Entrevista
Bruce Mac Master, presidente de la Andi, hace un balance crítico del Gobierno Petro: “No podemos permitir que se produzca más daño”
A un año de concluir el Gobierno de Petro, el presidente de la Andi dijo que el país no puede seguir siendo experimento de alguien que no sabe para dónde va. El gremio estará reunido en su congreso anual, en Cartagena.

Sobre las 4 crisis
SEMANA: Las enormes complejidades que enfrenta Colombia muchos las resumen en cuatro crisis: fiscal, de seguridad, de salud y energética. ¿Cuál es la que más impacta al empresariado?
Bruce Mac Master: Colombia, sin duda, está sumida en una altísima inestabilidad, volatilidad e incertidumbre. Las crisis más amenazantes son esas cuatro: la fiscal, la de salud, la energética y la de seguridad. Y estamos muy impresionados de la manera en que el Gobierno no solo ignora esa realidad, sino que se empeña en profundizarla.
La gran pregunta es: ¿por qué quieren hacerlo? ¿Cuál es su estrategia? Como país tenemos el deber de actuar para impedir que se profundicen esas crisis y, por el contrario, buscar las salidas.

En el congreso de la Andi, que se realizará en Cartagena, decidimos dedicar 20 por ciento del tiempo a entender esas situaciones. Pero el 40 por ciento de todo el evento será para tratar de construir estrategias de estabilización y reestabilización del país. El otro 40 por ciento lo invertiremos en pensar en el futuro con la idea de que esta nación, por muy angustiada que esté, no puede renunciar a un mañana.
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En el encuentro nos vamos a concentrar en las próximas elecciones. Conversaremos con candidatos sobre temas que nos preocupan. Y, por supuesto, hablaremos de la institucionalidad, algo que tiene que llegar fuerte a esa contienda electoral para poder hacer una transición democrática.
A un año del cuatrienio Petro
SEMANA: Cuando habla de futuro, ¿se refiere a 2026 o más allá?
B.M.: El futuro es ya. Con el tiempo perdido hasta ahora, el año que va hasta el 7 de agosto de 2026 no lo podemos desperdiciar, porque nos estamos rezagando no solo en comparación con otros países, sino frente a la historia.
No podemos darnos el lujo de ser el experimento de una persona que no sabe para dónde va, y es lo que de alguna forma estamos viviendo. Somos el experimento en el sector salud; también, en lo que él (Gustavo Petro) llama paz total, en seguridad y control del territorio, y en lo energético.
Comunicado de prensa: La reforma por vía administrativa con el decreto 0858 de 2025 relativo al modelo de salud preventivo, predictivo y resolutivo, introduce un inmenso desorden en el sistema: ANDI.#MásPaísANDI pic.twitter.com/x7DMpkPY0y
— ANDI (@ANDI_Colombia) July 31, 2025
Nos dijeron que este era el Gobierno del cambio y, la verdad, históricamente ha habido muchos más cambios en los Gobiernos anteriores. Por ejemplo, la Constitución ha sido reformada unas 60 veces desde 1991, lo que demuestra que Colombia es todo menos un país anquilosado.
No perder este año implica que tenemos que evitar que se produzca más daño. Tenemos que recuperar la capacidad de soñar, de imaginarnos un país con menos pobreza, más equitativo, con menos informalidad. Un país que sea capaz de producir riqueza para la gente y desarrolle las ciudades.

Pero la pobreza y el desempleo están a la baja
SEMANA: Sin embargo, el Gobierno dice que ha mejorado variables como pobreza, informalidad y desempleo.
B.M.: Los grandes logros en pobreza han sido resultado de políticas desarrolladas en las ciudades, especialmente en Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y Barranquilla.
La inequidad en realidad se ha profundizado de la mano con la informalidad. Entonces, tenemos que trabajar más en el desarrollo económico y social.
SEMANA: Igualmente, el desempleo viene bajando, según las estadísticas del Dane. ¿A qué lo atribuyen?
B.M.: La cifra de desempleo no está abajo. Esa es una falacia estadística. Tenemos más personas ocupadas, pero muchas más por fuera del mercado laboral formal colombiano.
No podemos sentirnos orgullosos de los empleos informales. Un trabajador informal gana tres veces menos que uno en la formalidad. Ese ciudadano tiene altísimas condiciones de inequidad; es muy explotado, sin derechos.
Lo que se está produciendo es un incremento en la población vulnerable. Entonces, la cifra de desempleo, como está medida, no nos muestra la verdadera realidad de lo social en nuestro país.

¿Cómo queda Colombia para 2026-2030?
SEMANA: Menciona usted que el Gobierno estaría empeñado en profundizar las crisis. ¿Cuál sería su hipótesis acerca de para qué lo hace?
B.M.: Es la gran pregunta que tenemos que hacerle al presidente Petro: ¿cómo va a dejar a Colombia para el periodo 2026-2030? Al Gobierno hay que exigirle que entregue un país viable para el próximo cuatrienio. Parecería que no es esa la intención.
Lo que hacen los Gobiernos tiene consecuencias en el futuro. El actual culpa a los anteriores de lo que sucede; entonces, las responsabilidades no cesan el 7 de agosto.
SEMANA: A propósito de futuro, con la reforma tributaria que se ha destapado, el ministro de Hacienda, Germán Ávila, argumenta que la hacen para que los Gobiernos que vienen tengan ingresos públicos. ¿Lo cree así?
B.M.: Primero, debo decir que una reforma tributaria en este momento puede resultar inconveniente, además de que es parcial. Colombia lo que necesita es una reforma fiscal, y es lo que no se ha hecho. Lo único que se parece a una reforma fiscal en este momento es la ley de competencias que reglamentará el nuevo Sistema General de Participaciones (SGP).

Pero lo que vemos por ahora en ese sentido es muy preocupante: unos departamentos y municipios a los cuales se les generó una expectativa de aumento de recursos, pero no se les dijo de las responsabilidades que se les vienen encima; la deuda que seguramente tendrán que pasarles, por ejemplo.
#Economía | “Retención en la fuente aumentada es aplicar la filosofía de Simón el bobito: abre un hueco para tapar otro”, Juan Camilo Restrepo. https://t.co/5lZl7s1bTb
— Revista Semana (@RevistaSemana) June 16, 2025
Recursos por anticipado
SEMANA: En todo caso, el Gobierno recibirá más ingresos ahora por aumento de la retención en la fuente para algunos sectores. Una tributaria para el futuro podría ser para aliviar el hueco que quedará cuando las empresas empiecen a pedir devoluciones de lo pagado por anticipado en impuesto de renta.
B.M.: Ese es un buen ejemplo. Le están dejando una herencia macabra al próximo Gobierno desde el punto de vista fiscal. Se le están trayendo los recursos para el presente, le están generando un nivel de gasto insostenible, le están dejando una deuda que va a terminar en más del 64 por ciento del PIB, con unos intereses locales e internacionales absolutamente desbordados.

Independencia institucional
SEMANA: Acerca de la institucionalidad que dice que hay que defender, ¿cree que hay instituciones independientes cuando se cuestionan las decisiones de la Fiscalía, de los jueces, de la Justicia en general?
B.M.: Una de las principales obligaciones de un presidente que se elige democráticamente es garantizar la permanencia y fortaleza de las instituciones que le permitieron llegar al poder.
Pero acá, muchas veces, observamos lo contrario: el presidente hablando de la debilidad del sistema electoral, que es el mismo que estaba cuando lo eligieron a él. Con el ataque permanente al Congreso de la República, a las Cortes, el mandatario está haciendo todo lo contrario de lo que corresponde con la obligación que tiene y a lo que juró defender. Colombia debe responsabilizar mucho más a los actuales líderes de las posibles consecuencias de sus actos.
En el caso de la salud, ¿cuántas personas morirán por cuenta de la politiquería que le ha introducido el Ministerio de Salud al sistema? La historia tendrá que medir realmente quiénes fueron los culpables de promover semejante distorsión en el sistema.

El tema diplomático
SEMANA: En el terreno internacional, vital para los empresarios, se han desatado tormentas. Aunque varias de ellas impulsadas desde acá, también se ha visto a un presidente de Estados Unidos (Donald Trump) en una ola de locura, de amenazas con aranceles para luego echar reversa. ¿Cómo sopesar esa situación?
B.M.: Colombia tiene que asumir esta realidad con inteligencia y capacidad estratégica. Es verdad que para todo el mundo la actitud del presidente Trump puede parecer impredecible y seguramente es parte de lo que está queriendo implementar. Pero Colombia tiene que pensar en el largo plazo y es parte de lo que hemos tratado de hacer al intentar acercar a los dos países.
Más allá de las simpatías o antipatías entre dos presidentes y sus ideologías, Colombia y Estados Unidos tienen más de 200 años de relación comercial, diplomática y económica, y es algo que no podemos perder.
Para seguir generando prosperidad en nuestro país, la relación con Estados Unidos es crucial. Se trata de un comercio bilateral que supera los 29.000 millones de dólares entre importaciones y exportaciones.
Las empresas no se han ido...
SEMANA: Sobre las reformas de Petro, el empresariado ha reclamado por los cambios en los frentes laboral, tributario y pensional, pero, a la larga, han logrado sobrevivir. ¿Cuál es el balance? ¿Cómo les ha ido en estos tres años?
B.M.: Las empresas son expertas en tratar de sobrevivir. Pero esa capacidad no es infinita. El Estado siempre ha creído que las compañías en Colombia pueden pagar más impuestos, cumplir normas más estrictas, asumir servicios públicos más caros.
Pero lo más duro para Colombia y sus empresarios ha sido encontrarse con un Gobierno que no tiene ninguna intención de reconocer el valor que el sector productivo aporta en la sociedad.
Un Gobierno que desprecia al sector productivo, que no le genera condiciones propicias, está condenado a no impulsar la prosperidad. Ha sido muy duro trabajar con un Gobierno para el cual el sector productivo es el enemigo o, en el mejor de los casos, es inexistente desde el punto de vista de su rentabilidad.

SEMANA: Cuando Petro asumió la presidencia hace tres años, usted le dio la bienvenida y le deseó la mejor de las suertes. ¿En qué momento se decepcionó?
B.M.: En realidad, yo lo conocía y creo que él tenía una gran oportunidad de involucrar a todo el mundo. Pero es una persona que no escucha. Parecería que está más decidido a pensar solo en sus ideas.
Muy rápidamente, todos nos dimos cuenta de que con él no era fácil, que no tenía ninguna intención de trabajar con el resto del país. En general, quiso imponer su voluntad.
Con frecuencia pide respeto e invoca la Constitución Política, pero ni siquiera la defiende. Está concentrado en la figura presidencial y se le olvidó lo demás.
Los buenos presidentes son para liderar a toda la comunidad. No son los mayores agitadores en la plaza.
