevos talentos y sobre todo buenos seres humanos que entiendan que la salud es un derecho de todos los niños, sin importar en que territorio vivan. Y que a su vez cualquier médico colombiano tiene el derecho de capacitarse en su país. Por tal razón durante más de dos años trabajó para estructurar un nuevo programa académico que permita graduar más endocrinos pediatras, y logró junto con la Fundación Universitaria de ciencias de la Salud ( Fucs) que el Ministerio de Educación habilitara el programa que permitirá que se mitigue la escasez de estos subespecialistas. La capacitación dura cerca de 24 meses, pero solo podrá graduarse 1 endocrino al año de ese programa, que se prepará en el Hospital San José.
Lo que indica que en todo el país solo anualmente nacen tres endocrinos pediatras, para atender las futuras generaciones. Roberto García, presidente de Acep celebró el avance que ha tenido en temas de educación y espera que varios pediatras entren a los programas académicos que se abrieron pues deja claro, desde la asociación, que en ningún momento se ha querido monopolizar la profesión y que lo que prima es la salud y la academia , por lo que hoy en día aceptan a los graduados en Colombia como miembros de la asociación, algo que durante años fue vetado.
Lo que se espera es que en cada rincón de Colombia, los menores puedan ser atendidos por los especialistas, pues un desarrollo temprano puede acarrear múltiples problemas sicosociales y económicos.
Un niño que no sea tratado a tiempo de hipotiroidismo o diabetes, entre otras enfermedades, será un adultos que en el futuro llenará las salas de urgencias y los planes de atención de padecimientos crónicos, generando mayor gasto a un sistema de salud que tiene unos quebrantos bastante evidentes.