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Quién es David Vélez, el segundo hombre más rico de Colombia
David Vélez, un ejecutivo poco conocido y que montó en Brasil un banco digital, acaba de convertirse en la segunda fortuna de Colombia. Cómo es que David se volvió Goliat.
En Colombia, los nombres de los hombres más ricos del país son más conocidos que los de la mayoría de los políticos. A veces cambia el orden de las fortunas; a veces entra uno nuevo a la lista de los billonarios, pero por lo general, se trata de personajes cuya trayectoria ha formado parte de la narrativa empresarial de las últimas décadas.
Por eso llamó tanto la atención la revelación de la revista Forbes, que en su reciente edición incluyó a David Vélez como el millonario número dos entre los más ricos de Colombia.
La publicación indica que, con un patrimonio calculado en 5.200 millones de dólares, Vélez desplazó de ese lugar a otros millonarios. Aunque es poco conocido en los círculos empresariales del país, este emprendedor paisa montó en 2013 un banco digital en Brasil que se ha convertido en toda una sensación.
Vélez solo es superado por el banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo, que desde hace varios años lidera el ranking de los más ricos de Colombia y esta vigencia aparece con un patrimonio estimado en 11.000 millones de dólares.
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Sarmiento tiene una alta participación en el sector financiero, pues cuenta con bancos, una poderosa corporación financiera y un fondo de pensiones y cesantías; pero también está en la construcción, las concesiones viales y aeroportuarias, así como en hoteles y compañías industriales.
Además del ingreso de un emprendedor paisa que aún no cumple sus primeros 40 años, esta vigencia resultó muy llamativo que por primera vez aparece una mujer en el listado de los más ricos de la nación.
Se trata de Beatriz Dávila, la viuda de Julio Mario Santo Domingo, que, de acuerdo con la revista, tiene un patrimonio de 3.900 millones de dólares, lo que la ubica en el tercer lugar en el país. Ella es la primera mujer colombiana en aparecer en la lista de los más ricos de la nación.
Anteriormente, esa revista calculaba la fortuna de los Santo Domingo dividiendo el patrimonio del patriarca por tres, atendiendo el número de hijos que tuvo Julio Mario. Pero este año parecen tener información más detallada de cómo fue esa sucesión, y de ahí han salido a flote diferencias no conocidas hasta ahora.
Por ejemplo, en el caso de los dos hermanos Santo Domingo Dávila, aparecen con una diferencia importante en la fortuna de cada uno de ellos. Mientras Alejandro Santo Domingo –que desde la muerte de su padre tomó las riendas del negocio– tiene un patrimonio de 3.000 millones de dólares y ocupa el quinto lugar en el listado colombiano, su hermano Andrés está el séptimo puesto, con un patrimonio de 1.800 millones de dólares, según la publicación.
Y aunque en años anteriores salieron en la lista los nietos de la familia, Tatiana y Julio Mario III (hijos de Julio Mario Santo Domingo Braga, fallecido en 2009, y la brasileña Vera Rechulski), esta vez no fueron incluidos.
En el cuarto lugar entre los más ricos de Colombia aparece Jaime Gilinski, con un patrimonio de 3.800 millones de dólares. Gilinski está en negocios del sector financiero, compañías industriales y hoteles, entre otros.
En este caso ocurre un fenómeno particular: como sus grandes inversiones no están en la bolsa de valores, las cifras que calcula la publicación no varían mucho año tras año y se mantienen cerca de los 4.000 millones de dólares. Algo similar ocurre con el industrial Carlos Ardila Lülle, que al igual que Gilinski no tiene a sus grandes empresas en bolsa. Por ello, los 2.300 millones de dólares que lo ubican en el sexto lugar en el ranking de Colombia dan la impresión de estar subestimados.
Se sabe que en los últimos años ha habido algunas discusiones preliminares para vender Postobón, que nunca se han concretado. Sin embargo, esa sola empresa no vale menos de 2.000 millones de dólares. Aunque esa compañía de bebidas es la más grande del Grupo, Ardila Lülle también es propietario de algunos de los ingenios más grandes de Latinoamérica y tiene otros múltiples negocios, entre ellos la distribuidora de vehículos Los Coches, los medios de comunicación RCN Radio y RCN Televisión, así como un importante número de empresas industriales.
Emprendedor migrante
La aparición de David Vélez en el ranking de los más ricos de Colombia causó gran curiosidad, pues no se trata de uno de los tradicionales cacaos del ramo empresarial. La razón es que este emprendedor ha hecho su carrera profesional y su fortuna fuera del país. Por eso es más conocido en el mundo del emprendimiento, especialmente en el sector fintech.
Eso sí, entró por la puerta grande, ya que Forbes estima su patrimonio personal de 5.200 millones de dólares.
Vélez nació en Medellín en octubre de 1981, pero a causa de la violencia que vivió el país en la década de los noventa, su familia decidió emigrar a Costa Rica. Allí pasó buena parte de su adolescencia.
Al terminar su educación básica, decidió viajar a Estados Unidos y estudió ingeniería en la Universidad de Stanford, donde también obtuvo un MBA.
Tras graduarse, laboró en algunos de los bancos de inversión y fondos de capital privado y de riesgo más prestigiosos de Estados Unidos. Durante 13 años estuvo vinculado a entidades del prestigio de Goldman Sachs, Morgan Stanley, General Atlantic y Sequoia Capital. Este último es uno de los fondos de inversión estadounidenses más reconocidos, y, actualmente, uno de los principales inversores en Nubank.
En 2010, cuando trabajaba en General Atlantic, le encargaron abrir la operación en Brasil. A su llegada, tuvo una muy mala experiencia al tratar de abrir una cuenta en un banco local, que le dio la idea de entrar a competir en este sector.
Vélez cuenta que no solo tardó casi cuatro meses en completar el enorme papeleo y las continuas exigencias de nuevos requisitos por parte de la entidad financiera, sino que incluso tuvo que aguantar un trato arrogante de los funcionarios bancarios. Esto, asegura, ha reforzado en el imaginario de muchos latinoamericanos la idea de que los bancos son poco amigables con sus clientes que más los necesitan. Por ese motivo, en varios países están entre las empresas menos admiradas.
No obstante, esa mala experiencia se convirtió en una oportunidad, pues hoy Nubank es uno de los cinco principales bancos en Brasil.
Pero el caso brasileño no es muy distinto del que registran otras naciones de América Latina. En la región, el segmento financiero está concentrado en pocas manos, y las tasas de interés son elevadas, pese a que el servicio no siempre es el mejor. En Brasil, cinco entidades tienen más del 80 por ciento del mercado bancario, y las tasas de interés están entre las más altas de la región.
Las quejas de los usuarios bancarios fueron el punto de partida para crear una empresa distinta: totalmente digital, sin oficinas físicas; que no tiene cuotas de manejo ni cuotas ocultas, pero eso sí, atiende todas las llamadas de sus clientes con personal bien entrenado.
En 2013 decidió emprender. Ese no era un mundo ajeno, pues sus tíos fundaron las marroquineras Vélez y Bosi, los herrajes industriales Creatum, y la ropa deportiva Enjoy y Safetti.
El inicio fue modesto, aunque Vélez dice en tono jocoso que en ese momento se sentían como en Silicon Valley, quizás porque alquilaron una casa en la Calle California, de la capital paulista. Allí realizaron la primera transacción con una tarjeta Nubank en abril de 2014. Pagaban 1.000 dólares por el alquiler, y además de sus socios, la brasileña Cristina Junquiera y el experto en tecnología de Estados Unidos Edward Wible, lograron reclutar a un grupo de jóvenes talentos, entre ellos varios ingenieros de sistemas que soñaban con transformar el mundo.
Durante varios meses se concentraron en desarrollar toda la tecnología en casa, al explorar la programación funcional y proyectos de código abierto. Esto les permitió crear un banco totalmente digital, hoy considerado el más grande del mundo por fuera de Asia, con más de 30 millones de usuarios.
El proceso para tener una tarjeta de crédito Nu, un producto similar al que introdujeron en Brasil y luego en México, es totalmente digital (por lo que el cliente debe tener un teléfono inteligente) y tarda unos tres minutos en promedio en realizarse. El usuario tiene que bajar una aplicación, completar sus datos, tomarse una selfi y esperar la comprobación, que tarda entre 24 a 48 horas.
En 2019 se expandió a México y Argentina, y llegó a Colombia en octubre pasado con la marca Nu. Al llegar abrió la lista de espera para los interesados en su tarjeta de crédito sin cuota de manejo y tres meses después tenía 250.000 inscritos. Ya empezó la fase beta con 3.000 usuarios, y en el segundo trimestre espera comenzar a entregar las tarjetas.
Vélez ha definido esta etapa como volver a sus raíces. “Por diferentes razones de la vida llegué a Brasil y llevo aquí diez años. La oportunidad de emprendimiento se dio en este país y aquí empecé, pero para mí es un orgullo impresionante estar en Colombia. Realmente sí se siente como cerrar un ciclo y empezar uno nuevo. Por un lado es regresar a las raíces, y, por el otro, emprender en una industria que tiene tanto impacto en el país que me vio nacer, como es la financiera”, dijo en una reciente entrevista con Dinero.
Su regreso también se dio por lo alto. Planea invertir 500.000 millones de pesos en los primeros cinco a siete años de operación de Nu Colombia, que incluyen reclutar talento local con formación en temas digitales para abrir un centro de tecnología.
Vélez no es solo el segundo colombiano más rico y el fundador del unicornio más valioso de Latinoamérica; también es uno de los empresarios más respetados en Brasil.
Por medio de Nubank ha edificado una cultura empresarial robusta, está creando oportunidades de empleo y crecimiento en el mundo de la tecnología para el sector financiero, y con su banco, soluciona las necesidades de crédito de sus clientes. Un nuevo magnate colombiano ha nacido.
Las cifras de un magnate
USD 5.200 millones es su fortuna personal, calculada por la revista Forbes.
Fundó Nubank el 6 de mayo de 2013 junto con sus socios amigos Cristina Junqueira y Edward Wible. La entidad comenzó a operar con 12 empleados.
La demora de 4 meses y las enormes trabas que tuvo para abrir una cuenta bancaria en Brasil le dieron la idea de competir en el negocio financiero.1.000 dólares al mes le costaba el arriendo de la casa donde comenzó a operar este banco en São Paulo, Brasil.
En 2014, este banco digital lanzó su primer producto financiero: una tarjeta de crédito bajo la franquicia Mastercard, sin cuota de manejo.
La meta inicial era alcanzar 1 millón de usuarios en cinco años. Lo lograron a la vuelta de dos años.
Para junio de 2017 ya tenía su segundo producto: la cuenta digital NuConta, y dos meses después llegó el programa de fidelización: Nubank Rewards.
En febrero de 2018 Nubank ya era un unicornio, tras alcanzar una valoración superior a USD 1.000 millones.
La expansión internacional arrancó en mayo de 2019, cuando abrió su operación en México, y en agosto de ese mismo año operaba en Argentina.
En Colombia, un mercado al que Vélez siempre había querido entrar, ingresó en octubre de 2020; antes de junio comenzará a otorgar sus tarjetas Nu.
Hoy, Nubank tiene 30 millones de usuarios en el mundo, que lo convierten en el banco digital más grande debido al número de usuarios.
La valoración de Nubank alcanza los USD 10.400 millones en este momento.
A lo largo de ocho capitalizaciones, ha recogido en los últimos años más de USD 1.200 millones. Es el sexto banco más grande de Brasil en este momento.
La diversidad es uno de los principales valores de Nubank: 50 % de su nómina la integran mujeres y tiene 30 % de colaboradores LGBTI.