La economía casi termina pagando los platos rotos de la reacción del Gobierno de Estados Unidos, tras la decisión del presidente Gustavo Petro de no permitir el ingreso al país de dos aviones en los que venían con más de un centenar de colombianos deportados.

El domingo fue un día crítico para la economía colombiana, tras la reacción del presidente Donald Trump a la posición del jefe de Estado colombiano. El mandatario estadounidense anunció en la mañana de ese día, una serie de sanciones contra Colombia, argumentando temas de seguridad nacional. Fueron cinco, como el tema de visas, pero en materia económica, dos muy poderosas.

La primera, aranceles de emergencia del 25 % sobre todos los bienes que ingresan a Estados Unidos. Y en una semana, los aranceles del 25 % se elevarán al 50 %. Y la segunda, se impondrán plenamente las sanciones a la Tesorería, la Banca y las Finanzas de la IEEPA, cuyos alcances pueden ser muy graves para el financiamiento del país e, incluso la realización de negocios.

“Esto es como una bomba nuclear en el pobre país”, le dijo a SEMANA en su momento un alto exfuncionario del Gobierno colombiano.

Sin embargo, entrada la noche, se conoció un comunicado de la Casa Blanca que advertía que el Gobierno de Colombia aceptó “todos los términos del presidente Trump”, incluida la aceptación irrestricta de todos los extranjeros ilegales de Colombia regresados de los Estados Unidos, incluso en aviones militares estadounidenses, “sin limitación ni demora”.

Con base en este acuerdo, los aranceles y sanciones contemplados en la IEEPA se mantendrán en reserva y no se firmarán, “a menos que Colombia no cumpla con este acuerdo”. Mientras tanto, las sanciones de visa emitidas por el Departamento de Estado y las inspecciones mejoradas de Aduanas y Protección Fronteriza permanecerán vigentes “hasta que el primer avión cargado de deportados colombianos sea devuelto con éxito”.

Antes de esa noticia, la alarmas en la economía estaban encendidas y las preocupaciones en su punto más alto. El director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, explicó en el transcurso del domingo que, con corte a noviembre de 2024, las exportaciones de Colombia a Estados Unidos fueron de 13.100 millones de dólares, lo que representa el 29 % de las exportaciones totales del país.

“Un arancel del 25 % (y luego del 50 %) a nuestras exportaciones tendría consecuencias gravísimas para nuestro balance externo, la disponibilidad de divisas y el control de la inflación. La consecuencia inmediata sería una pérdida del valor de los activos locales, incluyendo una fuerte depreciación de nuestra moneda y un aumento en el riesgo país. Las expectativas de inflación se incrementarían debido al efecto de un aumento en el precio del dólar sobre las importaciones, lo que elevaría tanto la inflación al productor como al consumidor”, señaló Mejía en su cuenta de X.

Por su parte, el exministro Mauricio Cárdenas calculó el efecto de estas decisiones en la dinámica económica. “Teniendo en cuenta el monto total de lo que exportamos a Estados Unidos, teniendo en cuenta la elasticidad a precio, indica que la pérdida de actividad económica para Colombia puede ser del orden de medio punto porcentual. Es decir, si la economía va a crecer 2,7 crecería 2,2 por ciento. Ese es el escenario mínimo, pero puede haber una pérdida mayor porque con un aumento del precio de 50 % de algunos productos de exportación se puede perder todo el mercado. Los productos colombianos dejan de ser competitivos y ya no encuentran posibilidad de venderse en Estados Unidos y los reemplazan con productos de otros países. Podríamos perder entonces una tercera parte del crecimiento económico que estaba previsto este año”.

Pero el exministro Cárdenas fue más allá: “Hay un efecto muy importante fiscal, porque una parte de estas exportaciones es petróleo, que genera muchos ingresos al gobierno. El efecto fiscal puede ser del orden de medio punto del PIB también. Entonces el déficit fiscal aumentaría en ese monto”, advierte y agrega que esto significa más riesgo de crédito para Colombia y menos atractiva la inversión en Colombia porque la situación fiscal se vuelve más frágil. Y todo esto obviamente se traduce en devaluación.

Otros analistas consultados por SEMANA, consideraron, antes de conocerse el comunicado de la Casa Blanca tarde en la noche del domingo, que el dólar se movería, al inicio de la semana, en techos que podrían superar los 4.400 pesos y llegar, incluso, en las primeras jornadas a los 4.700 pesos.

Sin embargo, el efecto podría ser dramático. Uno de los expertos consultados, que prefirió mantener en reserva su nombre, recordó que en pandemia un fondo “se asustó y sacó 5 billones de pesos y el dólar se movió mil pesos. Hoy los bonistas tienen invertidos 100 billones de pesos y todos los países dependen del sistema de pagos americano. Con estas medidas, se asustan todos”, agregó.

Las otras preocupaciones

Y esa es, precisamente, la segunda gran preocupación en torno a las medidas del presidente Trump contra Colombia, y sus efectos para nuestro país. “Se impondrán plenamente las sanciones a la Tesorería, la Banca y las Finanzas de la IEEPA”.

Como explica Andrés Jiménez, socio de la firma Riveros Bazzani Abogados, y quien fue delegado para las Finanzas Criminales de la Fiscalía General de la Nación y Director de la Policía Judicial Económico Financiera, IEPPA son las siglas de la International Emergency Economic Powers Act (IEEPA) o Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, incorporada en el Capítulo 35 del Título 50 del United States Code.

“Esta es una de las leyes que otorga facultades al presidente de los Estados Unidos de expedir órdenes ejecutivas (el equivalente a decretos en Colombia) a través de las cuales se impongan sanciones de diversa naturaleza a países, sectores económicos y/o personas específicas. Esta ley se ha utilizado para imponer sanciones económicas a países como Rusia, Venezuela, Nicaragua, Irán, entre otros”, asegura Jiménez.

Y agregó: “Es la inclusión de personas o empresas en la lista Ofac o Clinton como la conocemos en Colombia. En términos sencillos quiere decir que Estados Unidos les dice a sus empresas y al mundo que con las personas que se incluyan en esa lista, no es posible hacer negocios so pena de sanciones criminales o económicas de Estados Unidos”.

Para el sistema financiero, explicó otra fuente a SEMANA, la medida podría haber tenido varios alcances, que describió así: “Desde los menos graves, hasta situaciones devastadoras para todo el país”. Habría sido un verdadero tsunami.

En primer lugar, como estaban las decisiones, podría imponer medidas contra el presidente y otros funcionarios colombianos que obligue a que nadie que tenga negocios en Estados Unidos pueda relacionarse con ellos.

“Obligaría a que acá en Colombia se evalúe la continuidad de negocios con ciertas personalidades gubernamentales y tener que cerrar para no asumir sanciones mayores”, señala. Agrega que, al incluir tesorería, podría implicar que los inversionistas internacionales no puedan comprar más TES (o inversión extranjera) o incluso que, teniéndolos, deban salir de ellos.

Explica, además, que los bancos locales necesitan los bancos corresponsales en Estados Unidos para todas las transacciones internacionales. “Si cierran esas puertas, quedamos aislados para el ingreso y salida de divisas, impactando precios de dólar, encareciendo la deuda en dólares y limitando el acceso a nueva financiación”, advierte el analista.

Por si fuera poco, limitaría el envío de remesas de los migrantes hacia Colombia, que el año pasado superaron los 11.000 millones de dólares. “Las inversiones de las AFP y aseguradoras en el exterior también pueden tener una afectación al no tener la posibilidad de seguir negociando con esas entidades en Estados Unidos y, aunque generalmente queda la salida por Europa, esas entidades tampoco quieren entrar en problemas con el mercado gringo y por ahí también nos bloquearían”, sentencia la fuente.

Finalmente, señala que las transacciones (créditos) que el sistema financiero local tenga en desarrollo con sector floricultor, aguacates y otras industrias seguramente se van a parar por prudencia.

Como explicó otra fuente consultada por SEMANA antes del comunicado de Washington, “Trump va a hacer todo lo que está en su poder, o para que Petro se arrodille, o para hacernos sudar sangre. Y tiene toda la capacidad de hacernos sudar sangre. Las dimensiones de esto pueden llegar tan lejos como usted se lo imagine. El nivel de catástrofe no tiene límite, si Petro no corrige”, concluyó en ese momento el analista.

Por fortuna, para la economía, el Gobierno colombiano corrigió al final de la noche del domingo. La gran pregunta del sector económico es: ¿Lección aprendida?