Opinión
Los Brics, ¿un cuento chino?
El encabezamiento de este artículo puede llevar a que el lector sienta que los Brics no son una realidad. Por ende, desde un principio se debe aclarar que, si bien los Brics son una realidad, no son lo que ellos cacarean ser: un novedoso e importantísimo bloque heterogéneo de países que van a imponer un nuevo orden internacional, de paso destronando al dólar como moneda; controlando el mercado de petróleo y otros minerales; estableciendo un nuevo banco de desarrollo; imponiendo la paz a nivel global; y funcionando de manera coordinada en el comercio internacional.
¿Pero qué son los Brics? El acrónimo fue acuñado en el año 2001 por el economista de Goldman Sachs, Jim O’Neil, quien creó este término sobre la base de que Brasil, Rusia, India y China (el término nació como BRIC) serían los que dominarían la economía en un futuro. En 2011, estos cuatro países acordaron la inclusión de Sudáfrica. En su pasada cumbre en agosto de este año, los Brics invitaron a seis países para que formen parte del bloque. Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos se sumarán como miembros plenos a partir del 1 de enero de 2024.
Las ambiciones de los Brics de tener una moneda que reemplace al dólar no pasan de ser el sueño febril de una noche de verano. La única moneda medianamente seria es el yuan chino. Las otras van en una escala de dudosas hasta risibles, como es el peso argentino. El verdadero nombre de una moneda fiable debe ser “confianza”; y a ninguna moneda de estos 11 países, con la posible excepción del yuan chino, se le puede dar ese nombre. La China, sin embargo, enfrenta serias turbulencias financieras y comerciales. Un mal manejo puede llevar al traste al yuan.
¿Qué los Brics van a controlar el mercado mundial del petróleo y de los otros minerales? Mientras que Estados Unidos siga siendo el principal productor de petróleo del mundo y buena parte de los minerales en manos de países que no tienen nada que ver con los Brics como Australia, Canadá y Chile, el papel de los Brics siempre será marginal. En ciertos casos, como el petróleo, podrán influir sobre el precio, más no sobre la oferta.
En la actualidad, el mayor, por no decir el único logro de los Brics es el Nuevo Banco de Desarrollo, con sede en China, que busca facilitar transacciones entre los miembros sin imponer condiciones políticas. Nació en 2015 con la aspiración a ser una alternativa al Banco Mundial. Pero dicha institución tiene dos enormes falencias: o analiza con seriedad y detenimiento los créditos que otorga y lo hace con criterio de banquero y no ideológico; o le da a dicho Banco un manejo activista, progresista e ideologizado que lo puede convertir en un pozo sin fondo para aquellos países que aportaron el capital. El futuro de dicho Banco no augura bien, ya que a la cabeza colocaron a una mujer mediocre, Dilma Rousseff, que aparte de poco criterio, de banca no tiene la menor idea, ni experiencia.
Políticamente, los Brics están lejos de estar unidos. Muchos de ellos se detestan entre sí. China reclama territorio de Rusia e India. Irán es una teocracia promotora del terrorismo. África del Sur puede ser el país más corrupto del mundo. La pobreza de Etiopía y Egipto va a ser muy compleja de superar. Rusia no deja de ser una gasolinera con ojivas nucleares.
Los Brics existen, por supuesto. Pero en realidad el único país que tiene importancia en ese Grupo es la China. Todos los otros, con la posible excepción de la India en el mediano plazo, son marginales.