Testimonio daría giro al caso de Luis Rubiales y el beso a Jenni Hermoso: “Una encerrona”

Patricia Pérez, jefa de prensa de la selección femenina de fútbol de España, aseguró este lunes, 3 de febrero, en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, que sufrió “una encerrona” y que el exmandatario la instó a mentir sobre cómo ocurrió el beso a la futbolista Jennifer Hermoso.

En su declaración como testigo, la mujer narró su versión de los sucesos posteriores a la presunta agresión sexual por la que Rubiales se enfrenta a dos años y seis meses de cárcel. Tras el beso, Pablo García Cuervo, responsable de comunicación, la llamó por teléfono para señalarle que el tema estaba “cogiendo una magnitud grande en España” y que había que “frenar ese ruido mediático”.

Según Pérez, García Cuervo le dejó claro que “lo mejor” en ese momento era que la futbolista se pronunciara.

“Me dice que mi misión es localizar a Jenni, que va en el autobús conmigo (...). Me dijo que había escrito un par de cosas que había que enseñarle a Jenni, y como yo iba en el autobús, tenía que localizarla para que él pudiese enseñárselo”, explicó.

De acuerdo con la testigo, esas palabras describían el beso “como algo anecdótico”. Pérez recordó que vio a Hermoso al bajar del autobús “como cansada”, dando la sensación de que “ya la habían molestado con algo, ya le habían pedido algo con antelación porque su actitud era como que estaba harta”.

“De hecho, lo primero que dijo es, bueno, esto es lo último que voy a hacer y cuando ya leyó el texto dijo: ‘Haced lo que queráis’”, señaló. La propia Hermoso entregó la misma versión de los hechos en su declaración, celebrada unos minutos antes.

Pérez sostuvo que nunca había tenido que ir al despacho del presidente, hasta el verano en que ocurrió el polémico beso. Allí, al parecer, Rubiales la instó para que añadiera “frases como que Hermoso le alzó a él y le dio dos cachetadas en el costado”.

“Y yo le digo que es imposible, desde mi ubicación en el campo, que yo viera nada de eso”, comentó.

El problema, según dijo, es que mientras ella declaraba, otro responsable de prensa, Enrique Yunta, “iba transcribiendo”.

“Yo ni siquiera tenía el ordenador y terminé de declarar sin saber ni lo que habían escrito en mi declaración”, reveló la jefe de prensa, que pidió en ese momento leer su declaración “porque, efectivamente, había incluido cosas que el presidente quería poner [en su boca] y que no había ni vivido ni visto”.

Por último, Pérez reconoció que tuvo miedo a perder su puesto de trabajo desde el momento en el que se le llamó a declarar “y estaba el presidente” y sus dos superiores.

“Tuve claro que eso era una encerrona”, concluyó.

Estas declaraciones pueden dar un giro total al caso de Rubiales, que siempre ha manifestado que es completamente inocente pese a que los testigos apuntan otra cosa. Por ahora, el juicio se seguirá adelantando a la espera de conocer cuál será la decisión.