ELECCIONES

Así están financiando los demócratas sus campañas

Para sus campañas, muchos candidatos prefieren financiarse con pequeños aportes. ¿Tendrán éxito?

20 de mayo de 2019
La mayoría de los estadounidenses donan entre US$20 y US$65 a los candidatos. | Foto: Afp

La carrera para llegar a la Casa Blanca requiere grandes cantidades de dinero que casi siempre se usan por completo. Para el día de las elecciones de 2016, Hillary Clinton y Donald Trump habían gastado 99% de lo que recaudaron. Lo que quiere decir que en una carrera tan larga y exigente cada centavo es sumamente importante. Y eso lo tienen claro los 20 candidatos demócratas que luchan por la nominación de su partido para enfrentar a Trump en 2020.

Hasta el momento, los números de los demócratas han dejado con la boca abierta a muchos analistas. Con internet como su gran aliado, los candidatos han recibido aportes de miles de ciudadanos en todo Estados Unidos. En sus primeras 24 horas de recaudación, el senador de Vermont Bernie Sanders recibió US$6 millones de dólares. Una cifra similar obtuvo el exvicepresidente Joe Biden en su primer día de financiación en la web: recibió US$6,3 millones, la cifra más alta de cualquier otro candidato demócrata.

Bernie Sanders. Precandidato a la presidencia de Estados Unidos.

Entonces, los demócratas saben que el dinero está en los pequeños donantes y han salido a buscarlos. 84% de lo recaudado por Sanders entre enero y abril de 2019 corresponde a donaciones individuales por menos de US$200. Eso significa que no son grandes empresarios los que están llenando las arcas de las campañas sino ciudadanos del común. Personas que, además, representan una gran ventaja: pueden volver a donar varias veces en todos los meses que quedan de campaña.

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¿Por qué ha pasado esto?

Claramente, Bernie Sanders ha influido a los otros candidatos. Los US$230 millones que recolectó para las primarias de 2016 respondieron a un modelo que ahora todos, desde la senadora californiana Kamala Harris hasta el texano Beto O’Rourke están llevando a la práctica: explotar hasta donde más se pueda las pequeñas donaciones.

Las cifras demuestran que la estrategia funciona. Los cinco candidatos con más dinero recolectado hasta el momento (Sanders, Harris, O‘Rourke, Elizabeth Warren y Pete Buttigieg) tuvieron los porcentajes más altos de pequeñas donaciones.

Algunos han tenido un el discurso radical. Por ejemplo, la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren se ha ido lanza en ristre contra los aportes de grandes empresarios o corporaciones. Reconocida por su postura antibancos, Warren ni siquiera le ha contestado las llamadas a millonarios que históricamente han financiado las candidaturas demócratas, como George Soros o Michael Bloomberg.

Sin embargo, como explicó el analista político Russell Berman en la revista The Atlantic, “el costo de la pureza de las donaciones podría pesar más que sus beneficios”. Berman explica que a muchos votantes no les importa cómo consigue la campaña el dinero. Y afirma que muchos estadounidenses simpatizantes del partido demócrata solo quieren ganar. O, en otras palabras: sacar como sea a Trump de la Casa Blanca.

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No todos los candidatos son tan puristas como Warren o Sanders (otro crítico de los donantes millonarios). Kamala Harris ha recaudado hasta el momento la segunda cifra más alta (US$12 millones), pero solo 39% de ese dinero corresponde a pequeñas donaciones. La otra gran parte proviene de cifras muy superiores a los US$200 y bastante cercanas al máximo legal: US$2.800.

Kamala Harris. Precandidata a la Presidencia de Estados Unidos.

Harris no le ha cerrado la puerta a chequeras un poco más amplias. Sin necesidad de recurrir a los polémicos comités de acción política (PAC por su sigla en inglés) que pueden recibir cifras altísimas, sí ha asistido a eventos de recaudación en California, sobre todo en Los Ángeles. Dichos eventos funcionan muy bien para recibir cheques con cantidades muy superiores a US$200. De hecho, Harris ha recibido apoyo de figuras reconocidas de Hollywood como el actor Ben Affleck o del director J.J Abrams.

Como afirman los expertos de las campañas presidenciales en Estados Unidos, resulta importante que los candidatos recuerden que la carrera es larga. Primero tienen que ganar la candidatura demócrata y luego entrar en una desgastante campaña contra Donald Trump. Todo ese recorrido necesita grandes cantidades de dinero, no solamente para publicidad sino para pagar sus equipos de campaña. La idea de no recibir grandes sumas aumenta la independencia de los candidatos ante los electores, pero podría dejarlos ante una situación vulnerable ante Trump más tarde en la campaña.

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El presidente, a diferencia de sus contrincantes demócratas, muestra todo lo contrario de desprecio o distancia por los grandes capitales. Hasta el momento su campaña y el Comité Nacional Republicano han recaudado US$30 millones. Una cifra que sobrepasa con creces a los otros candidatos, pero sin olvidar que las donaciones republicanas están concentradas en el magnate, mientras las donaciones demócratas se han dividido en los 20 candidatos actuales.

La pelea pinta difícil. En su habitual tono arrogante, Trump le prometió al país que recaudará US$1000 millones de doláres para noviembre de 2020. ¿Lo logrará? Tiene la maquinaria y el apoyo de todo un partido para hacerlo.

Si los demócratas continúan con su estrategia de pequeños donantes, deberán conseguir muchos más.