ECONOMÍA
Reconocida marca de ropa en Estados Unidos anunció su bancarrota
El grupo económico se acogió a la ley de bancarrota del país norteamericano.


En un giro que ha sacudido tanto a consumidores como a analistas de la industria, la marca estadounidense Able ha anunciado su quiebra, marcando el fin de una etapa para una firma que alguna vez fue símbolo de innovación y compromiso social.
Fundada con la visión de crear productos de consumo éticos y sostenibles, especialmente en el rubro de la moda y los accesorios, se destacó durante sus primeros años por un enfoque centrado en la transparencia laboral, la equidad salarial y el empoderamiento de las mujeres en comunidades marginadas.

Sin embargo, pese a su misión admirable y el respaldo de una base de clientes leales, la marca no logró sortear los crecientes desafíos del mercado actual.
La combinación de una economía pospandemia incierta, el aumento en los costos de producción, la sobreoferta en el sector minorista, y la feroz competencia de gigantes del comercio electrónico terminó por erosionar sus márgenes y desestabilizar sus operaciones.
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Uno de los aspectos más llamativos de esta quiebra es que Able no era simplemente una empresa de productos, sino una marca con una causa. La compañía se posicionaba como una alternativa ética frente a la moda rápida, y sus campañas solían incluir mensajes sobre la importancia de la trazabilidad en la cadena de suministro y la justicia económica.
En una era donde los consumidores son cada vez más conscientes de su impacto, parecía que Able tenía todas las cartas a su favor. No obstante, su modelo de negocio, si bien inspirador, también resultó ser extremadamente vulnerable.
Fuentes internas señalan que los problemas comenzaron a agudizarse a mediados de 2023, cuando varios de sus principales canales de distribución reportaron caídas significativas en las ventas. Al mismo tiempo, la empresa enfrentaba dificultades para sostener su promesa de sueldos justos y materiales sostenibles en un entorno inflacionario.
A diferencia de competidores con mayor capacidad de maniobra financiera, Able tenía poco margen para ajustar precios sin alejar a su base de clientes, que ya sentía el impacto del aumento del costo de vida.

Además, la creciente saturación de marcas “éticas” en el mercado terminó por diluir el posicionamiento distintivo de Able.
La autenticidad que antes la diferenciaba comenzó a parecer menos excepcional en un mercado donde todos prometían “cambiar el mundo”, aunque no todos lo hicieran con la misma convicción.
El anuncio oficial de bancarrota llegó esta semana, acompañado de una carta abierta de la fundadora, quien agradeció el apoyo de sus clientes y empleados, y lamentó no haber podido mantener la viabilidad del proyecto a largo plazo.
Muchos de los trabajadores involucrados en la cadena de producción, particularmente en comunidades fuera de Estados Unidos donde Able tenía alianzas, ahora enfrentan incertidumbre sobre su futuro laboral.
*Con información de AFP.