Guillermo Valencia Columna Semana

Opinión

Los ‘outliers’ que superan el bombo: Amazon, Palantir y el futuro que pasamos por alto

Las burbujas acaparan titulares, pero los outliers construyen legados.

Guillermo Valencia
19 de junio de 2025

Seguramente, has escuchado: “Esta vez es diferente”. Es el canto de sirena de cada burbuja, desde la manía de los tulipanes hasta el colapso de las puntocom, atrayendo a inversores a pagar más por sueños que nunca se materializan.

Pets.com, con su valoración de 300 millones de dólares sobre sus ventas, es el ejemplo perfecto: desapareció en nueve meses. Los críticos agitan esta bandera contra empresas como Amazon (AMZN) y Palantir (PLTR), al señalar sus altísimas relaciones precio-valor contable (P/B) —valor de mercado de la acción— 100 para Amazon en 1999, 50 para Palantir en 2025 y gritan “¡burbuja!”. Pero aquí está el giro: a veces, “esta vez es diferente” no se equivoca, solo se malentiende.

La verdadera historia no trata de burbujas que estallan; trata de outliers que silenciosamente dan forma al mundo. Vamos a explorar por qué Amazon y Palantir podrían ser esas raras excepciones, y cómo nuestras propias mentes nos sabotean en el camino.

Las trampas mentales del dinero

Piensa en la última vez que dudaste ante una gran decisión: tal vez comprar una acción o iniciar un negocio secundario. Esa vocecita que susurra: “¿y si pierdo?”, es la forma en que tu cerebro te protege, pero también puede frenarte.

Llámalo aversión a la pérdida. A fines de los 90, cuando las acciones de Amazon pasaron de centavos a tres dígitos, la gente se paralizó, aterrorizada por el inminente colapso de las puntocom. Hoy, el ascenso de Palantir de 10 en 2020 a 25 a fines de 2021 despierta el mismo miedo, incluso con su ventaja en inteligencia artificial.

Luego está el anclaje: nos aferramos a reglas antiguas, como que un P/B menor a 2 es “seguro”. El P/B de 100 de Amazon en 1999 o el de 50 de Palantir hoy parecen escandalosos bajo esa medida, así que los descartamos como sobrevalorados.

El sesgo de confirmación entra en juego: si eres escéptico, seleccionarás datos—como las pérdidas iniciales de Palantir— para probar que es una burbuja, ignorando su contrato de 480 millones con el Ejército de EE. UU. en 2024 o los 574 mil millones en ingresos de Amazon en 2023. El comportamiento de manada nos hace esperar a la multitud, perdiendo la ola temprana, mientras que la confianza excesiva nos engaña haciéndonos creer que podemos cronometrar el mercado perfectamente. Estos hábitos mentales nos cuestan fortunas cuando emergen outliers como estos dos.

El manual de los ‘outliers‘

Las burbujas acaparan titulares, pero los outliers construyen legados. Toma a Amazon: una inversión de 10.000 dólares en 1997 se convirtió en 2.83 millones para 2025, un retorno de 282 veces. No fue suerte. Tras el colapso de las puntocom (2001–2005) que redujo su acción en un 90 %, Amazon se recuperó con AWS, generando una ganancia de 1.100 millones para 2010.

Su P/B cayó de 100 a 3.85 hoy, reflejando madurez, pero el crecimiento —350 mil millones en comercio electrónico, 100 mil millones en la nube— vino de superar a rivales como eBay. El camino de Palantir es similar: 10.000 dólares desde su OPI en 2020 crecieron a 50.000 para 2025, con un P/B de 50 en su fase de consolidación (2023–2026). Su reserva de 2.000 millones en efectivo y un margen operativo del 20 % en 2024 muestran que no es otro Webvan, que quemó 800 millones en almacenes vacíos.

¿La diferencia? Los outliers no persiguen el bombo, resuelven problemas. Amazon construyó logística; Palantir entrega IA para gobiernos y multinacionales. Cuando Pets.com colapsó, no tenía un plan B. Amazon y Palantir se adaptan, convirtiendo riesgos en fortalezas.

Los riesgos que enfrentan y conquistan

Las altas valoraciones traen problemas. Amazon enfrenta escrutinio antimonopolio y la presión del comercio electrónico de Shopify, valorado en 75 mil millones en 2024. El 80 % de los ingresos de Palantir en 2023 provienen de gobiernos, lo que implica riesgos políticos.

Pero los outliers no se derrumban, pivotan. Los 10.000 millones en I+D de Amazon y sus 1.5 millones de empleados superan a los competidores, haciendo crecer AWS un 19 % a pesar del desafío de Azure. Los 1.000 millones en ingresos comerciales de Palantir (un 32 % más en 2024) y sus asociaciones con BP diversifican su base. Las empresas de burbujas carecen de esta tenacidad; los outliers reescriben las reglas.

La historia mayor: ‘outliers’ como creadores de historia

La historia de Palantir no es solo tecnológica, es un eco de las compañías de las Indias Orientales del siglo XVII. En ese entonces, Gran Bretaña y Holanda delegaron comercio y seguridad a gigantes corporativos que controlaban la mitad del comercio mundial para 1800.

Hoy, las vulnerabilidades de internet y las necesidades de seguridad nacional están dando lugar a un paralelo. Las herramientas de Palantir —usadas por la CIA, el Pentágono y aliados— la posicionan como una compañía de las Indias digital. Amazon transformó el comercio; Palantir podría redefinir la gobernanza. Como señala Alex Karp en The Tech Republic, la IA y la ciberseguridad se están volviendo tan críticas como lo fue la externalización colonial.

El juego a largo plazo: los ‘outliers’ ganan esperando

Las burbujas se obsesionan con el próximo trimestre; los outliers juegan por décadas. La ganancia de 282x de Amazon tomó 28 años. El próximo salto de Palantir —su fase de “el ganador se lo lleva todo” (2027–2030)— aún está en gestación. Las burbujas estallan porque son huecas; los outliers perduran porque construyen. Una apuesta de 10.000 dólares en Palantir en 2020 no es una jugada, es una apuesta por un futuro que otros aún no ven.

La lección: detectar la señal en el ruido

“Esta vez es diferente” ha destruido mercados, pero también ha dado origen a revoluciones. Los críticos que solo ven burbujas se pierden a los outliers: Amazon, alguna vez un marginado de las puntocom, ahora un gigante de 2 billones; Palantir, etiquetado como sobrevalorado, ahora un pilar de la gobernanza.

Sus altos P/B—100 para Amazon entonces, 50 para Palantir ahora —no son ilusiones, son apuestas por la innovación, respaldadas por ingresos, contratos y resiliencia—. El futuro no favorece a los tímidos, pertenece a quienes detectan a los outliers en medio del bombo.

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