Manufactura
Traperos, escobas y cepillos de Colombia para el mundo
La filial nacional de la multilatina chilena Virutex Ilko provee artículos de aseo desde Puerto Tejada a su casa matriz y a casi todos los países del vecindario. La pandemia impulsó sus ventas, así como las restricciones a las bolsas de plástico.
Limpiar y cocinar, en especial postres y recetas diferentes a las de todos los días, se convirtieron en dos de las actividades más frecuentes en los meses de cuarentena que vivió el país. Esa situación, que implicó desafíos para muchas empresas, también fue una oportunidad para aquellas compañías que proveen artículos de aseo y de cocina.
Una de ellas es la chilena Virutex Ilko, que desde 1994 tiene presencia en el país y que de una operación que inicialmente pretendía solo comercializar sus productos importados en el país, pasó al montaje de una de las planta de inyección de plástico más grande de la corporación y una de las que más exporta.
Virutex Ilko fue fundada en 1945 en Santiago de Chile. Inició su expansión internacional en Perú y Argentina, y en el mismo año en que vieron que necesitaban estar cerca de China –montaron filial en Hong Kong– también vieron las oportunidades del mercado colombiano. Arrancaron con una bodega en Cali, pero en 2007 compraron una empresa bogotana de trapeadores y de escobas, así que se instalaron en la planta que tenía esa empresa en Mosquera. Once años después se trasladaron a la Zona Franca del Cauca (ubicada en Puerto Tejada), donde ya no solo tenían la meta de atender el mercado local, sino también de exportar.
En esa planta fabrican esponjas, paños, trapeadores y cepillería, todo con plástico reciclado. De hecho, acá producen todo el plástico para la corporación y también algunos artículos de cocina.
Tendencias
Antonio Caicedo, gerente de Virutex Ilko en Colombia, explica que manejan dos líneas de negocios: limpieza, con la marca TASK, con más de 100 referencias de productos (escobas, traperos, recogedores, esponjas, paños, etc.), y cocina, con la marca ILKO, con un portafolio de más de 200 referencias, que incluyen baterías de cocina, ollas, sartenes, utensilios, entre otros. En el país comercializan en grandes superficies, cacharrerías y en su página web. Este canal lo abrieron desde antes de la pandemia y su crecimiento ha sido exponencial (940 % en 2021). “La gente ha perdido el miedo a comprar por internet. Aún no alcanzan el tamaño de otros países, pero vamos en el camino correcto”, comenta este empresario.
En su operación colombiana, esta multilatina emplea a 430 personas y el año pasado registraron ventas por 113.000 millones de pesos, 26 % más que en 2020.
18 meses de crecimiento
Caicedo reitera que la pandemia fue muy positiva para la empresa. Inicialmente impulsó sus ventas de la línea de limpieza y luego las de cocina, en especial todo lo que tiene que ver con repostería, un segmento que lleva 18 meses creciendo. “Lo que sí nos mató fueron las seis semanas del paro, porque en esta zona del país nadie podía entrar a las fábricas. En Chile también hubo protestas muy fuertes, pero la gente pudo ir a trabajar. Afortunadamente, después de 54 días de nerviosismo, logramos recuperarnos rápido”, comenta.
Agrega que, aunque la corporación vende los mismos productos en todos los mercados en los que opera, en Colombia hay algunos exclusivos, pues por ejemplo acá gusta mucho el trapeador con cabo de madera. No obstante, cada vez venden menos traperos de hilaza, que han sido reemplazados por los de microfibra. En cocina, su fuerte está en sartenes y ollas, donde el recambio es frecuente por la costumbre de muchos colombianos de comer en la olla, lo que hace que se rallen y duren menos.
Otra línea de negocio en la que están creciendo bastante es en la de bolsas para la basura. Debido a que se redujo el uso de bolsas de plástico en tiendas y supermercados, muchos consumidores ahora compran bolsas especializadas para la basura y con los colores que corresponden al reciclaje. Así que una de las apuestas de esta firma es certificar sus bolsas para garantizar su calidad, dado que una de las cosas que más molesta a los consumidores es que la bolsa de basura se rompa por debajo.
Para 2022, Caicedo espera mantener el ritmo de crecimiento, aunque con un poco más de cautela por la incertidumbre política de un año electoral, así como por el impacto de la llamada crisis de los contenedores, que ha hecho que sus materias primas tarden entre cuatro y cinco meses. Eso los ha llevado a buscar proveedores locales, especialmente de microfibras.