Los primeros $100.000 millones de Contento BPS

María Angélica Corchuelo dirige la empresa que creó su abuelo, Jorge Aurelio Corchuelo, hace 52 años en Bogotá y que con el tiempo se trasladó a Medellín. Es la tercera generación de Contento BPS, el call center que atiende desde ventas directas hasta cobranzas y gestión de cartera vencida.

Para 2019, la empresa tiene la meta de alcanzar ingresos por $100.000 millones, luego de haber crecido 19% el año anterior con un reporte de $72.000 millones.

Además, buscarán expandir el negocio a otros países de América Latina. Los primeros destinos serán aquellos en los que sus principales clientes ya tienen inversiones, como El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá. Las opciones están sobre la mesa.

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Con 3.000 trabajadores en Bogotá y Medellín, Contento BPS atiende 34 clientes entre los que se encuentran Tuya, Bancamía, Leonisa, Claro y Telmex, Rappi y Bancolombia.

Este último es uno de sus principales clientes y el que le abrió la puerta al sistema financiero como proveedor del servicio de intermediación telefónica con sus usuarios.

En el caso de Rappi, Corchuelo asegura que es el único que provee, igual que ellos, un servicio de intermediación con el cliente por lo que ha representado el reto de aprender sobre el negocio, reinventarse y entender cómo funcionan las nuevas empresas de servicios.

Mantenerse a la vanguardia

Para la presidente de Contento BPS la clave del cambio generacional en la empresa ha estado en “rescatar la filosofía de las generaciones anteriores y sembrar las nuevas ideas” que llegan con el relevo.

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Uno de los elementos que Corchuelo rescató de su abuelo y su papá es la intención de mantener “felices” a sus empleados. Ella está entre el grupo de empresarios colombianos que ha implementado modelos de felicidad para incentivar un mejor desempeño de los empleados y por lo tanto mejores resultados en la firma.

Corchuelo explica que la primera premisa de su empresa es saber que hay un propósito superior: gestionar los sueños de los clientes y empleados. El segundo está en los valores humanos corporativos, que deben reflejarse en las familias de los empleados.

Espacios como el salón feliz para que los empleados tengan minutos de descanso entre las horas laborales o la atención de una psicóloga y dos trabajadoras sociales para orientación personal y profesional, así como gestión del tiempo individual están entre las medidas de la “felicidad corporativa”.

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Y como las nuevas generaciones traen nuevas ideas, Corchuelo y sus hermanos iniciarán nuevas líneas en el negocio, acordes a los gustos de los demás herederos de Contento.

La empresa ya tiene un “Tour Contento” que permite a externos visitar la sede principal en Medellín para conocer el modelo de felicidad implementado, así como el Contento Coolness.

Por último está Contento Cine, una productora en construcción que tendrá estudios equipados dentro de la empresa para producción propia, alquiler y creación para clientes comerciales.

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