Esta tendencia comercial podría ser una oportunidad económica para Colombia en el segundo mandato de Trump

Uno de los mensajes más claros de Donald Trump al inicio de su segundo mandato es que va a profundizar la guerra comercial, lo cual se traducirá en el incremento de aranceles a China, al mismo tiempo que anunció estrategias que, sin duda, van a generar nuevas tensiones con México y Panamá.

Lo que podría ser una mala noticia para el comercio global, también podría implicar una oportunidad para que Colombia se convierta en la sede alterna del nearshoring en América Latina. El nearshoring es una estrategia empresarial que implica la reubicación de procesos comerciales o productivos a países cercanos al principal mercado de la empresa. Esta práctica busca aprovechar las ventajas de la proximidad geográfica, cultural, lingüística y horaria para reducir costos, mejorar tiempos de entrega y aumentar la capacidad de respuesta a la demanda.

Del nearshoring se empezó a hablar desde el primer mandato de Donald Trump, debido a que inició una guerra comercial con China, la cual implicó que numerosos procesos empresariales que las compañías estadounidenses hacían en Asia fueran trasladados a México.

“Si somos capaces de mantener un diálogo cordial con los Estados Unidos y capitalizar, como ya lo ha hecho de manera magistral México, el nearshoring, fenómeno que ha generado en ese país millones de empleos y billones de dólares en exportaciones de valor agregado, podríamos en este nuevo mandato de Trump lograr exactamente lo que el gobierno del presidente Petro desea para Colombia”, asegura Martín Gustavo Ibarra, presidente de Araújo Ibarra Consultores Internacionales.

En su concepto, si Colombia logra atraer empresas para que hagan acá nearshoring sería posible multiplicar por 10 las exportaciones de manufacturas a Estados Unidos, cuyas cifras no llegan a los 4.000 millones de dólares en la actualidad, así como convertir a las costas colombianas tanto, en el Atlántico como en el Pacífico, en los nuevos polos de industrialización para estas exportaciones.

Ibarra explica que México, durante el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, incrementó sus exportaciones manufactureras en casi 200.000 millones de dólares a Estados Unidos, gracias al nearshoring.

La misma idea tiene analistas como Felipe Gómez, experto en temas bursátiles, quien considera que esa nueva tendencia de relocalización de negocios se podría convertir en una tesis de inversión de largo plazo en el país.

Ibarra, advierte, sin embargo, que si las relaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia se deterioran y Estados Unidos descertifica al país por el incremento de los cultivos ilícitos (como ocurrió hace casi 30 años), “perderemos la gigantesca oportunidad que nos trae el nuevo entorno mundial”.

Su propuesta es que se establezca una mesa de diálogo público-privada para capitalizar las oportunidades del nearshoring. “Debe ser una prioridad nacional y uno de los grandes retos para la nueva canciller Laura Sarabia y para el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes”, reitera.

El expresidente Iván Duque también considera el nearshoring un tema clave en el segundo mandato de Trump. En entrevista con SEMANA dijo que, aunque hay otras regiones del mundo que pueden ser prioritarias para el repitente jefe de Estado, “la llegada de Marco Rubio, Landau, Mike Waltz y Mauricio Claver muestra que Latinoamérica será una prioridad para la administración desde varios puntos de vista: una Latinoamérica sin dictadores, lucha frontal contra las drogas y la migración ilegal, y una agenda de nearshoring con países aliados. Quienes estén en contravía de estos postulados serán perdedores en la relación con Estados Unidos”, puntualizó.