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Opinión
Tres presidentes derrochones
El indicador de deuda como porcentaje del PIB es benévolo.
La historia económica de Colombia durante los últimos tres gobiernos podríamos resumirla en aumento de gasto, aumento de deuda y aumento de impuestos; no es solamente el Gobierno Petro —que ya rompió la barrera del 60 % de deuda como porcentaje del PIB— fue también con Santos y Duque que la deuda tuvo aumentos significativos.
El indicador de deuda como porcentaje del PIB es benévolo, ya que si la economía tiene buenos indicadores y crecimiento, el aumento de la deuda se esconde, el problema radica cuando la economía está postrada.
Los números son claros. Cuando se acabó el gobierno de Uribe, la deuda era el 38 % del PIB, así le entregó el país a Santos, que después de ocho años se la entregó a Duque con un 48 %, y Duque se la entregó a Petro con un 57 %. Cabe anotar que en el gobierno Duque hubo pandemia, por lo tanto, algo de este crecimiento fue generado por ello.
El crecimiento de la deuda pública es una balacera en un ascensor para la economía de los países, más aún en países como Colombia, donde el servicio de la deuda es costoso, cada vez se utilizan más recursos del presupuesto para pago de intereses de deuda, y cada vez menos para inversión.
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Cada reforma tributaria de los últimos años ha venido escondiendo esta problemática, el asunto radica en que ya no hay de dónde cobrar más impuestos, en cambio, la deuda sigue creciendo.
Hay países que pueden soportar porcentajes de deuda mucho mayores, de hecho, países como Estados Unidos, Japón, Italia o España tienen porcentajes de deuda mucho más altos que Colombia. Siempre he oído de los más reconocidos economistas del país que el punto de quiebre de nuestra economía en términos de deuda es por los lados del 70 %.
Vale la pena decir que esa deuda como porcentaje del PIB es la que proviene de títulos TES, de emisiones de bonos en el exterior, y de créditos de multilaterales. Hoy en día existen deudas escondidas de la nación que no están en este cálculo, como lo son las sentencias judiciales, que además pagan un interés altísimo, las deudas de los territorios y el tema pensional, aquí sí hay un hueco enorme. No es solo Colpensiones, es también todo el pasado pensional de los territoriales.
Las vigencias futuras son otra especie de deuda que tiene la nación, ya que es un compromiso a futuro de giro, en cualquier balance de una entidad financiera o vigilada estaría en este y sería una deuda por pagar; en solo este tema, el Estado tiene compromisos por más de 100 billones de pesos.
El Gobierno Petro ha aumentado la deuda contra el crecimiento burocrático. No más en el Ministerio de la Igualdad, o con la cantidad de contratos de prestación de servicios, hemos tenido como contraprestación a politiqueros que le han ayudado en el Congreso.
Independientemente de que estos últimos tres gobiernos aumentaron la deuda del país ostensiblemente, vale la pena anotar que tanto en el gobierno Santos como en el de Duque hubo inversión, mientras en el gobierno de Petro —hasta ahora— solo ha habido destrucción.