Economía
Comprar vivienda VIS les está quedando muy difícil a los colombianos: pocos pueden pagarlas
Aunque este tipo de vivienda está subsidiada, lo cierto es que sigue siendo inalcanzable para muchos.

Comprar vivienda es el sueño de miles de colombianos, que ante una economía complicada y que cada vez tiene más problemas, buscan asegurar su patrimonio y, en algunas ocasiones, el patrimonio de sus herederos.
Pese a ello, en los últimos años esta tarea se ha complicado cada vez más, pues una combinación de factores económicos y políticos han afectado tanto la oferta como la demanda de unidades habitacionales nuevas.
Hace algunos meses, más exactamente en 2024, los colombianos recibieron la triste noticia por parte del Gobierno, que anunció la suspensión temporal del programa gubernamental ‘Mi Casa Ya’, que facilitaba el acceso a subsidios para viviendas de interés social, dejando a más de 40.000 familias sin apoyo estatal.

En línea con ello, la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar (Asocajas), recientemente se pronunció sobre el panorama complicado para los colombianos que quieren adquirir vivienda de interés social.
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Aseguraron en su más reciente boletín de vivienda, que el modelo VIS está perdiendo su capacidad de respuesta frente a hogares con menores ingresos, incluso cuando estos hogares cuentan con subsidios entregados por las cajas.
“En medio de un panorama económico complejo, donde el sector constructor enfrenta una caída del -4,1 % en su participación dentro del PIB, y una reducción del 12 % en la asignación de subsidios, el boletín pone sobre la mesa una verdad incómoda: la vivienda de interés prioritario, la única opción viable para familias con ingresos inferiores a dos salarios mínimos, representa apenas el 8 % de la oferta del mercado”, indicó la agremiación.

El problema se agrava con la indexación de la vivienda VIS al salario mínimo
La entidad precisó que la unión del salario mínimo al costo de las VIS también deteriora aún más el panorama, puesto que eso ha generado un aumento desproporcionado en los precios, pese a que la práctica busca proteger el valor adquisitivo.

De hecho, dejan un dato preocupante, asegurando que en los últimos 15 años, el monto de recursos propios que debe aportar un hogar para adquirir una vivienda ha crecido más de 110 millones. Es decir, en lugar de acortar la brecha, los incrementos en el salario se han ido ampliando.