ANÁLISIS

La diversidad como fortaleza

La diversidad de la estructura productiva de Cali y el Valle del Cauca han permitido que, en términos relativos, los impactos económicos asociados a la covid-19 sean menores frente al agregado nacional y el observado en otras regiones. Un análisis de Carlos Andrés Pérez.

Carlos Andrés Pérez*
1 de julio de 2020
Carlos Andrés Pérez, director Económico y de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cali. | Foto: CCC

La diversidad de la estructura productiva de Cali y el Valle del Cauca ha permitido que, en términos relativos, los impactos económicos asociados a la pandemia de la covid-19 en el departamento sean menores frente al agregado nacional y el observado en otras regiones.

Los clústers empresariales consolidados en torno a la producción de alimentos procesados y manufacturas ligeras han permitido que varias empresas de diversos tamaños y sectores mantengan su operación en medio de las exigentes condiciones en las que se encuentra el país desde hace casi cuatro meses.

De hecho, el más reciente informe publicado por el Dane sobre la actividad manufacturera reveló que la producción industrial de alimentos entre enero y abril de 2020 en el Valle del Cauca aumentó 2,5% frente al mismo periodo del año anterior. A nivel agregado, la industria del departamento registró una reducción de 3,7% en términos anuales durante el mismo periodo, mientras que a escala nacional este indicador tuvo una reducción de 9,3%. Otras importantes regiones como Bogotá (-13,8%), Antioquia (-12,6%) y Cundinamarca (10,6%) registran contracciones mayores.

Los encadenamientos productivos de los clústers de Macrosnacks, Proteína Blanca y toda la estructura asociada a la producción agrícola y agroindustrial del departamento han encontrado oportunidades de adaptación y crecimiento en medio del difícil contexto. Además, las cadenas productivas de los clústers de Belleza y Cuidado Personal, Excelencia Clínica y Sistema Moda han podido mantenerse activas en alguna proporción gracias a la demanda de productos de aseo, cuidado personal, medicamentos, equipos médicos, infraestructura especializada y elementos de protección. Incluso, varias empresas han visto en esta coyuntura una oportunidad de sofisticación productiva e internacionalización.

De forma indirecta, empresas relacionadas con los clústers de Hábitat Urbano, Economía Digital y Bioenergía también han logrado adaptarse a esta particular coyuntura. Empresas de manufactura relacionadas con el mundo de la construcción, por ejemplo, han desarrollado líneas de fabricación de equipos médicos como camillas, unidades médicas móviles, entre otros elementos. Varias empresas de economía digital han facilitado los procesos de telemedicina, teletrabajo, prestación de servicios empresariales virtuales y comercio electrónico.

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La cadena productiva del clúster de Hábitat Urbano se dinamizará en el corto plazo principalmente por las obras civiles y en el mediano por el impulso que darán los programas del Gobierno nacional al sector de edificaciones residenciales. Las empresas deberán evaluar la posibilidad de desarrollar líneas especializadas en la remodelación residencial, pues muchas personas aplazarán proyectos de compra de vivienda nueva y optarán por la remodelación de viviendas usadas.

El gran desafío para la región, al igual que en el resto del mundo, es lograr impulsar la actividad productiva en los sectores de turismo y servicios personales. En el primer frente, el Valle del Cauca cuenta con la ventaja de tener un alto porcentaje de la población habitando en centro urbanos, que representa una demanda cautiva para impulsar el turismo local en el corto plazo. Lograr atraer turistas de centros urbanos cercanos como Pasto, Popayán, Eje Cafetero, Medellín y Bogotá representa un gran desafío y oportunidad para este sector.

Sobre los servicios personales como restaurantes, peluquerías, y gimnasios, se espera un lento proceso de reactivación que deberá apalancarse en la implementación de protocolos de bioseguridad y estímulos especiales como festivales gastronómicos y adecuación de espacios abiertos para su operación.

Las proyecciones de entidades como Fedesarrollo muestran que la contracción de la economía de Cali y el Valle del Cauca en 2020 será menor en términos relativos frente a lo que se registrará en otras regiones. Además, la conexión con mercados internacionales y la capacidad de sustituir algunas importaciones en el contexto de una mayor tasa de cambio permiten prever que las empresas de la región puedan aprovechar el mercado interno.

En este contexto, se ha venido consolidando un ambiente de optimismo entre las empresas, el cual se ve reflejado en la buena dinámica de renovación de su matrícula mercantil y en la creación de nuevas empresas.

Se espera que al cierre de la temporada de renovación que culmina el próximo tres de julio, cerca de 70.000 empresas se hayan registrado en la Cámara de Comercio de Cali y que al cierre del año se haya consolidado nuevamente una estructura empresarial conformada por cerca de 100.000 empresas de distintos sectores y tamaños en los que las actividades de comercio, manufactura, construcción y servicios personales y empresariales tendrán una importante participación.

*Director Económico y de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cali.

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