MAURICIO BOTERO

Opinión

Ecopetrol: la metamorfosis de la iguana en una vaca lechera

La petrolera es la vaca que alimenta con su leche los caprichos fiscales, los programas asistencialistas, incluyendo aquellos que no pasan de ser delirios ideológicos.

Mauricio Botero Caicedo
28 de mayo de 2025

Cuando a una vaca se la ordeña más allá de lo razonable, cuando se le limita la capacidad de pastar, cuando se le maltrata con exigencias improcedentes, y cuando se le restringe la comida, la vaca lechera comienza a enfermar. Adicionalmente, el ordeñar a una vaca en exceso puede llevar a una producción forzada de leche que sobrecarga el metabolismo de la vaca, afectando su estado corporal y salud general. Y si bien excederse en el ordeño de una vaca cuando la disponibilidad de pastos normal es un error, cuando los pasos empiezan a escasear, ordeñar a la vaca más allá de sus posibilidades, es una imbecilidad.

Lamentablemente, hoy Ecopetrol para el Estado (que es el dueño del 88,5 % de sus acciones) se ha convertido en lo que en su día fue la Federación Nacional de Cafeteros: una vaca lechera que todos conocen, todos codician, y que con enorme miopía todos ordeñan sin medida ni pudor. Ecopetrol es la vaca que alimenta con su leche los caprichos fiscales, los programas asistencialistas, incluyendo aquellos que no pasan de ser delirios ideológicos. A medida que su inversión en exploración se reduce y su competitividad se ve comprometida, Ecopetrol ha visto caer su rentabilidad, con el resultado que el valor de su acción se ha deteriorado de manera importante. Ecopetrol necesita liquidez para operar: invertir en exploración, modernizar infraestructura, cumplir con regulaciones ambientales y pagar dividendos. Cuando una porción excesiva de sus ingresos se destina a impuestos, disminuye su flujo de caja libre, lo que limita su capacidad de invertir y por ende crecer. En las últimas semanas la Dian ha impuesto un cobro millonario a Ecopetrol por el IVA de combustibles importados, generando un conflicto legal que podría tener implicaciones significativas para la empresa.

Según el diario Portafolio, “El monto de la ‘cuenta de cobro’ asciende a unos $ 9,4 billones —6,1 billones para Ecopetrol, un billón por la Refinería de Cartagena y 2,3 billones por intereses— y se elevaría a $22 billones si se incluye en ese concepto al Acpm”. El editorial de dicho diario (¿Fuego amigo?) del pasado 7 de mayo afirma: “Por otro lado, no puede pasar desapercibido que la Dian esté pidiéndole a la petrolera estatal los recursos equivalentes a una reforma tributaria en momentos en que la administración Petro necesita desesperadamente mayores ingresos. De hecho, según un informe del Banco de Bogotá, el pago del saldo del Fondo de Estabilización de Precios del Combustible (Fpec) por $ 7,7 billones con una emisión masiva de TES de corto plazo se traduce en que “la Nación está transmitiendo sus problemas de caja a Ecopetrol”.

Otro formidable problema que va a enfrentar Ecopetrol, aún más grave que el ordeño por parte del Estado, es la muy probable disminución de sus ingresos a corto y mediano plazo. Diversos analistas y bancos de inversión han ajustado sus proyecciones del precio del crudo a la baja debido a factores como el aumento de la producción por parte de OPEC+, la desaceleración de la demanda global y las tensiones geopolíticas principalmente entre Estados Unidos y la China. Concretamente, el banco estadounidense CITI advierte que si el Brent cae a 60 dólares, los flujos financieros podrían empujarlo aún más abajo, posiblemente hasta los 50 dólares.

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Apostilla: En toda empresa cotizada en las bolsas internacionales las dudas sobre el correcto proceder del CEO solo pueden desembocar en la renuncia del ejecutivo. Que la Junta de Ecopetrol haya contratado por la lo despreciable suma de 5,875 millones de dólares a una firma extranjera para investigar si el comportamiento del CEO impacta la reputación de la empresa, resalta la gravedad de los cargos y pone en tela de juicio el criterio de la misma Junta.