
Opinión
Mañana no sabes
Vivir el presente significa estar completamente inmerso en el momento actual.
No entiendo nada de lo que me dicen en las reuniones de operaciones, me dijo Juan, preocupado. Quise indagar qué le pasaba, pero me identifiqué en parte porque he vivido muchos episodios en mi vida laboral en los que siento que no entiendo. Después de conversarlo un rato concluimos que hay dos variables claras: las reuniones no son específicas y hacen perder el foco porque muchas veces no se dice nada y, por otro lado, nos cuesta estar presentes.
En la vorágine de la vida moderna, es fácil perderse en las preocupaciones del futuro o en los recuerdos del pasado. Sin embargo, la verdadera esencia de la felicidad y la plenitud reside en vivir el presente. Eso suena fácil, lógico y repetitivo, pero no lo hacemos.
Vivir el presente significa estar completamente inmerso en el momento actual, estar aquí y ahora, sin dejar que las distracciones del pasado o las ansiedades del futuro nos alejen de lo que está sucediendo ahora. Este enfoque puede tener muchas cosas positivas.
Al concentrarte en el presente, disminuyes la carga de preocupaciones y ansiedad que suelen acompañar a los pensamientos sobre el futuro.
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Y esto obviamente te ayuda a conectar de manera más profunda con las personas que te rodean, fortaleciendo tus relaciones. Evidentemente, es un gran beneficio, porque solo si conectamos, entendemos qué pasa en el entorno, leemos las motivaciones de los demás, podemos influenciar más en un ambiente para liderar mejor.
Como consecuencia, además, hay mayor productividad por qué no se pierde tiempo, hay foco y claridad. Sin embargo, en un mundo tan agitado, de scrolling permanente, en el que un mensaje de más de un minuto ya es largo, surge la pregunta que me hizo Juan: ¿pero cómo vivir el presente de manera práctica?
Y aquí resumo cuatro ideas que practico en medio de mi hiperactividad de nacimiento y que me ayudan de manera clara a vivir mejor conectada con el presente. Lo primero es practicar de manera activa el mindfulness: hacer ejercicios fáciles y cortos de atención plena mediante la meditación y prácticas de respiración. Esto te ayudará a centrarte en el aquí y el ahora.
A lo segundo le llamo ayuno digital. Dedicar tiempo a desconectarte de dispositivos electrónicos y redes sociales para evitar distracciones. Estar un fin de semana sin redes o un mes sin una de ellas, por ejemplo, ayuda muchísimo a tener buenos y diferentes hábitos como leer, hacer más deporte o simplemente descansar.
Lo tercero es hacer varias veces a la semana la técnica Pomodoro, en la que te concentras solo en una cosa por 25 minutos, seguido de cinco minutos de descanso. Para gente que no para y no quiere parar es una gran técnica, ya que es muy concreta, útil y eficiente.
Vivir el presente es una habilidad que se puede desarrollar con práctica y dedicación. Al hacerlo, no solo se mejora el bienestar mental y físico, sino que también se disfruta de una vida más balanceada y significativa.
Recuerda siempre que el cuerpo habla y te manda señales que muchas veces ignoras. Párate serio frente a la vida y no hagas cosas que no quieres hacer, disfruta cada momento porque la vida es frágil, y no esperes a tener más años para tener más tiempo, solo aprovecha lo que te da la vida hoy porque mañana no sabes qué te dé.
“Siempre estamos preparándonos para vivir, pero nunca estamos viviendo”, Ralph Waldo Emerson.