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Carrasquilla: ¿llegó el final de una era en materia de impuestos?

Alberto Carrasquilla ha impulsado ocho proyectos de reforma a los impuestos en los últimos 20 años. La caída de esta última reforma parece ser el cierre de esta historia.

3 de mayo de 2021
Alberto Carrasquilla
Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda. | Foto: Guillermo Torres

La historia de Alberto Carrasquilla con los cambios al estatuto tributario empezaron hace casi dos décadas. Entonces fungía como viceministro de Hacienda del entonces jefe de la cartera, Roberto Junguito, durante el primer Gobierno de Álvaro Uribe.

El de Junguito fue un Ministerio de corta duración, pues estuvo en el cargo desde agosto de 2002 hasta junio de 2003.

Aún así, Junguito tuvo que presentar un ajuste de impuestos apenas llegó a la cartera. El país apenas estaba saliendo de la peor crisis económica hasta ese momento y había que recaudar recursos, a pesar de lo golpeado que estaba el aparato productivo. Carrasquilla, como segundo abordo tuvo que impulsar esa norma que terminó siendo la ley 788 de 2002.

En la norma, el Gobierno Uribe trató por primera vez de ampliar el IVA, con una tarifa del 2 % para una buena parte de la canasta familiar. Aunque fue aprobada en 2002, esa medida entraría en vigencia solo a partir de 2005.

No obstante, la Corte Constitucional, en las primeras de cambio de 2003, declaró la inconstitucionalidad de esta norma, porque el país no contaba con un mecanismo de compensación para los más pobres.

Por esta razón en 2003 y ya con Carrasquilla como Ministro fue necesario presentar otra ley tributaria. Fue la 863 de 2003. Esa fue la primera en la que el funcionario tuvo la sartén por el mango, pues era el jefe de la economía colombiana. La norma entró en vigencia y ofreció de recursos importantes para que el Estado funcionara.

Aún así, las finanzas públicas no daban señales de recuperación y por eso fue necesario que Carrasquilla se fuera con otro proyecto en 2004.

En este tercer proyecto el gobierno insistió con el IVA, entre otras medidas. Igualmente propuso otra vez ampliar la base gravable del tributo con una nueva tarifa de 3 %, subir la tarifa vigente en ese momento del 10 % al 12 % y aumentar la tarifa general de 16 % a 17 %.

Había una propuesta para gravar las pensiones altas y otra para reducir la tarifa de renta de 38 a 32 %. Esa fue la primera vez que el gobierno tuvo que recular y la propuesta, por la presión de los congresistas fue retirada por el gobierno. Ese fue el primer fracaso rotundo de Carrasquilla en materia Legislativa.

Luego vinieron otros dos proyectos que quedaron convertidos en las leyes 1004 de 2005 y 1111 de 2006, normas que si bien tuvieron éxito en su discusión legislativa, fueron realmente el resultado de una peluqueada profunda por parte del Legislativo.

De esos debates es que se le escuchó a Carrasquilla una frase que resume su descontento con la política tributaria en Colombia y el papel del Legislativo: “mucha gente en este país perdió autoridad moral para ponerse a decir que el Estatuto Tributario es muy complejo. El régimen de impuestos que tenemos hoy es el que le gusta a esta democracia representativa”.

Las reformas con Duque

Carrasquilla volvió al Ministerio de Hacienda con el presidente Duque. Aquí le tocó presentar una ley de financiamiento en 2018 con la que buscaba recursos para cubrir un presupuesto desfinanciado. Esta ley fue aprobada en el Legislativo, pero se cayó en el análisis constitucional por problemas de procedimiento.

Así que de nuevo Carrasquilla tuvo que volver al Congreso en 2019 y es la última ley aprobada en materia de impuestos.

Hace dos semanas, el hasta hoy Ministro llevó al Legislativo su propuesta y muchos le han criticado por no socializar su contenido. Aún así, todo indica que el asunto real es que nadie quería hablar de impuestos ahora.

Con el retiro de su propuesta, Carrasquilla vuelve a sufrir una derrota contundente. Lo más relevante es que su propuesta nunca fue discutida realmente. Muchos expertos y conocedores de temas tributarios aseguran que la reforma apuntaba a gravar a los deciles de mayores ingresos en Colombia y ello con el afán de mantener y aumentar las ayudas sociales de programas como Ingreso Solidario. Es decir, se trataba de una reforma con enfoque de redistribución.

La historia de Carrasquilla es la crónica sobre el desarrollo de uno de los temas más sensibles para la sociedad colombiana: cómo financiar el abultado gasto social que exige un país de enormes desigualdades. Todo indica que la fórmula de Carrasquilla no es la que quieren adoptar las mayorías, a pesar de que la contenido de esta propuesta realmente significaría una era real de distribución en Colombia.

Si se concreta su salida del gobierno, es muy claro que este será el final de la carrera pública de un Ministro que ha dado la pelea por mejorar el estatuto de impuestos del país. Carrasquilla sabe de derrotas, porque como también lo dijo en alguna oportunidad al salir de un debate sobre impuestos en el Congreso: “como buen hincha de Santa Fe, estoy acostumbrado a perder por goleada”.