EDUCACIÓN

“La inteligencia artificial no es como nos quieren hacer creer los medios y las películas”

Contrario a la creencia popular, la automatización no va a desplazar a las personas de sus trabajos, sino que va a potenciar su capacidad creativa. Entrevista con Jorge Phillips, experto colombiano en tecnología de la Universidad de Stanford.

30 de mayo de 2019
Jorge Phillips ha sido asesor de Citibank, Apple, IBM y del gobierno de Colombia, Ecuador, Perú y República Dominicana en tecnología | Foto: Cortesía: Universidad Sergio Arboleda

Jorge Phillips es probablemente uno de los colombianos que más sabe de inteligencia artificial. Estudió Ciencias de la Computación en el MIT con Marvin Minsky y John McCarthy, dos de los padres fundadores de este campo, cuando nadie hablaba ni entendía qué era eso. “¡Qué va a estudiar eso, usted está loco!”, le decían.

Pocos se imaginaban que iba a ser el campo de desarrollo gigantesco que es hoy, presente en todas las áreas laborales, desde los carros autoconducidos hasta los bots de atención al cliente.

Hoy, Phillips es PhD en Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Stanford, coautor del libro “Handbook of Artificial Intelligence” y uno de los expertos en esta materia.

Ha sido asesor de Citibank, Apple, IBM y de los gobiernos de Colombia, Ecuador, Perú y República Dominicana en tecnología. Ahora está ayudando a transformar la carrera de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Sergio Arboleda, fortaleciendo el estudio de las últimas tecnologías -como inteligencia artificial- y volviéndola más flexible e interdisciplinar.

Por eso le molestan tanto los mitos que, dice, salen en los medios de comunicación y en las películas sobre lo que significa la inteligencia artificial, que es una inteligencia similar a la humana con la que estamos destinados a competir (por los trabajos y, en algunas películas de Hollywood, por nuestras vidas).

En su opinión, esta tecnología es todo lo contrario: la oportunidad de liberarnos de la rutina. Su discurso es, ante todo, el del rescate del humanismo; en su opinión, “la inteligencia artificial nos libera”, es lo que nos permitirá desempeñarnos como los “seres fundamentalmente creativos, diseñados para imaginar y cambiar el mundo” que somos.

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S.E.: ¿Hay un miedo a la inteligencia artificial?

Sí, hay un miedo que resulta de la desinformación sobre lo que puede ocurrir con la inteligencia artificial. Los medios de comunicación y las películas nos están haciendo creer que las máquinas van a superarnos y convertirse en nuestro enemigo. Son seres humanos los que hacen las máquinas, ellas no pueden pensar como nosotros. El problema está cuando las personas no son responsables de lo que hacen con la inteligencia artificial.

S.E.: De hecho, ya en Estados Unidos hay estudios de sesgos raciales en sistemas de inteligencia artificial para otorgar créditos o identificar posibles criminales...

"¿Miedo a la inteligencia artificial? Sí, si no tenemos cuidado. No es mala en sí, pero la podemos usar mal".

Es muy fácil implementar sistemas totalitarios, si les dejamos a los sistemas de inteligencia artificial que hagan ciertas cosas. Por ejemplo, si le enseñamos a un sistema de selección de personal que tener barba y pelo rizado se clasifica como “terrorista”, y entonces por eso no le den empleo a quien tenga ese perfil. Entonces, ¿miedo a la inteligencia artificial? Sí, si no tenemos cuidado. No es mala en sí, pero la podemos usar mal. Como un cuchillo. Puedo matar a alguien o usarlo para cortar el pan.

S.E.: Pero hay algo cierto y es que ya hay trabajos que están siendo automatizados...

El hecho de que haya robots que reemplacen operarios en las fábricas no quiere decir que los robots estén a la altura de esos operarios, lo que quiere decir es que estos últimos tienen que cambiar lo que hacen. En vez de clavar un tornillo todo el día, probablemente podrían hacer cosas muchísimo más creativas.

"No es que la tecnología nos reemplace, es que vamos evolucionando. Cuando lo ves de esa forma, entiendes que la inteligencia artificial nos libera"

Que yo ya no lleve alguien cargado en los hombros para pasar un río porque hay un puente no quiere decir que el puente me desplazó, quiere decir que ya no tengo que hacer ese trabajo. En otras palabras, no es que nos reemplacen, es que vamos evolucionando. Cuando lo ves de esa forma, entiendes que la inteligencia artificial nos libera. Los seres humanos somos seres fundamentalmente creativos, diseñados para imaginar y cambiar el mundo. Pensar que porque no tenemos vidas rutinarias y que nos toca hacer algo creativo entonces eso nos está desplazando no es correcto. Estamos usando la tecnología para poder ser lo que debíamos ser.

Quejarnos de que las máquinas nos van a desplazar es porque no queremos asumir la responsabilidad de que nuestro papel como humanos es servir a los demás. Esa es nuestra responsabilidad fundamental. Todo lo demás es distorsión.

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S.E.: ¿Pero, teniendo el cuenta lo rápido que está sucediendo, cree que esa transformación va a ser traumática?

El cambio es, paradójicamente, la única cosa que no cambia.

"El cambio es, paradójicamente, la única cosa que no cambia".

Sin duda, va a ser muy traumática para aquellos que no están preparados para lo que se viene. Por eso yo creo que la responsabilidad del aparato educativo no está solamente en los colegios, sino en todo el ciclo, desde niños hasta la tercera edad. Tenemos que garantizar que le damos a todas las personas capacidades para aprender a ser, a hacer y a saber a hacer. Normalmente nuestro sistema educativo solo se concentraba en el saber. Entre más libros leía, mejor le iba. Por eso es que hay que hacer un cambio. Va a ser cada vez más difícil y traumático hacerlo si no nos montamos al bus.

S.E.: ¿Será que hay entonces una resistencia al cambio?

En las estructuras tradicionales del siglo XX la reacción natural al cambio es la defensa. El cambio siempre es considerado como una amenaza en la visión lineal, porque esta depende de la predictibilidad del mundo. Pero eso funcionaba en un mundo no digital. En uno digitalizado, donde todo se democratiza, pensar de esa manera no sirve. No más recuerde esas empresas que eran las líderes en su campo, como Nokia, Blackberry o Blockbuster pero desaparecieron o ya no son tan relevantes porque no supieron adaptarse. Debemos aceptar que todo está cambiando. El cambio es, paradójicamente, la única cosa que no cambia.

S.E.: ¿Cree que llegará el momento donde seamos capaces de emular artificialmente nuestra forma de pensamiento?

"Comprendemos cómo somos inteligentes solo un poquito mejor que lo que un pez entiende la física de cómo nada".

Es una buena pregunta. Yo personalmente creo que el ‘camello’ inicial más grande va a ser entender qué hace cada neurona del cerebro. ¡No tenemos ni idea! Sí, con una resonancia magnética podemos ver qué se prende cuando veo una foto o hago distintas acciones. Pero, ¿qué está pasando ahí dentro? Nadie sabe. Para modelar un cerebro artificial primero tenemos que saber qué es un cerebro. Comprendemos cómo somos inteligentes solo un poquito mejor que lo que un pez entiende la física de cómo nada.

S.E.: Usted habla de varias compañías que fallaron en adaptarse a la tecnología y tuvieron que cerrar. ¿Podría pasar lo mismo con las universidades?

Por supuesto que sí. ¡Está pasando! En India, la demanda por educación superior formal en tecnología bajó tanto que 800 de 10.000 universidades tuvieron que cerrar sus programas de Ingeniería de Sistemas el año pasado. El problema es que nuestras organizaciones de educación son paquidérmicas, tardan mucho en adaptarse al cambio.

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S.E.: ¿Cómo deben entonces adaptarse las carreras de Ingeniería de Sistemas al cambio?

"No podemos llegar con una visión tecnocrática de la educación, donde educamos gente que usa tecnologías, pero no tiene idea de cómo nos está afectando".

Pasar a ser campos abiertos, donde vengan los estudiantes a estudiar lo que quieran y que se intercepten con otras áreas del conocimiento. Eso es lo que estamos haciendo en la Sergio Arboleda. Estamos cambiando los cimientos para crear una carrera de Ciencias de la Computación que se proyecte a todas las disciplinas y que le permita a todas las carreras proyectarse hacia la inteligencia artificial y las tecnologías de la información. Para poder trabajar todos juntos en una sociedad digitalmente transformada, donde no vas a poder trabajar si no tienes competencias digitales y calidades humanas para poderlo hacer.

S.E.: Lo que usted habla de la inteligencia artificial termina siendo como un rescate del humanismo...

Es que la inteligencia artificial nos coloca a los seres humanos en la posición central que siempre hemos tenido y que por desidia hemos dejado de tener. Nosotros definimos cómo debe ser el mundo que queremos y cómo debe ser la tecnología que nos lo va a permitir. Ahí es donde tenemos que llegar. Pero no podemos llegar con una visión tecnocrática de la educación, donde simplemente educamos gente que usa tecnologías, pero no tiene la más remota idea de cómo nos está afectando la vida y no le interesa los grandes problemas de la humanidad.