Entrevista

“Tengo mis dudas de que la inflación no haya bajado por aumentos de salarios”: Laura Moisá, coodirectora del BanRepública

El nivel de inflación que inquieta a 4 miembros de la junta del Emisor no preocupa tanto a Laura Moisá, quien afirma que no hay que tener nerviosismo con el 5%. Ella es una de las que se aparta del consenso de mantener estables las tasas de interés.

GoogleSiga las noticias de SEMANA en Google Discover y manténgase informado

18 de octubre de 2025, 4:00 a. m.
Laura Moisá, codirectora del Banco de la República, a su llegada a la junta tuvo la impresión de que en la entidad se conservaba una fuerte estructura patriarcal.
Laura Moisá, codirectora del Banco de la República, a su llegada a la junta tuvo la impresión de que en la entidad se conservaba una fuerte estructura patriarcal. | Foto: CORTESIA BANCO DE LA REPÚBLICA

SEMANA: A usted se le reconoce como una codirectora crítica de la postura conservadora del Emisor, que mantiene las tasas estables pese al rechazo del Gobierno. ¿No cree que bajarlas implicaría un riesgo mayor?

Laura Moisá: Para mí, los mayores riesgos están en quedarse en posiciones ortodoxas o heterodoxas y no tener la capacidad de abrir la mente a otras respuestas, porque todo cambia. La economía es una ciencia social, nos dedicamos a estudiar a las personas y sus relaciones económicas, y eso todo el tiempo está en transformación. Tras la pandemia se han dado grandes cambios que la política monetaria tendría que observar y que podrían ser interesantes.

¿Cambiará de opinión?

SEMANA: El reciente dato de inflación: 5,18 por ciento, pareció darles la razón a quienes optan por no mover las tasas. ¿Eso cambia ahora su visión?

L.M.: Sigo teniendo la misma posición. El problema de inflación que tenemos en el país, que además viene estabilizándose pospandemia, para mí sigue siendo un choque de oferta, que, desde mi perspectiva, es más permanente. Me refiero, por ejemplo, a costos internacionales que recaen sobre muchos productos intermedios necesarios para producir alimentos, como los fletes, que están caros.

Es una situación estructural de precios internacionales muy compleja que no ha permitido a Colombia llegar a tener precios más bajos; porque lo que presionó más la inflación ahora fueron los alimentos, y más los perecederos.

Los precios se han mantenido porque las empresas temen que todo esto se dé vuelta y tengan pérdidas en sus ventas. Para mí, se trata de una inflación de oferta que no se soluciona por el lado de la demanda, es decir, con la tasa de interés. En este momento no tendría ningún efecto.

El presidente Petro y la Junta Directiva del Emisor: Mauricio Villamizar, Bibiana Taboada, César A. Giraldo, Olga L. Acosta, Germán Ávila, Laura Moisá y Leonardo Villar.
El presidente Petro y la Junta Directiva del Emisor: Mauricio Villamizar, Bibiana Taboada, César A. Giraldo, Olga L. Acosta, Germán Ávila, Laura Moisá y Leonardo Villar. | Foto: PRESIDENCIA / BANCO DE LA REPÚBLICA

SEMANA: Con los riesgos a la vista que tomó en cuenta una parte de la junta para no mover las tasas ¿usted cree que en lo que resta del año las decisiones de política monetaria deberían seguir siendo prudentes o no?

L.M.: Hay que observar y estar pendiente de las presiones. En todo caso, pienso que una inflación del 5 por ciento, si no está acelerada, tampoco es causa de nerviosismo en un momento en que la economía está creciendo muy levemente y mejora el mercado de trabajo. Es más, podría ser una inflación que funcione para recuperar la economía después del choque de la pandemia.

Entre inflación o pobreza

SEMANA: En algunos escenarios usted ha dicho que prefiere la inflación a la pobreza. ¿Qué tanto se logra en lo social con la recuperación de la economía que puede impulsar la política monetaria?

L.M.: No se trata de preferir lo uno o lo otro. Para elaborar modelos en economía se deben ver múltiples variables funcionando casi en simultáneo.

Lo que defiendo totalmente es la estabilidad de la inflación. Un choque inflacionario que genere hiperinflación es gravísimo; Colombia nunca lo ha tenido, pero países como Brasil, Argentina y Venezuela lo han vivido, y en esos momentos la desinstitucionalización y la desestabilización son muy altas.

En cambio, una estabilidad de la inflación como la que tiene históricamente Colombia permitiría que se volcaran algunas políticas a recuperar la economía para que genere empleo decente. Estamos bajando el desempleo, pero no logramos resolver el problema de la informalidad. Tampoco el de la productividad de los trabajadores y de nuestras empresas. Eso tiene unos costos que podrían equilibrarse con un nivel de inflación estable.

En resumen, no creo en las preferencias (inflación o pobreza) porque no soy ortodoxa. No elijo una cosa sobre otra, sino que evalúo las variables de manera que funcionen en el contexto de cada país. Nosotros tenemos una meta de inflación de países desarrollados, además, similar a nuestros vecinos en el continente, pero Colombia tiene los niveles de desigualdad y pobreza más altos del mundo.

Comité Autónomo de la Regla Fiscal
Comité Autónomo de la Regla Fiscal | Foto: SEMANA

SEMANA: El país atraviesa una situación fiscal difícil, y el Banco de la República la usa para justificar su cautela monetaria. Desde su perspectiva ¿Qué se debería hacer para mejorar el panorama fiscal?

L.M.: Coincido en que la situación fiscal es muy compleja y en el Banco estamos preocupados. No obstante, es una circunstancia que tampoco es de fácil resolución, pues los inflexibles del gasto son muy altos y el Ejecutivo ha dejado claro que no va a renunciar a su programa de gobierno.

En ese escenario será clave observar lo que sucederá con la propuesta de reforma tributaria y lo que sigue con el déficit fiscal. En la junta hay consenso en cuanto a que lo que está haciendo el Gobierno con el manejo de la deuda y el intento de lograr que los ingresos puedan solventar el problema de los gastos es lo adecuado. Estamos en modo observación.

Sobre quitar el techo a la regla fiscal

SEMANA: ¿Qué opina de la decisión de quitar el techo a la regla fiscal, en un contexto en el que al Gobierno se le tilda de derrochón?, ¿Cómo evalúa el manejo que se le está dando a lo fiscal?

L.M.: Hay un debate en muchos países en torno a la idea de sacar parte de los gastos del Estado para medir la regla fiscal y fue lo que en algún momento se intentó en Colombia: quitar la inversión que se haga para transición energética de la medición de la regla fiscal.

El problema de lo fiscal es que tener el equilibrio es muy complicado. Normalmente, los grandes países tienen déficits fiscales que son cinco, seis o siete veces más altos que el de nosotros, pero con ingresos asegurados, con monedas fuertes como el dólar o el yen. Nuestra moneda, en cambio, es muy débil como para financiar o atraer capitales que nos financien el gasto.

La calificadora Fitch Ratings evalúa el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2025, que fue presentado por el ministro de Hacienda.
La calificadora Fitch Ratings evalúa el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2025, que fue presentado por el ministro de Hacienda. | Foto: Getty Images /Semana

La regla fiscal es una buena idea para tener una meta, pero difícil de cumplir en países como Colombia. Si bien es cierto que se suspendió, también lo es que el Marco Fiscal de Mediano Plazo está diciendo que se retoma en dos o tres años después de salir de esta crisis, de la que venimos tras una situación anormal, que implica el pago del servicio de la deuda que se obtuvo en la pandemia y el pago del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles, algo que ya casi se resuelve.

SEMANA. Desde su perspectiva, ¿cómo está manejando el gobierno la situación fiscal?

L.M.: Este Gobierno hizo una tarea que no se había podido hacer por diferentes razones, pero ya sacó del escenario el subsidio de la gasolina. Eso es clave para que esa presión fiscal no exista. Está intentando lo mismo con el diésel, pero ese producto puede provocar un choque más directo a la inflación, por su relación con el transporte de alimentos.

Si la regla fiscal se vuelve a tener como meta en dos o tres años, después de resolver el problema estructural, creo que se habrá hecho una buena tarea desde lo fiscal, independientemente de que sea este o el próximo Gobierno el que lo haga.

De cuánto debe ser el salario mínimo para garantizar una vida digna

SEMANA: ¿Cree, como otros codirectores, que los aumentos del salario mínimo han presionado la inflación y frenado su caída este año?

L.M.: Para analizar el salario mínimo, yo parto de otras variables, no solo de los efectos inflacionarios que pueda tener. Nos hemos acostumbrado a una economía basada en trabajo barato y poco calificado. Algunas teorías económicas plantean salarios de eficiencia, lo que podría incentivar mejoras en productividad y en innovación tecnológica, tanto en las empresas como en los trabajadores, por medio de ingresos mayores.

El salario mínimo en Colombia, del cual depende el sustento de la mayoría de la población, es bajo en términos de lo que necesita una persona.

Hoy en día se habla del concepto de salario vital y móvil, lo que implica que debe estar basado en que la familia pueda adquirir los bienes necesarios en el siglo XXI para tener una vida decente. Colombia está muy por debajo. Los datos de algunos trabajos indican que se necesitaría entre 2,5 y 3 millones de pesos para que una persona pueda tener alimentación básica, acceso a salud, a ocio, vacaciones –parece raro y resulta que es un derecho–.

En mi criterio, el salario mínimo también tiene que ver con la calidad de vida de la mayoría de la población del país. Que tiene un efecto inflacionario, Sí. Ahí es importante hacer una revisión, pues hay precios que no tendrían que estar indexados al salario mínimo, sino a la inflación. Pero también hay que lograr que las empresas no se preocupen solo por ese aumento en el salario, sino por mejorar su productividad, lo que llevaría a fortalecer la calidad para el empleado sin transferir el efecto a los precios.

En lo particular, todavía tengo mis dudas de que la inflación no haya bajado por los aumentos de los salarios, porque está mejorando el mercado laboral, está aumentando la contratación, está creciendo la economía, entonces creo que ahí hay que estudiar el fenómeno.

Gustavo Petro salario minimo
Durante el gobierno de Gustavo Petro se han aplicado aumentos altos al salario mínimo, con el argumento de que el trabajo debe ser más dignamente remunerado. | Foto: Presidencia / Adobe Stock

¿Cuánto debería aumentar el mínimo para 2026?

SEMANA: En el escenario actual, ¿cree que sería positivo que el salario mínimo subiera otra vez por encima de dos dígitos?

L.M.: Hay que analizar el impacto de un aumento del salario mínimo. Durante el boom de las commodities, la economía creció cerca del 7 por ciento, pero los salarios no siguieron ese ritmo, mientras las utilidades empresariales sí. Ahora se busca recuperar el poder adquisitivo, aunque no sea el mejor momento.

‘Estamos siendo muy duros para cumplir una meta de inflación’

SEMANA: Ya que usted no es partidaria de lo estático y se percibe como de pensamiento heterodoxo, ¿Cree que sería mejor no tener meta de inflación o al menos flexibilizarla?

L.M.: El régimen de metas de inflación no me choca, pero creo que hay que abrir un debate acerca del número. El 3 por ciento en este momento no es el mejor. Estamos siendo muy duros para llegar allí. Pero se requieren los modelos para diseñar las propuestas de cambio. Muchos bancos centrales están pensando en flexibilizar los parámetros y los tiempos para llegar a la meta. Cinco años puede ser un tiempo menos angustiante.

SEMANA: Sus argumentos parecen alinearse con los del Gobierno. Al llegar a la junta se le asoció con Petro (Gustavo). ¿Siente alguna presión, aunque sea indirecta, para respaldar la posición del Presidente que insiste en que se deben bajar las tasas?

L.M.: No, para nada. Ni siquiera conozco mucho al presidente. Si acaso tuvimos una reunión. Los mandatarios nombran a sus codirectores por sus cualidades, no por afinidades políticas. En ningún momento hay presión. Mis decisiones se basan en lo que considero mejor para el país y en mi formación profesional y ética.

Me negaría a tomar decisiones por presión, sabiendo que van a afectar a la población colombiana en pro de apoyar una posición individual o a un Gobierno.

SEMANA: Finalmente, lo que más le preocupa a la gente: ¿tasas bajas para cuándo?

L.M.: Sé que el nivel de tasas es complicado para mucha gente y más aún porque acá los bancos todavía manejan la ganancia por medio de la captación y la colocación. Esta nación es muy sensible a las tasas de interés. Bajarlas o no dependerá de cómo avance la situación del país.