Él es Juan Camilo Vesga, golfista colombiano que quiere brillar en el PGA Tour: busca apoyo y contó su historia en SEMANA

Juan Camilo Vesga tiene 22 años, nació en Bucaramanga, y en pleno 2025 brilla como golfista profesional en diferentes competencias. El pasado domingo, 9 de marzo, logró el triunfo en el Séptimo Abierto Hatogrande Golf & Tennis Country Club, realizado en Sopó. Celebró su gesta, pero rápidamente volvió a centrarse y regresó a competencia.

Tras hacerse con el premio, ahora compite en el Abierto del Carmel, mismo que se desarrolla del 7 al 16 de marzo en Bogotá. Pero sus aspiraciones van más allá, y sueña con brillar en el PGA Tour, algo que referencia como su meta más grande.

Para llegar allí, Juan Camilo debe encarar un arduo proceso que requiere de preparación deportiva, pero también de apoyo económico. Por eso, busca patrocinadores que conozcan su trabajo y lo apoyen de cara a los nuevos retos que se presentan.

Un mensaje para los posibles patrocinadores

“Ser consciente de que acá hay un potencial muy grande. Hay jugadores bastante buenos, obviamente no es una potencia como Estados Unidos, pero sí en Sudamérica, al lado de Argentina, siempre estamos ahí, siempre somos los mejores, y creyendo en el talento, y dándose las oportunidades que hay, sí o sí hay jugadores que van a llegar al PGA Tour con el paso del tiempo. Ahorita hay una camada bastante buena de jugadores, más o menos unos cuatro o cinco, que yo soy el menor de esos, todos van entre los 22 y los 26″.

“Al no ser un deporte tan visible para los medios en Colombia, es complicado encontrar ese apoyo económico que, desafortunadamente, es completamente necesario para seguir en el camino a ese sueño”.

¿Cuánto es el monto que busca en patrocinios?

“Aproximadamente, lo que necesita un golfista para prepararse y competir, durante un año, son 90 mil a 100 mil dólares. Pero lo que necesito para competir y jugar las clasificaciones son cerca de 94 mil dólares. Esto entre clasificatorias para el PGA Tour, DP World Tour e International Series”.

¿Cómo vive los días después de un triunfo tan importante en el Séptimo Abierto Hatogrande Golf & Tennis Country Club?

“Estoy muy feliz. Siento que esos resultados son frutos del trabajo que se hace día a día, he venido trabajando de la mejor manera, con el equipo, con el coach, sintiéndome cómodo en diferentes aspectos y cuando se da un resultado de esos uno se da el espacio para celebrar, respirar, darse cuenta lo que pasó y, al final, es volver a seguirle dando. A continuar de vuelta en esa rutina, y seguir preparándome para los torneos que vienen”.

¿Cuál es su meta más grande?

“Yo ahora mismo vivo en Estados Unidos, en Orlando. Allá me estoy preparando porque trabajan los mejores coach del mundo, y siempre he soñado con lo más grande, si te soy sincero. Para eso es que trabajo y para eso es que me levanto a guerrearla. Mi sueño es el PGA Tour y el European Tour, pero el PGA Tour es el que me mueve”.

¿Cómo arrancó el amor por el golf? ¿Cómo se empezó a mover en este deporte?

“Yo empecé a jugar golf desde que tengo memoria. Yo no recuerdo un momento en mi vida en el que esté aprendiendo a jugar golf. Eso salió de mi papá (Luis Armando Vesga), él jugaba golf, no competitivamente, pero le gustaba bastante, incluso una vez yo empecé a competir ya más seriamente, a eso de los nueve o diez años, mi papá dejó de jugar y se dedicó a aprender más del juego: reglas, técnicas... De hecho, fue árbitro bastante reconocido acá en Colombia”.

Aunque no jugaron golf, nombró a su mamá y a su hermano en medio del relato de su trayectoria. A ellos y a su novia, pues afirma que se convirtieron en un apoyo fundamental en todo el duro proceso del deporte.

La mezcla entre el colegio y el golf, “algo bastante complicado”

“Creciendo en el colegio fue bastante complicado. Eran sacrificios porque tenía un horario fuerte, de 7 a.m. a 4:30 p.m., luego entrenaba desde las 5 p.m. hasta las 8 p.m., iba al gimnasio desde las 8:30 p.m. hasta las 10:30 p.m., y lo que se alcanzaba era para dormir. También faltaba mucho a clase porque tenía que competir, entonces era un escenario bastante diferente a lo normal”.

¿Qué pasó después del colegio?

“Me fui becado a Estados Unidos, a la Universidad de Arkansas, ahí jugué golf y pude estudiar al tiempo, jugando para el equipo de la Universidad. Después me transferí a la Universidad de Central Florida, en Orlando. Jugué ahí mi último año, y después me hice profesional en julio de 2024″.

Las coincidencias en la vida

“El cadi (persona que acompaña al golfista y le lleva los palos) es importante en el equipo. Es una ayuda importante para competir, pero al mismo tiempo es un gasto. Cuando no hay presupuesto, se debe acudir a diferentes recursos, como un amigo que esté en la misma ciudad, que haga el favor, quizás, por un pago menor”.

“Justamente la semana pasada tuve que recurrir a eso, y me ‘cadió’ un amigo mío de Bucaramanga, que estudió acá, que le gusta mucho jugar golf, y bueno, yo lo invité, me cargó los palos y estuvo ahí al lado mío dándome energía espectacular. Al final, se volvió un apoyo y una parte importante en el triunfo de la semana pasada”.