TRABAJO

¿Cuál es el problema de que la jornada nocturna empiece a las 6 p.m. como lo quiere el presidente Petro?

Unos 3 millones de colombianos trabajan de noche. Ellos permiten que el país no pare mientras la mayoría duerme. Sin embargo, encarecer sus costos laborales podría llevar a una mayor informalidad.

Laura  Charry

Laura Charry

Editora Central

29 de marzo de 2025, 2:00 a. m.
El sector comercio, los restaurantes, los bares y la vigilancia son algunas de las más de 20 actividades intensivas en trabajo nocturno. Si se aumenta el valor de la hora laborada entre las 6 p. m. y las 9 p. m., no solo suben los salarios, sino también la carga prestacional.
El sector comercio, los restaurantes, los bares y la vigilancia son algunas de las más de 20 actividades intensivas en trabajo nocturno. Si se aumenta el valor de la hora laborada entre las 6 p. m. y las 9 p. m., no solo suben los salarios, sino también la carga prestacional. | Foto: adobe stock/ Getty Images/ istock

Sin conocerse aún la fecha ni las preguntas exactas con las que el Gobierno busca impulsar sus propuestas de cambio social a través de una consulta popular, por ahora solo se tiene claro que este mecanismo de participación intentará revivir la doblemente fallida reforma laboral.

De hecho, a través de su cuenta de X, el presidente Gustavo Petro anunció que la primera pregunta de la consulta popular es “si el día termina a las 6 p. m.”. Es una pregunta cuya respuesta parece obvia, pero trae consigo una carga de profundidad, pues se refiere a uno de los temas más polémicos de la reforma.

A partir del inicio de su mandato, el presidente ha propuesto ampliar el horario del trabajo nocturno, vigente desde 2017 entre las 9:00 p. m. y las 6:00 a. m. Su propuesta original planteaba que comenzara a las 6:00 p. m.; sin embargo, tras las negociaciones en el Congreso, y antes de que el proyecto fuera rechazado en el Senado, se acordó que el nuevo horario nocturno iría de 7:00 p. m. a 6:00 a. m.

La propuesta ha generado malestar, ya que incrementa los costos laborales. Esto se debe a que quienes trabajan en horario nocturno tienen derecho a un recargo del 35 por ciento como compensación por laborar durante horas en las que la mayoría de las personas descansan.

Desde 2017 el horario de trabajo nocturno en Colombia va entre las 9 p.m. y las 6 a.m. En la consulta popular se buscaría ampliarlo en tres horas para que comience a las 6 p.m. | Foto: Leonardo - stock.adobe.com

Así, por ejemplo, al empleado de un almacén que hoy entra a las 12 del día y sale a las 8 p. m. le pagan su salario sin recargos, pero de aplicarse la reforma, y si la jornada nocturna comienza a las 6 p. m. o a las 7 p. m., esas últimas horas costarían 35 por ciento más. En otras palabras, con el salario mínimo actual, una persona que esté en ese nivel de remuneración recibe un pago de 6.189 pesos por hora diurna y si es nocturna vale 8.355 pesos.

Esto sería aún más caro si el mismo empleado debe hacer horas extras, dado que hoy de 8 p. m. a 9 p. m. sería una hora extra diurna, pero ahora sería nocturna y, por supuesto, valdría más.

Esto tiene preocupados a sectores como comercio, entretenimiento, gastronomía, vigilancia, transporte, salud y hasta los call centers por ser actividades intensivas en mano de obra diurna y nocturna.

El abogado Roger Román Sánchez, socio de impuestos y legal en Russell Bedford, dice que subir el valor de la hora de trabajo no solo implica pagar más al empleado, sino que también aumenta su carga prestacional. Por ende, si la jornada nocturna se reduce dos horas para comenzar a las 7 p. m., los costos laborales aumentarían en 10 por ciento. Esto tendría varias implicaciones. La primera es que las empresas grandes, al tener más músculo financiero, ajustarían sus nóminas y pagarían los nuevos valores, pero en las pymes podría llevar al cierre de muchas de ellas o a que opten por la informalidad.

Asimismo, si se encarecen las horas extras, varias empresas podrían decidir cerrar más temprano o fomentar la disminución laboral: en vez de contar con diez personas en la jornada extendida, solo tendrían la mitad. Ese mismo riesgo lo manifiestan los empresarios del sector de los bares, quienes afirman que el momento actual es muy inoportuno para incrementar los costos laborales, pues esta actividad cerró 2024 con decrecimiento en ingresos del 11 por ciento.

Un estudio del Observatorio Económico de Asobares, gremio del sector, indica que en el país trabajan de noche casi 3 millones de personas. De ellas, la mayoría labora expendiendo comidas preparadas o vendiendo alimentos y bebidas. El 54 por ciento de este grupo son mujeres, y para muchos de dichos trabajadores, en su mayoría jóvenes entre 18 y 28 años, este es su primer empleo.

Camilo Ospina Presidente de Asobares
Camilo Ospina, presidente de Asobares | Foto: Alexandra Ruiz Semana

Camilo Ospina, presidente de Asobares, advierte que, por cada hora que se reduzca la jornada nocturna, se pueden perder 13.000 empleos formales en la división 56, que se refiere a las actividades de servicios de comidas y bebidas.

Andrés González, presidente de Evedesa, una de las grandes firmas del entretenimiento nocturno en Colombia, con 20 establecimientos, comenta lo gravoso que sería en su caso el adelanto de la jornada nocturna, pues en sus bares la actividad laboral arranca desde las 7 p. m. y termina entre 2 a. m. y 3 a. m., tres días a la semana. “Esta incertidumbre laboral nos tiene a todos prendidos del techo. Si esta empresa no se da para el empleado, pues carece de sentido para nosotros”. Dice que, en caso de que se apruebe la propuesta de ampliar la jornada nocturna, se afectarían las nuevas contrataciones. Evedesa emplea a 900 personas.

Andrés González  Presidente de Evedesa
Andrés González, presidente de Evedesa | Foto: Suministrada a Semana API

La misma preocupación es compartida por Guillermo Henrique Gómez, presidente de la Asociación Colombiana de Gastronomía (Acoga). Señala que la ampliación de la jornada nocturna no solo sería dañina, sino que llegaría en un mal momento. El año pasado se cerraron 2.800 restaurantes, cifra que no es comparable con la de la pandemia, pero sí enciende alarmas. “La visión de derechos que promueve el Gobierno debe estar acompañada de una realidad económica que los haga viables, y un sector gastronómico donde prevalecen la informalidad y las mipymes, sin solvencia, no tiene con qué pagar mayores costos de contratación”.

Guillermo H. Gómez Presidente de Acoga
Guillermo H. Gómez, presidente de Acoga | Foto: Alexandra Ruiz Semana

El sector de vigilancia también está alerta. Allí emplean a 400.000 personas, de las cuales el 25 por ciento trabaja en horario nocturno. Harry González, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Colombianas de Seguridad Privada (Ecos), afirma que esta actividad está altamente regulada y que las tarifas son ajustadas cada año por la Supervigilancia. Para 2025, dicho ajuste fue del 9,4 por ciento. Sin embargo, González advierte que, si a este incremento se le suma una ampliación del horario nocturno y la reducción de la jornada laboral semanal, que a partir del 15 de julio pasará de 46 a 44 horas, el panorama podría volverse muy desfavorable para el sector.

El riesgo en este caso no es solo de un incremento de la informalidad, bastante alta en el sector de vigilancia, sino que también puede repercutir en una mayor inseguridad y en conflictividad.

Harry González Director de Ecos
Harry González, director de Ecos | Foto: Suministrada a Semana API

Por el lado del transporte intermunicipal de pasajeros también hay preocupación. Allí el trabajo nocturno es altamente intensivo por dos factores: la preferencia de los usuarios por viajar en horarios nocturnos y las ventajas logísticas que optimizan los tiempos de operación. Como resultado, más del 55% de los despachos se llevan a cabo durante la noche, lo que convierte este horario en un componente esencial para la prestación del servicio.

José Yesid Rodríguez, presidente de la Asociación para el Desarrollo Integral del Transporte Terrestre Intermunicipal (ADITT), de aprobarse la reforma laboral, el sobrecosto administrativo para el sector alcanzaría cerca de 90.000 millones de pesos, debido a un incremento de más del 50% en las horas nocturnas.

José Yesid Rodríguez, presidente de Aditt
José Yesid Rodríguez, presidente de Aditt | Foto: Aditt

“Este panorama sería especialmente grave para los empresarios del transporte terrestre de pasajeros, considerando que en 2024 ya enfrentamos un aumento del 8,70% en los costos operacionales, mientras la demanda de pasajeros apenas alcanza el 85% de los niveles previos a la pandemia”, dice Rodríguez

De la misma manera, la jornada nocturna desde las 6 p. m. o las 7 p. m. les pondría freno a iniciativas de ciudades 24 horas, como la que tiene Bogotá. Esta busca fomentar el desarrollo económico al ofrecer empleo en horas no convencionales, impulsando el turismo y el consumo local.

Las personas que trabajan mientras otros duermen son esenciales para que el país no pare y deben ser bien remuneradas. Definir el tamaño de ese ajuste y el momento para hacerlo será un debate vital en momentos en que el crecimiento económico sigue débil.