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¿Qué está pasando con el precio de los alimentos en Colombia? | Esto es lo que pasó en agosto y lo que viene
Les está pegando el invierno, los bloqueos, la tasa de cambio y más. El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) hace su análisis.
Todos los hogares colombianos están sintiendo el golpe en el bolsillo. La leche más cara, el pollo está incomprable, en fin, la plata cada vez alcanza menos. ¿Qué pasa?
El fin de semana se conocieron los datos de inflación en el país para el mes de agosto: la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue de 0,45%, la variación año corrido llegó a 3,93% y la anual alcanzó el 4,44%, superando el rango meta del Banco de la República, es decir, 2,56 puntos porcentuales más arriba de la reportada en el mismo periodo del año anterior, cuando fue de 1,88%.
Uno de los rubros que viene impulsando la inflación es la división de alimentos y bebidas no alcohólicas que registró una variación mensual de 1,08%, siendo la mayor entre las distintas divisiones. De hecho, en alimentos y bebidas no alcohólicas se ha registrado una variación año corrido de 11,36%, también la más alta a agosto.
Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), expone -desde su perspectiva- lo que está impulsando los precios al alza.
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SEMANA. No solo en Colombia sino en el mundo, los alimentos se han convertido en uno de los principales jalonadores de la inflación. ¿Qué es lo que está pasando con ellos en materia de precios y en el aumento de la inflación?
Jorge Enrique Bedoya. Uno tiene que dividir esto en una aproximación de lo que pasa a nivel global de lo que está pasando a nivel local. En el mercado internacional el mismo rebote de la China generó una demanda por muchos productos básicos, como en el caso de las proteínas, pero en particular de las materias primas que se utilizan en el sector agropecuario y por eso se ha visto un incremento inusitado en los precios de los fertilizantes, de los insumos para control de enfermedades. En el caso de la alimentación en la actividad agropecuaria, del maíz, de la soya y a eso hay que sumarle lo que ha ocurrido en materia de fletes marítimos, inclusive la disponibilidad de contenedores. También hay que agregarle lo que ocurrió en el puerto de Buenaventura. Y la tasa de cambio ha generado unos incrementos en los costos de producción de una manera muy preocupante.
Y ya en lo local, en los precios al consumidor final al menos desde mayo hasta noviembre del 2020, la inflación de alimentos mensualmente fue negativa, porque el consumo se cayó. Lo que estamos viendo en este primer semestre de 2021 es que el Índice de Precios al Consumidor, al menos en el caso de los alimentos, empieza a tener comportamientos positivos, y eso también se debe al rebote del consumo, porque en la medida en que se recupere el empleo, en que las actividades comerciales productivas vuelvan a tener un buen desempeño, la gente vuelve a tener recursos en el bolsillo, y eso es más consumo de alimentos y se vuelve a regularizar el tema de los precios por lo menos a nivel de consumidor.
SEMANA. Miremos tres temas puntuales en el caso de Colombia que estarían afectando los precios: uno, el invierno…
J.E.B. El tema del invierno afecta a todo el territorio colombiano, podría decirle la Mojana sucreña o lo que está pasando en el departamento del Meta, o mire lo que puede llegar a pasar en el departamento del Valle, porque al final del día eso es una cosa que va cambiando minuto a minuto.
SEMANA. ¿Cuál es el impacto?
J.E.B. Lo primero que se pierden cultivos y animales. Hay que seguir insistiendo en la importancia de herramientas para el incentivo del sector agropecuario, porque el tema del cambio climático llegó para quedarse y el país no tiene los recursos necesarios en particular para darles la mano a los pequeños productores. Segundo, el invierno trae un colapso en muchas de las carreteras del país y no solamente las vías principales, mire el ejemplo del kilómetro 58 en la vía que conduce a los Llanos Orientales desde Bogotá, no solo en la principal sino en las carreteras alternas. En una de ellas la banca se fue y se dice por parte del gobierno Nacional que podría durar 10 días cerrada y ya se han venido haciendo las labores de limpieza, pero genera incremento en fletes, incertidumbre en el productor y eso es obviamente un dolor de cabeza.
Y en las vías terciarias, el país tiene un déficit histórico, ese no es un problema solo de este gobierno. Tramos por los cuales -normalmente- su tránsito es de una hora, ahora pueden demorarse tres, cuatro, cinco o más horas.
SEMANA. ¿Y eso que genera?
J.E.B. Más costos para los productores, la posibilidad que los productos perecederos se dañen por el movimiento de los camiones y un dolor de cabeza que pareciera no terminar. Por eso nosotros vemos con buenos ojos que el gobierno del presidente Duque ha sido el gobierno que tal vez en menos años le ha dado recursos para construcción de vías terciarias a la administración, en este caso al Invías, pero lo importante es que se ejecuten los recursos. Nos preocupa que se va a acabar el gobierno, está la plata pero lo que necesita ver la gente es la placa huella, porque eso también brinda esperanza y ayuda a los niños y a las niñas que tienen que tienen que ir a sus colegios, a la llegada del resto del Estado y al desarrollo del comercio.
Tenemos más de 40 millones de hectáreas de frontera agrícola, y para esto contamos con 175.000 kilómetros de vía terciaria, de los cuales solo el 10% está en buen estado. Eso no se va a resolver en 4 años. Por eso la ley de regalías y que se convierta ojalá en una política de estado, permitiría que el campo empiece a recuperar competitividad si es que las carreteras terciarias se vean construyendo.
SEMANA. El segundo es el de las dificultades viales ¿Qué es lo que esa pasando realmente con la vía al Llano, con esa gran despensa que tiene Bogotá y el centro del país para alimentarse y para poder acceder a productos?
J.E.B. Es muy lamentable. Ese es un problema histórico. ¿Cuántas décadas lleva esa vía con esa dificultad? Y las dos vías alternas. Entonces yo los invito a que se pongan en los zapatos del productor. Por ejemplo el de cerdo que tiene que decidir mandar la carne en un camión o en una tractomula refrigerada y que si ve que la vía se cierra, le toca tomar una vía alterna que se demora el doble o el triple de tiempo o simplemente son vías que no admiten carga de más de 32 toneladas. Es que el tren logístico en el caso de los alimentos es muy importante, y va mucho mas allá de lo que se ve en los noticieros o en la roca grandísima que se cayó en la vía. Hay que entender que la logística de transporte de alimentos y de insumos es 7 por 24 y ahí es donde este país tiene que darle una respuesta cierta al campo. Y fíjese que solo estamos hablando de la vía a Villavicencio, hay muchas otras carreteras donde en la medida que va pasando en invierno pues seguramente vamos a ver estos problemas.
SEMANA. ¿Cuál es la importancia de esa despensa en los Llanos frente a un mercado como por ejemplo Bogotá?
J.E.B. Déjeme solamente le doy dos datos: el 50% de la carne de cerdo que se consume en Bogotá, puede venir de esa zona del país, son más de 1.200 toneladas semanales de carne de cerdo entre animales y carne ya refrigerada que vienen de esa zona y en el caso del pollo son más de 1.300 toneladas semanales también. A eso súmele las frutas, hortalizas, ganado en pie que viene a los frigoríficos a la entrada de la ciudad de Bogotá. Y, además, los insumos que de Bogotá tienen que ir a esa zona del país. Entonces ahí hay un tema de marca mayor que evidente el estado ya ni siquiera es el gobierno deben brindar una respuesta.
¿Qué negocio le aguanta por el lado de los fletes, o simplemente por el lado de lo que puede ser la merma del producto? Y mire lo que está pasando en el caso del arroz, hoy no hay camiones para recoger el arroz en el Casanare suficiente a lo que se necesita.
SEMANA. ¿Por qué?
J.E.B. Porque una de las vías alternas está cerrada. Entonces hay 300 mil toneladas de arroz en Casanare que no han podido tener salida. Esos son los dramas que día a día tienen los cientos de miles de productores de alimentos que tiene nuestro país.
SEMANA. ¿Hay algunas otras vías en el país tan importantes y emblemáticas como la vía al Llano que esté en dificultades y que se vuelva un cuello de botella en materia de logística y de transporte?
J.E.B. El caso de la Panamericana indudablemente lo es. La vía que conecta a Buenaventura con Loboguerrero, fíjese lo que nos pasó en los bloqueos, también cuando se presentan problemas de invierno, algunas vías del departamento de Antioquia. Tampoco voy a decir que todo el país tiene esa problemática, pero es que también depende de los problemas que se estén generando con el invierno o con los temas de la protesta cuando tiene estos hechos de vandalismo, de bloqueos, pero indudablemente la carretera que conecta a la altillanura con el centro del país sí indudablemente es de las más emblemáticas, más importantes y más frágiles como lo hemos visto los colombianos en los últimos días.
SEMANA. Y el tercero es el precio del dólar. ¿Qué tanto le está pegando a los precios? ¿Cuál es el riesgo que ustedes ven en materia del precio del dólar sobre todo para insumos y materias primas?
J.E.B. El precio del dólar nosotros tenemos las dos caras de la moneda: los exportadores felices cuando hay una devaluación y el San Benito para los importadores. Y los precios internacionales de los insumos han venido subiendo de una manera impresionante y el dólar genera esa preocupación. Pero también con el dólar hay que tener la siguiente visión: una cosa es el anuncio de cómo cerró hoy el dólar y otra cosa es el dólar en la nacionalización de los productos de los inventarios que se tienen con dólar más bajo o con dólar más alto. En general el dólar no ayuda para los productores de alimentos que van al mercado nacional porque la gran mayoría de materia primas que se utilizan en agricultura, al menos para fertilizar o el control de plagas y enfermedades, son importadas porque en Colombia no las hay, y ahí estamos sujetos a lo que ocurra con el dólar. Y en el caso de las materias primas que se utilizan para alimentación animal pues también son importadas. ¿Quiénes deben estar felices por el dólar seguramente? Los productores locales de maíz, los de soya, porque si sube el costo de importación a ellos también les sube el precio y pueden vender mejor sus cosechas. Pero también tienen el problema de los insumos, de tal manera que, y como el dólar no se puede controlar, qué bueno sería tener esos programas de coberturas cambiarias, pero difícil llegarle con eso a los pequeños productores para que puedan manejar esas situaciones.