ENFOQUE

Corralejas sin corralejas

Esta semana empezaron las fiestas de Sincelejo, pero sin las corralejas.

18 de enero de 2020
Esta semana empezaron las fiestas de Sincelejo, pero sin las corralejas.

Esta semana empezaron las fiestas de Sincelejo, pero sin las corralejas. Esta tradición, que comenzó en 1845, despidió la lidia de los toros en un rondel de arena desde 2014, cuando el año anterior la festividad dejó 37 heridos. Sin embargo, en otros lugares del Caribe se sigue llevando a cabo y continúa provocando opiniones encontradas entre quienes apoyan esta actividad y los animalistas. La corraleja, que viene de ‘corral grande’, reunía a manteros tradicionales, sabaneros y banderilleros, que tenían una especie de capotes o capas para burlar o lidiar los animales y que disfrutaban de esta herencia de la cultura española. Pero ahora está prohibida. En su reemplazo exhiben carrozas, cabalgatas y comparsas. Para Inis Amador Paternina, historiador, investigador y conocedor de las fiestas de toros, la corraleja es una costumbre de los antepasados. Como explica, sin ellas se siente un vacío. Sin embargo, asegura que para evitar la tortura del animal se podría seguir el ejemplo de Quito, donde en las corralejas no maltratan al toro. Según él, una buena opción para que regresen sería la fiesta de vaquería, “en la que no haya heridas, pullas, sangre. En la que desaparezca la banderilla y las garrochas, pero estén los toros”, dijo.

¿Perderán los vapeadores su reputación?

Los vapeadores son nocivos para la salud. A esa conclusión llegó el Ministerio de Salud de Colombia con base en una recopilación de estudios y evidencia científica. Estos cigarrillos electrónicos, que están en la mira de los médicos y científicos del mundo, usan una solución líquida para crear el vapor que inhalan los usuarios. Sin embargo, estos todavía cuentan con una buena reputación y aceptación social. Así, parte de la comunidad científica y asociaciones defensoras de enfermos han enfocado sus baterías contra ese prestigio. Ellos consideran que en ese campo pueden ganar la batalla contra este dispositivo, como sucedió con los cigarrillos. Precisamente, un reciente estudio de Tatiana Andia, profesora de Sociología de Los Andes, y Nitsan Chorev explicó esta transformación social del fumador a través de los años. Los autores describen cómo la evidencia científica y las experiencias de los enfermos pasivos del tabaquismo fue determinante para que el cigarrillo perdiera el prestigio social que tenía hace 50 años, y cómo los efectos aplastaron la sofisticada publicidad a favor de esta nociva práctica.