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Ser el financiero de los grandes del reguetón, otro de los negocios de J Balvin; ¿de qué se trata?
Con tres socios administra y hace rendir las fortunas de sus colegas. El actual boom de la música latina es uno de sus principales motores.
Una de las primeras frases con las que se relacionó a J Balvin en Colombia fue ser el cantante del ‘negocio socio’ y ella no solo fue una premonición de su contundente éxito musical, sino también empresarial y financiero. Además de registrar millones de reproducciones de sus canciones, vender miles de copias de sus discos y llenar estadios, este artista paisa ha sido muy ágil en materia de negocios y no solo por los patrocinios con diversas marcas, sino porque también ha impulsado a artistas del género urbano.
Sin embargo, lo que pocos saben es que junto con tres amigos en 2018 creó Vibras Lab, una empresa que presta un servicio no muy conocido entre los artistas latinos, pero que cada vez toma más fuerza, así como la presencia de estos cantantes en el mundo no hispanoparlante. “Se trata del business manager, que es un servicio diferente al del manager tradicional, que es el que está al frente de la estrategia de la carrera. El business manager, por su parte, es el director o responsable financiero del artista, en otras palabras, es el que maneja la plata”, explica Iván Alarcón, CEO, Vibras Lab.
“Con los artistas que trabajamos somos su primer business manager, algo muy usual en Estados Unidos y que mostró su utilidad en la pandemia, cuando se afectó la industria de los shows en vivo, pero los negocios no pararon”, señala Alarcón y explica que, entre los logros de la empresa está la negociación de la firma del contrato de J Balvin con Universal, que ha sido uno de los más grandes de la historia, y el contrato de derechos de composición para Karol G en Estados Unidos en BMI, que es como el Sayco colombiano.
Vibras Lab, que fue fundada por J Balvin, Fabio Acosta, Ramiro Agudelo e Iván Alarcón, tiene sede en Miami y en Medellín. En la primera ciudad hacen todos los contactos y firman negocios y en la segunda manejan toda la contabilidad. Por su puesto, su primer artista fue Balvin, luego vinieron Karol G, Bad Bunny y ya completan 18.
No son los encargados de organizar las giras ni los conciertos, pero sí acompañan en los procesos de ventas (llevan más de 4,5 millones de boletos vendidos y han administrado más de 700 millones de dólares). Alarcón precisa que, a diferencia de otras industrias del entretenimiento, la de la música está demasiado sólida, al ser la que mejor ha sabido navegar la digitalización.
Plataformas como YouTube o Spotify han hecho que la piratería baje. Hoy el consumo por estos canales representa 90 % de los ingresos de los artistas y los espectáculos en vivo ‘explotaron’ después de la pandemia. De hecho, la mayor demanda por conciertos ha hecho que a nivel global el valor de los boletos haya subido 50 % frente a los valores que había antes de la crisis sanitaria.
Alarcón señala que, pese a la percepción que se tiene internamente, en Colombia los shows de los artistas de moda no son más caros que en México, Chile, Perú o Argentina, son niveles similares, pero el problema está en la tasa de cambio y los artistas globales facturan en dólares.
Esta empresa emplea a 40 personas (30 de ellas en Colombia) y aspira a seguir creciendo de la mano de la música latina, que hoy vive su mejor momento. De hecho, también les apuntan a los deportistas, ya tienen alianza con algunos beisbolistas, para ser una especie de family office, que es una entidad que brinda servicios financieros y de gestión personalizados para familias adineradas, con el objetivo de proteger y hacer crecer su patrimonio a lo largo del tiempo.